¡®Lucy¡¯, la chimpanc¨¦ est¨¦ril que juega a ser madre con cad¨¢veres
La simia dedica cuidados maternales a una cr¨ªa de chimpanc¨¦ y un mono muertos y los cient¨ªficos creen que seguir¨¢ haci¨¦ndolo
Era el mediod¨ªa del 6 de mayo de 2017, cuando un extra?o suceso alter¨® la rutina de la comunidad de chimpanc¨¦s de Ngogo, Uganda. Las hembras de la manada descansaban pl¨¢cidamente en los ¨¢rboles cuando se les uni¨® Bronte cargando con el cad¨¢ver de su peque?o de cinco meses, muerto en circunstancias desconocidas. A pesar del duelo, Bronte comenz¨® a comer en una rama junto a sus cuatro compa?eras, cuando se acerc¨® hasta una de las hembras, llamada Lucy por los primat¨®logos que estudian a esta comunidad en el Parque Nacional de Kibale. Sin dudarlo, Lucy agarr¨® al peque?o y se alej¨® unos diez metros cargando con ¨¦l pegado al vientre.
Lucy, a pesar de que tiene encuentros sexuales con los machos, nunca ha tenido descendencia. Ya tiene 21 a?os ¡ªlas chimpanc¨¦s paren por primera vez en torno a los trece¡ª y los cient¨ªficos est¨¢n convencidos de que es est¨¦ril.
Nada m¨¢s hurtarle el cad¨¢ver de su cr¨ªa, Bronte grit¨® y persigui¨® a Lucy por los ¨¢rboles, hasta que desisti¨® justo cuando su compa?era empezaba a asear el cuerpo inerte de su peque?o. As¨ª estuvieron durante diez minutos, separadas unos metros, mientras Lucy cuidaba de la criatura. M¨¢s tarde, Lucy se acerc¨® amistosamente a Bronte, que comenz¨® a acicalar a su compa?era mientras ella hac¨ªa lo mismo con su hijo. Lucy estuvo cuidando varias horas del cad¨¢ver. Prepar¨® un nido en las ramas en el que repos¨® junto al cad¨¢ver mientras mimaba su cuerpo, y tambi¨¦n le propin¨® algunas palmadas, como si tratara de despertarlo. Incluso estuvo acarre¨¢ndolo pegado al pecho mientras el grupo avanzaba por la selva. Finalmente, renunci¨® a cargar con el cad¨¢ver y lo dej¨® en el camino. Bronte se acerc¨®, espant¨® las moscas que ya lo merodeaban y continu¨® la marcha tambi¨¦n, sin dedicarle al cuerpo ninguno de los cuidados con los que Lucy lo hab¨ªa tratado.
"El comportamiento de Lucy sugiere que puede mantener este juego de crianza mientras se prolongue la ausencia de descendencia", asegura el estudio
"Hasta donde yo s¨¦, nuestro estudio es el primer relato publicado de una chimpanc¨¦ hembra adulta est¨¦ril jugando a la crianza con cad¨¢veres", explica el primat¨®logo Jacob Negrey, de la Universidad de Boston, que acaba de publicar la historia de Lucy en la revista Primates. "Hay algunos ejemplos de hembras adultas en otros lugares que acarrean palos y los cient¨ªficos han comparado con mu?ecas, pero el alcance de sus interacciones de juego con los palos es m¨ªnimo", asegura Negrey. Este juego de acarrear palos se observa sobre todo en hembras inmaduras, como si jugaran a las mam¨¢s, y es muy extra?o en adultas.?
La actitud de Lucy no sorprendi¨® demasiado a los especialistas que siguen a este grupo. Un a?o antes, en marzo de 2016, esta misma chimpanc¨¦ hab¨ªa aparecido ante sus ojos cargando con el cad¨¢ver de un peque?o mono, un g¨¢lago, apretado contra el vientre. Aquella ma?ana, la chimpanc¨¦ le dedic¨® los mismos cuidados que cualquier hembra le dedicar¨ªa a su cr¨ªa durante cinco horas. A pesar de que es un animal con el que los chimpanc¨¦s suelen alimentarse, ni Lucy ni los dem¨¢s miembros del grupo mostraron ninguna tentaci¨®n de despedazarlo. Lucy carg¨® con el mono sobre su grupa, a la que se suelen agarrar los beb¨¦s de chimpanc¨¦ para viajar con sus madres (ver v¨ªdeo). A pesar de que el peque?o cad¨¢ver se deslizaba por su espalda hasta el suelo una y otra vez, Lucy recorri¨® con ¨¦l encima m¨¢s de un kil¨®metro.
Prueba de inteligencia
Los primat¨®logos lo tienen claro: no es un hecho anecd¨®tico y puede repetirse. "El comportamiento de Lucy sugiere que puede mantener este juego de crianza mientras se prolongue la ausencia de descendencia", aseguran en las conclusiones del estudio. Mientras no sea madre, Lucy juega a serlo cuando se le presenta la ocasi¨®n.
"Ver a Lucy realizar interacciones como de madre e hijo es algo notable y una evidencia convincente de que los chimpanc¨¦s salvajes se involucran en juegos representativos", afirma Negrey
Negrey explica que cada vez hay m¨¢s pruebas, en primates en cautiverio, de sesgos sexuales en sus preferencias de juego desde una edad temprana. Es decir, que es m¨¢s habitual ver a las hembras j¨®venes jugando a ser madres. "Se piensa que es, en parte, un tipo de pr¨¢ctica o entrenamiento para el comportamiento adulto", asegura Negrey. Y a?ade: "Si esto es as¨ª, deber¨ªa de existir un sesgo sexual en los juegos de crianza entre los chimpanc¨¦s, ya que las chimpanc¨¦s son las ¨²nicas responsables de cuidar a la descendencia; los varones rara vez se preocupan por la descendencia, por lo que deber¨ªamos esperar niveles m¨¢s bajos de juego entre ellos".
Este ejemplo tan claro de juego representativo en el caso de Lucy va mucho m¨¢s all¨¢ de los instintos de cada sexo, ya que pueden decirnos muchas cosas sobre las capacidades cognitivas de los chimpanc¨¦s. Pero es muy dif¨ªcil observarlos en situaciones naturales entre ejemplares salvajes. "Eso es lo sorprendente de los incidentes que observamos", afirma Negrey. "Ver a la chimpanc¨¦ hembra Lucy realizar una serie de comportamientos que sugieren interacciones entre madre e hijo, como anidar con los cad¨¢veres, acicalarlos y llevarlos en la espalda, es algo notable y una evidencia convincente de que los chimpanc¨¦s salvajes se involucran en juegos representativos".
En los seres humanos, explica el cient¨ªfico, el juego representativo (por ejemplo, fingir que un pl¨¢tano es un tel¨¦fono) est¨¢ relacionado con el desarrollo de otros procesos cognitivos superiores importantes, incluidos los involucrados en el lenguaje. Y para comprender hasta qu¨¦ punto estos procesos se dan en otras especies, los cient¨ªficos han analizado el comportamiento de los chimpanc¨¦s, nuestros parientes vivos m¨¢s cercanos. "Es particularmente importante estudiar el comportamiento representativo en chimpanc¨¦s salvajes, cuyo desarrollo cognitivo, a diferencia de los chimpanc¨¦s cautivos, no est¨¢ en gran medida influido por los humanos", a?ade. Los juegos de Lucy son conmovedores, pero adem¨¢s, nos ofrecen una pista m¨¢s de la inteligencia de su especie.
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