Vicente Garc¨ªa: enciende el alba
EL M?DICO suizo Johannes Hofer identific¨® en 1688 un nuevo s¨ªndrome, la nostalgia. El estado de ¨¢nimo triste que se origina del deseo de regresar al pa¨ªs nativo de uno. Varios suizos desplazados del siglo XVII lo sufrieron: j¨®venes de la rep¨²blica de Berna que estudiaban en Basilea, empleadas del hogar que trabajaban en Francia y Alemania, y soldados que luchaban en el extranjero.?
El afligido adquir¨ªa un semblante demacrado y sin vida. Pod¨ªa llegar a desarrollar alucinaciones auditivas, ver fantasmas y aislarse del exterior. Los m¨¦dicos que trataron a los soldados durante algunas guerras tambi¨¦n emplearon el t¨¦rmino¡±.
Cerr¨® de un zarpazo el libro con las anotaciones de Leslie S. Klinger y corri¨® a buscarse en un espejo. Hab¨ªa encontrado agua. Llevaba semanas con un dolor cerrado en el est¨®mago. Entraba varias veces al d¨ªa al cuarto de ba?o en su puesto de trabajo para llorar a escondidas el desconsuelo que explotaba sin previo aviso.
En casa, con las ventanas abiertas, escuchaba a lo lejos canciones conocidas felices que desaparec¨ªan entre las nubes y la dejaban sola. A todas horas se sobresaltaba al escuchar susurros familiares. Cuando corr¨ªa a buscarlos, el patio estaba vac¨ªo.
So?aba en castellano aunque todos sus vecinos hablaban ingl¨¦s. En el metro, m¨¢s de una vez, persigui¨® a varios desconocidos que parec¨ªan amigos queridos. Al dar la vuelta a aquellas figuras buscando a los suyos descubr¨ªa, aterrada, los rostros de otros.
Llevaba tanto tiempo luchando por sobrevivir en el nuevo pa¨ªs, que no se hab¨ªa percatado del agujero que crec¨ªa lento pero constante en su interior. No hab¨ªa tenido tiempo de echar de menos y cuando el tiempo se par¨®, el ruido fue ensordecedor. Cuando muere la novedad llega la soledad.
Desnuda y desamparada, escribi¨® en el cristal de la mampara de la ducha las palabras que daban sentido a su desgaste emocional: a?oranza, nostalgia, morri?a, ¡°maladie du pays¡±.
Este nuevo v¨ªdeo de Malditos Domingos, con el dominicano Vicente Garc¨ªa, interpretando Loma de Cayenas de su tercer disco Candela, es un r¨ªo de contrastes que en la sencillez de las palabras, esconde una estrella que sirve por ejemplo, para calmar la nostalgia.
Tiene una voz fresca y a la vez picante como el Aj¨ª Tit¨ª. Escuchar su timbre es como hacer una maleta y llenarla de planes de verdad, no solo de promesas. Es cerrar los ojos e imaginar que nadie movi¨® nada de tu vida anterior, la sobremesa familiar cuando se quedan solo los que importan.
Alegr¨ªa, amor, sensualidad, recuerdo, nostalgia. Porque es mensaje y tambi¨¦n movimiento. Es un extra?o que inmediatamente se convierte, por su qu¨ªmica, en amigo. El presente que se viste de tradici¨®n para no perder el rumbo, que nunca navega r¨¢pido si no tiene un ancla que la agarre firmemente al suelo.
La canci¨®n es un merengue que en ac¨²stico enciende el alba. Es un viaje a la m¨²sica dominicana que a la vez pasa por ?frica y desemboca en el mar del propio artista. ¡°Cay¨® en la siembra lluvia y crecieron las flores¡±.
Huele a Juan Luis Guerra aunque no est¨¦, a la tierra mojada del otro lado del r¨ªo, a todas esas culturas olvidadas que en ocasiones nos visitan para recordarnos quienes somos realmente.
"Dejo mi peque?o pueblo por un mundo que no vi", escribi¨® Rosal¨ªa de Castro. ?Qu¨¦ es lo que hace que sobrevivamos a la morri?a entonces?, se pregunt¨®. El amor. Como dice la canci¨®n, "por ti creci¨® en el campo la esperanza".
Vicente Garc¨ªa actuar¨¢ en septiembre y octubre en distintas ciudades espa?olas y el pr¨®ximo mes de julio en el festival R¨ªo Babel de Madrid con el proyecto Trending Tropics
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