Un linaje de monos lleva tres milenios adaptando herramientas
Los capuchinos del norte de Brasil han ido ajustando durante cientos de generaciones su uso de piedras para comer frutos secos
Desde la Edad de Piedra hasta nuestros d¨ªas, la evoluci¨®n humana est¨¢ llena de ejemplos en los que la tecnolog¨ªa evolucion¨® a medida que eran capaces de mejorarla o adaptarla a sus necesidades. Por primera vez, podr¨ªamos contar con otra especie con un registro arqueol¨®gico de evoluci¨®n tecnol¨®gica, de confirmarse los resultados de un estudio sobre los monos silbadores de las selvas de Brasil. Estos capuchinos llevan al menos tres mil a?os usando piedras para romper c¨¢scaras de frutos y semillas, 450 generaciones en las que se transmitieron de unos a otros el conocimiento "cultural" necesario para seguir aliment¨¢ndose de este modo hasta nuestros d¨ªas.
"Este descubrimiento presenta el primer ejemplo de variaci¨®n del uso de herramientas a largo plazo fuera del linaje humano", asegura el estudio
Ya se sab¨ªa que estos peque?os monos llevan cientos de a?os usando herramientas de piedra para comer, pero el estudio arqueol¨®gico de sus lugares habituales de trabajo muestra la gran novedad: una evoluci¨®n de sus usos y m¨¦todos. "Este descubrimiento presenta el primer ejemplo de variaci¨®n del uso de herramientas a largo plazo fuera del linaje humano", asegura el estudio publicado en Nature Ecology & Evolution. Y a?ade: "Nuestra identificaci¨®n del cambio de uso de la herramienta de piedra en el registro arqueol¨®gico de los primates indica que los seres humanos no son ¨²nicos desde el punto de vista de la variaci¨®n de artefactos a largo plazo".
Para los investigadores, la existencia de este cambio tecnol¨®gico a escala milenaria fuera del linaje humano abre la puerta a futuras investigaciones sobre c¨®mo los animales que utilizan herramientas de piedra son capaces de adaptarse a las tendencias ecol¨®gicas a largo plazo. El registro m¨¢s antiguo de herramientas usadas por animales no humanos es el de los chimpanc¨¦s, de hace m¨¢s de 4.000 a?os en Costa de Marfil, pero sin cambios en el tiempo.
Seg¨²n esta investigaci¨®n, que ha desenterrado 122 herramientas l¨ªticas para su an¨¢lisis cronol¨®gico, estos monos silbadores ven¨ªan usando piedras m¨¢s o menos del mismo tama?o para cascar estos frutos desde hace tres mil a?os. Pero hace unos seiscientos a?os introdujeron para esa tarea unas piedras m¨¢s grandes y anchas que les sirvieran de yunque contra el que golpear. Hasta entonces, las mismas piedras serv¨ªan indistintamente como martillo y como soporte, y las marcas indican que atizaban con poca punter¨ªa. El patr¨®n de golpeo muestra que quiz¨¢ entonces machacaban semillas, m¨¢s peque?as que los anacardos actuales. En tiempos m¨¢s recientes, hasta un siglo de antig¨¹edad, cada vez aparecen menos de estos yunques, seguramente porque tambi¨¦n empezaron a servirse de troncos y ra¨ªces gruesas para esa funci¨®n, como se puede observar en los capuchinos actuales. Estas 122 piedras son bastante m¨¢s grandes que las habituales encontradas en la zona, lo que indica una selecci¨®n consciente.
Hace unos seiscientos a?os introdujeron para esa tarea unas piedras m¨¢s grandes y anchas que les sirvieran de yunque contra el que golpear
Estos monos silbadores tienen una relaci¨®n muy compleja con las piedras, ya que no las usan ¨²nicamente para abrir c¨¢scaras. Tambi¨¦n las parten para poder chupar las sales de su interior, lo que genera unas lascas demasiado parecidas a las de los ancestros humanos; y las hembras en celo las utilizan para tir¨¢rselas a los machos demandando su atenci¨®n sexual. El ¨²ltimo descubrimiento ofrece una nueva perspectiva: un uso cambiante a lo largo de los ¨²ltimos milenios, lo que dar¨ªa muestras de su capacidad para adaptarse a la evoluci¨®n de recursos en su entorno o de mejorar su forma de reventar c¨¢scaras para alimentarse.
El trabajo de Tiago Fal¨®tico, de la Universidad de Sao Paulo, y Tomos Proffitt, de la College de Londres, explica que este cambio tecnol¨®gico puede ser una consecuencia de "la variaci¨®n cultural" en los alimentos contra los que se usaban estas herramientas de piedra. "Es decir, puede representar la firma arqueol¨®gica de m¨²ltiples poblaciones de capuchinos que frecuentaban esta ubicaci¨®n, cada una de las cuales usaba piedras para diferentes alimentos", explican. Pero los primat¨®logos aseguran que tambi¨¦n podr¨ªa deberse a que una sola poblaci¨®n de capuchinos provocara un proceso de cambio del uso de herramientas, quiz¨¢ debido a la fluctuaci¨®n en la abundancia de anacardos en la zona, uno de los alimentos favoritos de las poblaciones actuales.
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