El buen gobierno

Manuela Carmena se despidi¨® el s¨¢bado de sus responsabilidades al frente del Ayuntamiento de Madrid con un discurso llamando a ¡°cuidar la democracia¡± y a no olvidar el enorme esfuerzo que cost¨® traerla. La ya exalcaldesa, que posteriormente anunci¨® su retirada de la vida pol¨ªtica, realiz¨® tambi¨¦n un encendido elogio del papel de las instituciones democr¨¢ticas en la defensa de los derechos de los ciudadanos, especialmente importante para los sectores m¨¢s vulnerables de la sociedad, porque ante ellas todos son iguales.

Las palabras de Carmena resultaron especialmente significativas en una jornada en la que la estrategia de pactos adoptada en las grandes capitales termin¨® por abrir las puertas de los Ayuntamientos a fuerzas que cuestionan el sistema constitucional. En Madrid, la gobernabilidad se encuentra en vilo por un pacto no hecho p¨²blico entre el Partido Popular y Vox sobre los espacios de poder prometidos a la formaci¨®n ultraderechista, algo que se ha mantenido oculto a los ciudadanos que deber¨¢n padecerlos. En Barcelona, por su parte, la rivalidad pol¨ªtica se convirti¨® en odio e intolerancia hacia la alcaldesa, Ada Colau, y su equipo de gobierno por hacer aquello que los independentistas no llegaron siquiera a plantearse, convencidos de ser los portavoces de una rep¨²blica imaginaria que colocan por encima del voto libre e igual de los ciudadanos: configurar una mayor¨ªa democr¨¢tica para gestionar los problemas de la ciudad. Otros Consistorios, en fin, se constituyeron en medio del caos, con amenazas de mociones de censura nada m¨¢s producirse la investidura.

Pero Carmena no solo deja como legado un discurso de despedida en el que record¨® la importancia del compromiso de los electos con los principios democr¨¢ticos, sino tambi¨¦n una gesti¨®n en la que intent¨® que prevaleciera el buen gobierno. En ese sentido, sus cuatro a?os en el palacio de Cibeles han representado un ejemplo. Su equipo abord¨® la reducci¨®n de una deuda que alcanzaba los 5.600 millones de euros, hasta dejarla en 2.700. Junto a esto, la apuesta por Madrid Central no puede ser interpretada como una iniciativa propagand¨ªstica y de cara a la galer¨ªa, sino como el cumplimiento de un mandato europeo en defensa del medio ambiente cuyo abandono puede acarrear sanciones para Espa?a, adem¨¢s de un deterioro adicional de la calidad del aire en una de las ciudades con mayor n¨²mero de habitantes en Espa?a. La gesti¨®n de Carmena no estuvo a salvo de errores, como la precipitada retirada de placas de la Guerra Civil, pero no tuvo inconveniente en corregirlos, reponi¨¦ndolas en su sitio y encargando tan delicado asunto a un grupo de expertos indiscutibles. Otros problemas, incluso, se resistieron a su gesti¨®n, como el encarecimiento de la vivienda, que se mantiene como un problema muy grave en la capital.

La funci¨®n primordial de los Ayuntamientos es ofrecer a sus ciudadanos soluciones ante los problemas que condicionan su vida cotidiana, desde la vivienda hasta la contaminaci¨®n, el tr¨¢fico o la eficacia del transporte p¨²blico. Y el procedimiento para hacerlo no es otro que renunciar a la instrumentalizaci¨®n de los Ayuntamientos en un juego de poder m¨¢s amplio, anteponiendo la dimensi¨®n municipal a cualquier otra. La constituci¨®n de buen n¨²mero de ellos, sin excluir los de las grandes ciudades, se ha inspirado en los principios exactamente contrarios.