Orden de alejamiento para carteristas
Luchar contra este tipo de delincuencia no resulta f¨¢cil. Igual que atraen a turistas, las ciudades con proyecci¨®n global atraen tambi¨¦n a ladrones
Un incidente muy desgraciado ha vuelto a poner el foco sobre una de las lacras que arrastran las ciudades tur¨ªsticas: la gran proliferaci¨®n de peque?os hurtos, que no suelen crear situaciones de peligro, pero causan un gran malestar. Esta vez, sin embargo, el hurto tuvo consecuencias muy graves. La v¨ªctima era una alta mandataria de Corea del Sur que se hab¨ªa desplazado en misi¨®n oficial a Barcelona para inaugurar un nuevo consulado. Mientras paseaba con un grupo de compatriotas, sufri¨® un fuerte tir¨®n de alguien que iba en motocicleta y, al caer al suelo, se golpe¨® la cabeza contra el bordillo. La mujer sufre un traumatismo craneal irreversible.
La inseguridad ha sido el principal campo de batalla de las ¨²ltimas municipales. La oposici¨®n, incluidos los partidos soberanistas, acusaban a Ada Colau del aumento de la inseguridad, y la alcaldesa acusaba a la Generalitat de no responder a sus reiteradas demandas de mayor vigilancia policial en la calle. Finalmente, los Mossos d¡¯Esquadra han aumentado las dotaciones y en las ¨²ltimas semanas se ha observado un notable descenso de la inseguridad. La medida es efectiva, pero todav¨ªa se denuncian unos 2.400 hurtos a la semana.
Luchar contra este tipo de delincuencia no resulta f¨¢cil. Igual que atraen a turistas, las ciudades con proyecci¨®n global atraen tambi¨¦n a ladrones. La polic¨ªa estima que solo en el metro de Barcelona act¨²an cada d¨ªa un centenar de carteristas. En 2015 se introdujo en el C¨®digo Penal un tipo agravado de multirreincidencia que castiga con prisi¨®n a quienes hayan tenido tres condenas previas por delitos leves de hurto. Pero el Tribunal Supremo estableci¨® que la reforma se aplicara de forma restrictiva: no se puede enviar a la c¨¢rcel durante tres a?os a una persona que ha robado tres carteras con 50 euros.
Este tipo de delincuentes no son impulsivos y saben c¨®mo eludir la ley. Los jueces han encontrado, sin embargo, un instrumento legal relativamente efectivo, al menos contra los carteristas del metro: las ¨®rdenes de alejamiento del transporte p¨²blico. Los carteristas suelen cumplirlo porque no hacerlo supone un delito de desobediencia. El problema es que, como ocurre con el acoso policial a los manteros, cuando se les echa de un sitio, se van a otro. Y si no pueden robar en el metro, pueden tomar una motocicleta y probar con el tir¨®n.
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