El fot¨®grafo espiado por la Stasi que document¨® el d¨ªa a d¨ªa de la Alemania comunista
Harald Hauswald, vigilado durante a?os por la Stasi, escond¨ªa en su casa 250.000 negativos sobre la vida en la Alemania comunista
SU EXPEDIENTE EN la Stasi, ?nutrido por 35 colaboradores no oficiales de la polic¨ªa secreta, tiene m¨¢s de 1.500 p¨¢ginas. Algunos informes ¡ªcomo el que le muestro¡ª ni los recuerda. Mientras lo lee, en la terraza de un caf¨¦ en el barrio berlin¨¦s de Kreuzberg, suelta una sonora carcajada sajona. Le sorprenden datos como el de lo que cobraba al mes uno de los delatores por informar sobre ¨¦l: 150 marcos, cifra con la que se pod¨ªa pagar el alquiler de un amplio apartamento en el antiguo bulevar Stalinallee.
Harald Hauswald lleg¨® a Berl¨ªn Este en 1977 con 23 a?os desde Radebeul, Estado de Sajonia, y hasta la ca¨ªda del Muro document¨® la vida cotidiana en la Alemania comunista. Fue el primer fot¨®grafo de la Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemana (RDA) en publicar con regularidad ¡ªy con seud¨®nimo¡ª en revistas occidentales. Para cobrar, ten¨ªa que recibir el dinero clandestinamente de sus enlaces y lleg¨® a abrirse una cuenta bancaria en M¨²nich.
Sab¨ªa que estaba vigilado, pero no por qui¨¦n. Ve¨ªa las huellas de los registros en su casa en Prenzlauer Berg. Pas¨® d¨ªas en comisar¨ªa. Intentaron cambiarle de acera y alistarlo como esp¨ªa para la Stasi. Le presionaron incluso con su hija, cuya custodia perdi¨® temporalmente acusado de conducta asocial, aunque entonces no lo vincul¨® con la intimidaci¨®n policial ¡ª¡°no sab¨ªamos c¨®mo funcionaba la Stasi¡±¡ª. Sus fotograf¨ªas eran demasiado realistas en el pa¨ªs del realismo socialista. Sin embargo, nunca le metieron en la c¨¢rcel. A las autoridades no les interesaba la repercusi¨®n internacional de otro caso Wolf Biermann, el cantautor expatriado en 1976 que agit¨® a la disidencia.
En las fotograf¨ªas de Hauswald no hab¨ªa denuncia. Se trataba de ¡°una declaraci¨®n de amor al pueblo de la RDA¡±. En su cr¨®nica sentimental tambi¨¦n recorri¨® las catacumbas del comunismo. Una de sus mejores fotos la hizo en la iglesia de Sion (Zionskirche), en Prenzlauer Berg, durante una actuaci¨®n de una banda de punk rock improvisada para la ocasi¨®n, que llamaron Tacheles. Los conciertos alternativos en templos protestantes, que prosperaron como punto de encuentro de opositores al r¨¦gimen, eran habituales en los a?os ochenta en Berl¨ªn Oriental. En la imagen se ve al bajista Andr¨¦ Greiner-Pol subido al p¨²lpito con su sombra proyectada en el altar. Pero aqu¨ª la Stasi tambi¨¦n estaba en el escenario. Si Greiner-Pol hab¨ªa sido informante hasta 1982, el teclista Frank Tr?ger lo era en ese momento. Y estaba informando, con una mensualidad de 150 marcos, sobre Hauswald. ?Sab¨ªa que estaba fotografiando a dos colaboradores de la polic¨ªa secreta? Vuelve la risotada sajona: ¡°?Ni idea!¡±.
Como medida de protecci¨®n, guardaba sus pel¨ªculas en casa sin anotar informaci¨®n alguna. ¡°No iba a permitir que los agentes se encontraran el trabajo hecho¡±, comenta. Cuando hace unos a?os se dispuso a inventariar su archivo, se encontr¨® con una colecci¨®n descomunal de 7.000 carretes y 250.000 negativos. Ahora, financiado por una fundaci¨®n federal y con el apoyo de la fot¨®grafa Ute Mahler y de un equipo de cinco restauradores de Ostkreuz ¡ªuna de las grandes agencias fotogr¨¢ficas alemanas¡ª, Harald Hauswald trabaja en la colosal tarea a la que no se atrevi¨® ni siquiera la Stasi: ordenar y digitalizar su memoria visual. El resultado se ver¨¢ el a?o que viene en una gran exposici¨®n en Berl¨ªn.
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