Ser joven en ?frica hoy: las paradojas de las pol¨ªticas p¨²blicas
El editor jefe de Africa Check en Kenia, Alphonce Shiundu, da algunas claves sobre el futuro de un continente donde la edad media de sus presidentes es de 66 a?os y 20 la de la poblaci¨®n, en el pr¨®logo de un ensayo colectivo publicado por Casa ?frica
Es f¨¢cil ver por qu¨¦, en un mundo engrasado por el neoliberalismo, cualquier discusi¨®n sobre la juventud en ?frica termina inevitablemente siendo una sesi¨®n de reflexi¨®n, evaluaci¨®n y predicci¨®n de los beneficios econ¨®micos que trae aparejada la juventud, su productividad y su contribuci¨®n al bienestar de la sociedad. La raz¨®n es simple: todos los pa¨ªses del continente est¨¢n lidiando con una alta proporci¨®n de j¨®venes con relaci¨®n a la poblaci¨®n total adulta, lo que se llama en ingl¨¦s un youth bulge, y nadie quiere tener a millones de j¨®venes en su pa¨ªs sin trabajo o alg¨²n tipo de ocupaci¨®n ¨²til.
Un an¨¢lisis r¨¢pido del modelo de desarrollo de ?frica, la Agenda 2063, nos da una valiosa informaci¨®n para comprender c¨®mo se entiende el lugar de los j¨®venes en el continente en el ¨¢mbito del dise?o de pol¨ªticas. En m¨¢s de la mitad de las 24 veces que se menciona la palabra ¡°juventud¡± en el documento, las palabras ¡°potencial¡±, ¡°empoderamiento¡±, ¡°liderazgo transformador¡± e ¡°innovaci¨®n¡± aparecen junto a ella. Todo puede parecer un diagn¨®stico correcto de la situaci¨®n de los j¨®venes en ?frica pero el subtexto de impotencia o demora entre los j¨®venes prevalece en la forma de enfocar este documento de pol¨ªtica p¨²blica preparado por la Uni¨®n Africana. Esto da cr¨¦dito a las preocupaciones sobre una brecha generacional en la esfera pol¨ªtica; la inquietud ampliamente documentada sobre los viejos l¨ªderes de ?frica dirigiendo pa¨ªses donde la mayor¨ªa de la poblaci¨®n es joven, aparentemente promoviendo una desconexi¨®n entre las pol¨ªticas gubernamentales y las aspiraciones de la juventud.
Seg¨²n el informe de la Fundaci¨®n Mo Ibrahim de 2016, la edad promedio de los presidentes africanos es de 66 a?os, cuando la edad promedio de la poblaci¨®n es de 20. Dentro de esta l¨®gica, es f¨¢cil olvidarse de que los j¨®venes de hoy son los ni?os de ayer y los ancianos de ma?ana. Por lo tanto, compartimentar su implicaci¨®n en el progreso social sin considerar adecuadamente todo el contexto y las posibilidades que una sociedad puede brindar a todos es insensato.
Inclusi¨®n
Nadie es joven para siempre. Es in¨²til que las naciones propongan pol¨ªticas, incubaci¨®n de proyectos, espacios seguros para los j¨®venes, cosas que solo pueden ofrecer una confianza falsa a los j¨®venes. Las pol¨ªticas no pueden ser ciegas a las cuestiones de g¨¦nero o edad, pero al mismo tiempo, no pueden poner a los j¨®venes dentro de una categor¨ªa o caja donde se les dan todas las respuestas y tienen que ser guiados. Las pol¨ªticas deben ser inclusivas a todos, especialmente a los j¨®venes y las mujeres por ejemplo, contrariamente a pol¨ªticas que son estrictamente limitantes o exclusivas para un grupo. Adem¨¢s, porque en el momento que uno define a otro como ¡°joven¡± puede haber una carga impl¨ªcita de inexperiencia que viene aparejada a esta palabra y, por lo tanto, la falta de confianza. La otra visi¨®n es que en ?frica, esa carga de inexperiencia significa que los j¨®venes permanecen fuera de cualquier contribuci¨®n significativa al progreso social, cultural y econ¨®mico de sus pa¨ªses.
?Necesitan los j¨®venes oportunidades? ?Claro que s¨ª! Pero como siempre nos recuerda la naturaleza, estas no deben ser dadas como limosnas
En ambas perspectivas hay una predisposici¨®n subyacente a que los j¨®venes est¨¦n ¡°ocupados¡± o ¡°empleados¡± como la panacea de la estabilidad, un ingrediente para la paz. Lo que esto dice es que el continente tiene miedo a una generaci¨®n que est¨¢ emergiendo. Tambi¨¦n dice mucho de la ruptura del sistema de valores tradicional que une a la sociedad, sistemas de valores que aseguraban que los ancianos no tuviesen miedo a los j¨®venes, ya que hab¨ªa un acompa?amiento constante, con la suficiente libertad para que los j¨®venes pudiesen cometer errores, y aprender de ellos.
El hecho de que para 2025 una de cada cuatro personas en el mundo tendr¨¢ menos de 25 a?os en ?frica significa que los l¨ªderes de hoy tienen que centrarse en construir un continente con programas s¨®lidos y sostenibles
El relato ¨²nico de que los j¨®venes en ?frica son personas con energ¨ªa, talento, campeones de la innovaci¨®n y la iniciativa empresarial ¨Cpersonas que necesitan ser pastoreadas y guiadas de una u otra manera, a quienes debe d¨¢rseles recursos para hacer proyectos y mantenerlos ocupados¨C lleva a que se perpet¨²e esta narrativa juvenil y a una terrible confusi¨®n en el ¨¢mbito de las pol¨ªticas sobre qu¨¦ es la juventud. De hecho, en la mayor¨ªa de los pa¨ªses la definici¨®n de desempleo juvenil se determina por la definici¨®n global de juventud como las personas de entre 15 y 24 a?os, la definici¨®n elegida por las Naciones Unidas para asegurar la ¡°consistencia estad¨ªstica¡±. Pero en algunos pa¨ªses como Kenia, que usa esta definici¨®n para medir el desempleo, el problema es que la definici¨®n de juventud a nivel nacional se refiere a los j¨®venes de entre 15 y 35 a?os, como en la Carta Africana de la Juventud. Pero para la mayor¨ªa de los pa¨ªses, cualquiera con menos de 18 a?os es un ni?o y los ni?os no tienen ideas propias ni sabidur¨ªa. Adem¨¢s para la UNESCO la clasificaci¨®n es ¨²til porque da sentido a tener pol¨ªticas enfocadas en los j¨®venes, esencialmente centradas en las personas que han completado o dejado la educaci¨®n formal pero no han obtenido todav¨ªa su primer trabajo.
Se se?alan estas peque?as cosas en las pol¨ªticas para reforzar las proposiciones pioneras que se hacen en este libro que van m¨¢s all¨¢ de ver el ¡°potencial¡± de la juventud para mostrar lo que los j¨®venes est¨¢n haciendo para cambiar el mundo. La idea central de los cap¨ªtulos parece estar en poner el ¨¦nfasis en desafiar el huidizo concepto de juventud como un estado permanente ya que si lo pensamos solo as¨ª, esto genera pol¨ªticas que esencialmente requieren que los j¨®venes sean tutelados, una especie de ejercicio guiado de su libertad, un mapa de desarrollo al cual los j¨®venes tienen que ajustarse o perecer.
El trabajo juvenil como panacea para la paz indica que el continente tiene miedo a una generaci¨®n que est¨¢ emergiendo
?Necesitan los j¨®venes oportunidades? ?Claro que s¨ª! Pero como siempre nos recuerda la naturaleza, estas no deben ser dadas como limosnas. Uno debe sentir pasi¨®n por algo y hacerlo para resolver los problemas de la sociedad, para satisfacer necesidades sociales, econ¨®micas y culturales, para cambiar vidas. La obsesi¨®n por encontrar oportunidades para que los j¨®venes hagan dinero, para mantenerlos ocupados y para empoderarlos crea una falsa ambici¨®n y una frustraci¨®n innecesaria.
Posibilidades
Las experiencias de Nigeria, Egipto, Libia, T¨²nez, Uganda, Sud¨¢frica, Zimbabue, Gambia, y muchos otros pa¨ªses donde los j¨®venes tienen pocas oportunidades para participar en la vida p¨²blica, y por lo tanto, recurren a otros medios, con frecuencia caracterizados por enfrentamientos violentos con las autoridades, facilita que los pol¨ªticos y los l¨ªderes piensen en la juventud simplemente como un grupo potencialmente violento que debe ser gestionado. Este razonamiento ha sido aplicado a los pobres anteriormente y a las mujeres, y sigue fallando cada vez, porque se asume una falta de poder y de organizaci¨®n, lo que es una premisa infundada.
Lo que este libro muestra es que es posible que los j¨®venes vivan y hagan todo lo que la sociedad espera de sus ellos y m¨¢s. Es un volumen inspirador que nos ayuda a comprender las formas de pensar de los j¨®venes y sus aspiraciones, c¨®mo ven el mundo, y documenta sus contribuciones con una familiaridad asombrosa para cualquiera en el continente. Aborda los desaf¨ªos actuales y expone los fallos en las pol¨ªticas y los liderazgos inadecuados pero sin cargar contra ellos, de una manera cordial, que creo, hace que sea un magn¨ªfico punto de partida para que los pol¨ªticos piensen sobre sus pol¨ªticas de una manera m¨¢s clara y sostenible. Despu¨¦s de todo, nadie en ?frica quiere salir perdiendo cuando dejen de ser ¡®j¨®venes¡¯. En el momento en el que dejen de ser considerados j¨®venes dejar¨¢n de tener acceso a servicios, sin considerar el contexto cultural y social.
El hecho de que para 2025 una de cada cuatro personas en el mundo tendr¨¢ menos de 25 a?os en ?frica significa que los l¨ªderes de hoy tienen que centrarse en construir un continente con programas s¨®lidos y sostenibles que aseguren que los ni?os puedan trascender hacia una adultez responsable, sin tener que ser segregados por las pol¨ªticas. Tiene que ser un ciclo continuo, no con la actual mentalidad que asume que los ni?os no tienen ning¨²n rol y que trata a los j¨®venes como ni?os e ignora la necesidad de la fase de equivocarse y experimentar en la transici¨®n hacia la adultez.
Alphonce Shiundu es editor jefe de Africa Check Kenia. Graduado de la Facultad de Ciencias de la Informaci¨®n de la Universidad Moi, comenz¨® su carrera en Nation Media Group antes de unirse a Standard Group, donde era responsable para temas del Parlamento. Ha capacitado a reporteros y editores en nuevos medios y producci¨®n impresa. Alphonce es un antiguo miembro de la Escuela de Periodismo Aut¨¦ntico de M¨¦xico, Washington DC y la Iniciativa J¨®venes L¨ªderes Africanos. Este texto es el pr¨®logo de La juventud africana, impulsora del cambio, un volumen de ensayo colectivo publicado por Casa ?frica y Los Libros de la Catarata,?coordinado por Celina del Felice y Onyeigwe Obi Peter.
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