Refundar la Cooperaci¨®n Internacional al Desarrollo o¡
Espa?a es el donante que m¨¢s ha reducido sus aportaciones al desarrollo en la ¨²ltima d¨¦cada, lo que, en opini¨®n del director de Oxfam Interm¨®n, refleja un desinter¨¦s pol¨ªtico notable
Refundar la Cooperaci¨®n Internacional al Desarrollo o¡ dejar que agonice en la erosi¨®n continuada de recursos, capacidades e influencia que ha sufrido durante una d¨¦cada. El an¨¢lisis recogido en el informe La Realidad de la Ayuda 2019, de Oxfam Interm¨®n, refleja lo que sentimos muchas personas y organizaciones que creemos en la cooperaci¨®n espa?ola y hemos apostado por su crecimiento y relevancia.
En t¨¦rminos de presupuesto, Espa?a es el pa¨ªs que m¨¢s ha reducido su cooperaci¨®n desde el inicio de la crisis en 2008. Un total de 2.500 millones de euros, cinco veces m¨¢s que el siguiente y al contrario que pa¨ªses como Alemania o Francia, que han aumentado de forma significativa los recursos destinados a esta pol¨ªtica. Una vez m¨¢s Espa?a es diferente, en este caso en lo relativo a solidaridad internacional y responsabilidad con los desaf¨ªos globales de la humanidad.
Con un 0,20% de la Renta Nacional Bruta dedicado a ayuda al desarrollo en 2018, nuestro pa¨ªs ocupa la cola de los donantes de la OCDE, solo por delante de Estados Unidos y los pa¨ªses de Europa del Este, lejos de la media conjunta que est¨¢ en un 0,31% y m¨¢s a¨²n de la media europea (0,47%).
El grueso de estos recursos se dedica a honrar las cuotas y contribuciones a las que est¨¢ obligada Espa?a, bien hacia la UE o bien a bancos de desarrollo y agencias de Naciones Unidas. Las contribuciones voluntarias han ca¨ªdo al suelo mientras los recursos de la cooperaci¨®n bilateral est¨¢n al l¨ªmite.
La partida de ayuda humanitaria, esencial para responder al sufrimiento provocado por los conflictos, el cambio clim¨¢tico y los desastres naturales ha pasado de 298 a apenas 51 millones de euros entre 2008 y 2017, precisamente en los a?os en los que la venta de armas ¡°marca Espa?a¡± a pa¨ªses como Arabia Saudita se multiplic¨®. Hay ONG espa?olas con m¨¢s recursos dedicados a acci¨®n humanitaria que el Gobierno.
Este panorama presupuestario, dram¨¢tico de por s¨ª, refleja un desinter¨¦s pol¨ªtico notable que redunda en una escasa influencia de esta pol¨ªtica en otras relevantes para el desarrollo internacional. Olvido achacable en primer lugar a los siete a?os de gobierno del PP, actor central en la laminaci¨®n del sistema de ayuda, incluyendo su rama de cooperaci¨®n descentralizada en ayuntamientos y comunidades aut¨®nomas. Dicho esto, y a pesar del empe?o y buen hacer de sus responsables directos, el Gobierno actual no ha mostrado mayor inter¨¦s a¨²n. Hecho que qued¨® reflejado en la omisi¨®n de cualquier referencia a la cooperaci¨®n al desarrollo en el acuerdo presupuestario firmado entre el PSOE y Podemos en 2018. Un hecho sorprendente teniendo en cuenta que fue el PSOE quien hizo de la cooperaci¨®n una de sus banderas en el per¨ªodo de gobierno que comenz¨® en 2004.
Espa?a lleva un tiempo sentada a la mesa sin pagar la cuenta, pero haci¨¦ndose pasar por un comensal ejemplar
Espa?a lleva un tiempo sentada a la mesa sin pagar la cuenta, pero haci¨¦ndose pasar por un comensal ejemplar. Est¨¢ bien durante un tiempo, pero el men¨² es caro adem¨¢s de sofisticado. Los retos globales exigen una inversi¨®n decidida de recursos y capacidades adem¨¢s de buenas palabras y papeles. El resto de pa¨ªses comenzar¨¢ pronto a cuestionar la credibilidad de Espa?a, si sigue ocupando sillas sin arrimar el hombro con las inversiones necesarias.
La erosi¨®n es presupuestaria, aunque va m¨¢s all¨¢ de los recursos. La cooperaci¨®n espa?ola est¨¢ desmoralizada, cuando es m¨¢s necesaria que nunca, y requiere de una refundaci¨®n en el nuevo contexto global definido por la Agenda 2030 y los desaf¨ªos de la crisis ecol¨®gica y de desigualdad. El asunto ya no es solo ayudar a quienes sufren crisis, defender derechos, fortalecer instituciones y promover el desarrollo sostenible en los pa¨ªses m¨¢s vulnerables. Es afrontar juntos los retos de la humanidad que afectan, as¨ª sea de manera diferente, a la poblaci¨®n espa?ola a la de Burkina Faso o a la de Per¨².
De ah¨ª que desde Oxfam Interm¨®n proponemos no ya que la Cooperaci¨®n Espa?ola se alinee con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, tarea avanzada y de consecuci¨®n asequible, sino que se integre en el esfuerzo p¨²blico para llevar adelante toda la Agenda 2030, el cual deber¨ªa recaer en una vicepresidencia de Desarrollo Sostenible. La Agenda es una, en Espa?a, en los pa¨ªses en desarrollo y en la arena global. Y muchos de sus objetivos, desde la lucha contra el cambio clim¨¢tico a la justicia de g¨¦nero, requieren de un trabajo cohesionado entre lo dom¨¦stico y lo internacional.
Esta nueva ubicaci¨®n institucional, con la intencionalidad estrat¨¦gica que conlleva, debe reforzarse con un crecimiento decidido de los recursos que permita alcanzar la media europea en el futuro, y con un proceso de renovaci¨®n del marco legislativo y reglamentario. Evitando eso s¨ª, que las discusiones de leyes, planes y documentos, deriven en otra legislatura sin avances efectivos. La erosi¨®n es de tal calibre que requiere de una firme voluntad pol¨ªtica y de algunos cambios r¨¢pidos y decididos que aporten credibilidad e ilusi¨®n al sistema.
Antes de que acabe de marchitarse.
Jos¨¦ Mar¨ªa Vera es director general de Oxfam Interm¨®n
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