?Por qu¨¦ casi mil personas se han gastado 150 euros en un ladrillo de Virgil Abloh para Vitra?
Todo lo que toca el director creativo de la divisi¨®n masculina de Louis Vuitton ¡ªarquitecto, DJ, profesor y amigo de Kanye West¡ª es un ¨¦xito rotundo y objeto de estudio de 'marketing'. Lo ¨²ltimo, esta colecci¨®n c¨¢psula para Vitra con la que imagina la casa del futuro (y un ladrillo)
El perfil de LinkedIn de Virgil Abloh (Illinois, 1980) lleva a?os sin actualizarse. No porque su due?o ya no lo necesite, sino porque esta red social no ofrece ninguna categor¨ªa profesional que pueda describir a qu¨¦ se dedica uno de los tipos m¨¢s populares del planeta. Algo que s¨ª intenta hacer en Instagram donde demuestra que puede ser a la vez arquitecto, DJ, amigo de Kanye West, profesor espor¨¢dico en Harvard y la Architectural Association de Londres o director creativo de la divisi¨®n masculina de Louis Vuitton.
Y, ante todo, dise?ador de cualquier cosa. Desde botellas reciclables de agua mineral Evian hasta productos para Ikea. La imagen de su ¨²ltimo proyecto, la instalaci¨®n TWENTYTHIRTYFIVE que ha trabajado de la mano de la firma suiza de mobiliario Vitra, la describe muy bien el periodista de The Guardian Tim Lewis: "Cientos de hombres y mujeres adinerados hacen cola, aturdidos, con copas de champ¨¢n en la mano, esperando a comprar un ladrillo de 140 libras".
Da una idea de la fiebre que es capaz de provocar Abloh con cualquier cosa que hace. El ladrillo es solo una peque?a parte de la instalaci¨®n en la que el dise?ador ha imaginado la casa de una persona de la generaci¨®n Z (entre los 14 y 17 a?os) hoy y en 2035. Para ello, ha creado dos espacios: "Past / Present" y "Tomorrow", que el propio Abloh recorre con el visitante que vaya a verla hasta el 31 de julio en el parque de bomberos de Zaha Hadid en el Vitra Campus de Alemania (en oto?o, se podr¨¢ ver en la nueva sala de exposiciones de Vitra en Nueva York).
"Past / Present" habla de los recuerdos que el menor tiene de la casa de sus padres: un espacio lleno de muebles previos a la era de Google y los filtros de perritos. All¨ª se exhiben, en versi¨®n original o ligeramente modificadas, varias piezas hist¨®ricas. Como la Ball Chair de Eero Aarnio, de 1963, colgando del techo. O los taburetes Stools, torneados en madera de nogal macizo, que Charles & Ray Eames dise?aron en 1960 para los tres vest¨ªbulos del Rockefeller Center de Nueva York.
La segunda parte, "Tomorrow", ense?a la casa en que ese adolescente vivir¨¢ en 2035 cuando ya no dependa de sus progenitores. El resultado es un h¨ªbrido entre vivienda y oficina (lo cual, teniendo en cuenta la oleada de aut¨®nomos que trabajan en Espa?a desde el sal¨®n de sus pisos, ya es algo del presente). Pero la novedad es que el comisario pone en duda si dentro de dos d¨¦cadas la gente seguir¨¢ necesitando muebles. En el caso de que s¨ª, Abloh ha creado tres piezas spin-off para la instalaci¨®n, coincidiendo con el Art Basel a pocos kil¨®metros de all¨ª.
De las tres, el objeto m¨¢s delirante de TWENTYTHIRTYFIVE tal vez sea el Ceramic Block, el famoso ladrillo de cer¨¢mica vidriada, en color naranja, que sirve de pisapapeles, de mini estanter¨ªa o para demostrar que algo tan simple e industrial como un ladrillo puede lucir bien en el recibidor de casa. Y en cualquier oficina que se precie.
En la casa-despacho del adolescente tipo de la muestra, hab¨ªa en un comienzo 999 bloques apilados en una pared, que se pod¨ªan adquirir directamente de la instalaci¨®n (por 149 euros cada uno, con su numeraci¨®n grabada en el lateral).
Tanto el ladrillo como las otras dos piezas, una silla y una l¨¢mpara, se agotaron a los pocos d¨ªas de que se inaugurase la instalaci¨®n el 12 de junio. Pero tampoco hay nada de nuevo en esto: lo que se describe aqu¨ª no hace m¨¢s que perpetuar la f¨®rmula de las ediciones limitad¨ªsimas de las zapatillas sneakers, y las reventas en eBay a precios desorbitados, que ha convertido a Abloh en un caso de estudio de marketing. Precisamente por su capacidad de generar deseo en todo lo que toca, y moldear las pol¨ªticas de lo cool en los ¨²ltimos cinco a?os.
La misma estrategia comercial cumplen los dos otros objetos en los que el dise?ador ha reinterpretado obras hist¨®ricas de Jean Prouv¨¦, procedentes del archivo de Vitra. En la web de la firma se vend¨ªan 300 piezas numeradas (a 1.489 euros la unidad) de la l¨¢mpara de pared Petit Potence que el franc¨¦s hizo en 1942 para su primera casa-taller. En la instalaci¨®n, el modelo aparece en la oficina con su estructura racionalista original ¡ªbrazo oscilante de acero tubular, pomo de madera de haya¡ª, pero revestida de color naranja y con un LED enjaulado en una celos¨ªa alargada, en vez de con la bombilla tradicional.
De la silla Antony de Prouv¨¦ hab¨ªa 100 unidades numeradas para comprar online (a 2.489 euros la pieza). Quien consiguiera hacerse con una, ahora disfruta en casa de un dise?o que se pens¨® en 1950 para la Cit¨¦ Universitaire en Antony, al sur de Par¨ªs. En la muestra, el asiento ya no tiene el respaldo tradicional de madera sino uno de plexigl¨¢s, y su estructura met¨¢lica, una vez m¨¢s, es del color naranja que tanto se repite en el espacio.
Todo esto saca a relucir de nuevo una de las cr¨ªticas que m¨¢s resuena cada vez que Virgil Abloh estrena algo: ?lo que acaba de hacer es una adaptaci¨®n actualizada o se trata de una copia literal? ?l mismo responde en esta ocasi¨®n: "Es un hackeo". Que es un concepto muy presente en el vocabulario del adolescente que ¨¦l ha imaginado para la instalaci¨®n. Un menor que a¨²n no sabe ni qui¨¦n es Prouv¨¦, ni qu¨¦ es Vitra, ni qu¨¦ significa invertir en dise?o, pero que gracias a TWENTYTHIRTYFIVE, y a la repercusi¨®n de Abloh (le siguen 4,1 millones de personas en Instagram), podr¨¢ empezar a hacerse una idea.
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