Aventuras de la esposa de un embajador en Madrid
Susan L. Solomont ha escrito un libro sobre sus vivencias en Espa?a (2010-2013), de la Semana Santa con Antonio Banderas hasta la crisis econ¨®mica, pasando por el gran eje vertebrador espa?ol: Zara
El desembarco de Susan Lewis Solomont en Madrid tuvo sus sinsabores. El presidente Barack Obama hab¨ªa nombrado a su marido, Alan, embajador de Espa?a y Andorra y mudarse en calidad de alto cargo diplom¨¢tico del pa¨ªs m¨¢s poderoso del mundo a aquel lugar donde ¡ªcontaban¡ª se com¨ªa tan bien, hac¨ªa buen tiempo y se dorm¨ªa la siesta podr¨ªa parecer a cualquiera el plan ideal. La realidad aquel invierno de 2010, sin embargo, le dej¨® claro que no todo iba a resultar tan palaciego como las estancias en las que vivir¨ªa. En cuanto el nominado por Obama testific¨® ante el Senado, paso previo a su confirmaci¨®n en el puesto, la prensa espa?ola empez¨® a escribir sobre ¨¦l, con algunos titulares como un ¡°millonario jud¨ªo¡± o un ¡°hombre de negocios jud¨ªo¡±.
¡°Fue chocante ser descritos de ese modo porque no es por eso por lo que se nos conoce. Alan sol¨ªa bromear y decir que al menos la mitad de ello era cierto, la parte de ser jud¨ªo. Yo quer¨ªa que nos conocieran por el trabajo que ¨ªbamos a hacer all¨ª, trabajamos mucho esos a?os¡±, explica Susan Salomont durante una entrevista en Washington. Pero lo m¨¢s duro, cuenta, fue asumir que el personal de la embajada no iba a aceptar de ella un papel demasiado activo. Con 30 a?os de experiencia a la espalda en el mundo de la filantrop¨ªa y las organizaciones sin ¨¢nimo de lucro, no pensaba dejar Massachusetts para pasar su tiempo all¨ª, vi¨¦ndolas venir taza de t¨¦ en mano, as¨ª que lo primero que hizo fue presentarse a todo el personal de la legaci¨®n diplom¨¢tica para ofrecer sus servicios. ¡°Ten¨ªa mi peque?o discurso de presentaci¨®n, se lo iba diciendo a todo el mundo y me dec¨ªan, ¡®Bien, estaremos en contacto¡±. Y nunca m¨¢s se supo.
Ahora, las aventuras y ¡ªescasas¡ª desventuras de sus cuatro a?os en Madrid forman parte de un libro publicado en Estados Unidos. Lost and found in Madrid. Tales of an Ambassador¡¯s wife (Disruption Books, 2018) cuenta desde la primera corrida de toros que se vio obligada a ver en su vida, en Sevilla, hasta el d¨ªa en que Rafa Nadal fue a renovar su visado a la embajada, pasando por la Semana Santa de M¨¢laga con Antonio Banderas o cuando conoci¨® a su admirad¨ªsimo Leonard Cohen, el a?o que le dieron el Premio Pr¨ªncipe de Asturias.
El libro tambi¨¦n tiene un aire de Sin noticias de Gurb, como si fuera el diario de un extraterrestre que llega a un lugar donde le sorprenden todas esas cosas que uno da por hecho en su casa, pero en versi¨®n embajador. Y recuerda a aquella carta de amor que el pianista James Rhodes public¨® el a?o pasado hacia Espa?a, su cultura familiar y solidaria, su amor al placer.
- Se fue en 2013. Cuando vuelve a Madrid, ?qu¨¦ le sorprende, qu¨¦ cambios percibe?
- Se habla m¨¢s ingl¨¦s que antes.
- ?Algo m¨¢s?
- La gente usa m¨¢s ropa deportiva por la calle, cuando vinimos nosotros no era as¨ª.
- ?Y tenemos que estar contentos con eso?
?- Buena pregunta, no lo s¨¦, pero yo siempre pens¨¦ en lo bien que vest¨ªan las mujeres espa?olas, muy guapas. En alg¨²n acto me fijaba en ellas, en alguna prenda, y al d¨ªa siguiente me met¨ªa en un Zara y all¨ª estaba la blusa que llevaban. Yo pensaba que a lo mejor era de alg¨²n dise?ador. ?Y no importaba! Estaban estupendas. Todo el mundo va a Zara, no hay fronteras en eso.
Aparte del eje vertebrador que significa la famosa firma del grupo Inditex, los Solomont tambi¨¦n se toparon con otras im¨¢genes, mucho m¨¢s duras, de Espa?a. Vivieron los a?os duros de la Gran Recesi¨®n, el paro escalando al 26%, los desahucios, la debacle bancaria. ¡°Lo vimos, hubo historias muy duras, creo que la gente resisti¨® por la familia, por esa ayuda, sin eso creo que hubiese sido mucho peor¡±.
El apego familiar es uno de esos estereotipos?que Susan Salomont cree reales sobre Espa?a: ¡°Me encanta los cercanos que son ¡ªafirma¡ª, c¨®mo quieren pasar cada fecha importante juntos, incluso se juntan los domingos normales¡±. Tambi¨¦n es cierto, y eso le cost¨® m¨¢s llevarlo, lo que se puede llegar a prolongar una sobremesa, caf¨¦ tras caf¨¦.
Con los meses y los a?os, los Solomont recorrieron cada rinc¨®n de Madrid y ¡ªasegura ella¡ª de Espa?a. Tambi¨¦n consigui¨® sacar provecho de su experiencia, pese a aquellos primeros sinsabores en la embajada, y lanz¨® un programa: Women¡¯s Leadership Series, donde reun¨ªa a ejecutivas espa?olas y estadounidenses de grandes empresas, Facebook, Microsoft o Pfizer, en los que ella ejerc¨ªa de moderadora. Conoci¨® los ¨²ltimos a?os de reinado de Juan Carlos y Sof¨ªa, ¡ª¡°¨¦l hablaba de caza con Alan¡±; ¡°ella adoraba a Obama¡±¡ª y vio los primeros negocios empezar a abrir, la t¨ªmida y lenta salida de la crisis.
Fue relatando el d¨ªa a d¨ªa en unas cartas a amigos, a las que llam¨® Holas, que se convirtieron en apuntes de un blog. Contaba que, pese aquellos primeros titulares, no tuvieron problemas por ser jud¨ªos; y que la gente no dorm¨ªa la siesta, que se trabajaba muy duro, que las corridas de toros, lejos de enamorar a todos los espa?oles, son un asunto pol¨¦mico; pero, que s¨ª, que en Espa?a, desde luego, se cena rematadamente tarde.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.