La estrategia perdedora de Trump en Ir¨¢n
Con su retirada del acuerdo nuclear y las consecuencias que esto ha generado, el mandatario podr¨ªa tener que escoger entre perder prestigio en casa o iniciar una confrontaci¨®n militar
Las intenciones del presidente estadounidense, Donald Trump, en Ir¨¢n son un profundo misterio. ?Espera un ¡°mejor¡± tratado nuclear que el acuerdo de 2015 del que retir¨® a Estados Unidos? ?Suponen ¨¦l y sus asesores que si acumulan suficientes exigencias el r¨¦gimen se ver¨¢ obligado a ceder, o incluso abdicar? ?O est¨¢n fijando el escenario para un intento de cambio de r¨¦gimen por la fuerza militar?
Lo m¨¢s probable es que no tengan ni idea. Bien podr¨ªa ser as¨ª, porque ninguno de los resultados arriba mencionados va a suceder.
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Es verdad que con el abandono del Plan de Acci¨®n Integral Conjunto ¡ªPAIC, como se conoce oficialmente el acuerdo nuclear de 2015¡ª Trump cumpli¨® una de sus promesas electorales clave. El problema es que ni ¨¦l ni sus asesores parecen haber considerado qu¨¦ paso iban a dar despu¨¦s.
Una de las pocas constantes del enfoque de Trump hacia la definici¨®n de pol¨ªticas es su deseo de ganar la aprobaci¨®n de su n¨²cleo duro de seguidores. Puesto que tambi¨¦n hizo campa?a contra los ¡°enredos¡± de Estados Unidos en el extranjero, se puede suponer que esos votantes no quieren que Estados Unidos inicie otra guerra en Oriente Pr¨®ximo. Un conflicto b¨¦lico con Ir¨¢n causar¨ªa incluso m¨¢s v¨ªctimas, y ser¨ªa m¨¢s dif¨ªcil de ganar que las guerras iniciadas por los estadounidenses en Afganist¨¢n e Irak.
Por su parte, lo m¨¢s probable es que Trump quiera evitar la guerra, pero, al?mismo tiempo, aprovechar al m¨¢ximo la presi¨®n sobre el r¨¦gimen iran¨ª. El problema es que en el ambiente pol¨ªtico del golfo P¨¦rsico la l¨ªnea entre estas dos opciones no es nada clara. La experiencia pasada muestra que poner el?m¨¢ximo de presi¨®n suele crear las?condiciones para la confrontaci¨®n militar.
A diferencia de su asesor de seguridad nacional de l¨ªnea dura, John Bolton, Trump plantea que un cambio de r¨¦gimen por v¨ªas violentas no es uno de los objetivos de su pol¨ªtica hacia Ir¨¢n. Sin embargo, sus acciones son exactamente iguales a si los neoconservadores que llevaron al expresidente George W. Bush a la guerra de Irak siguieran tomando las decisiones.
Trump plantea que un cambio de r¨¦gimen por v¨ªas violentas no es uno de los objetivos de su pol¨ªtica
Esta situaci¨®n resulta mucho m¨¢s peligrosa en vista de que el margen de maniobra de las autoridades estadounidenses en Oriente Pr¨®ximo se ha reducido significativamente desde 2003. La posici¨®n estrat¨¦gica actual de Ir¨¢n es mucho m¨¢s s¨®lida de lo que era en ese entonces, precisamente porque la guerra de Irak derrib¨® a su principal rival en la regi¨®n. Y lejos de estar aislado en caso de una escalada militar, Ir¨¢n recibir¨ªa apoyo material y diplom¨¢tico de Rusia y China.
Al menos desde la ca¨ªda del sah en 1979, la pol¨ªtica de Occidente hacia Ir¨¢n se ha basado en ilusiones. Liderado por EE?UU, el mundo occidental ha confiado por largo tiempo en que las sanciones econ¨®micas obligar¨ªan al r¨¦gimen iran¨ª a cambiar sus pol¨ªticas y comportamientos. Pero esta mirada, junto con los muchos otros errores de Estados Unidos en la regi¨®n, en realidad ha fortalecido a Ir¨¢n. Sus fuerzas militares u organizaciones aliadas se extienden ahora por todo Irak, Siria y L¨ªbano, cruzando hasta el Mediterr¨¢neo y hasta la frontera norte de Israel. Y si bien la econom¨ªa iran¨ª sufre el peso de las sanciones, no se est¨¢ resquebrajando. Y el aparato de seguridad no muestra signo alguno de debilidad.
En respuesta a la decisi¨®n de Trump de abandonar el PAIC y volver a imponer sanciones, Ir¨¢n ha anunciado que est¨¢ enriqueciendo uranio en un porcentaje que es apto para usos b¨¦licos. Si el r¨¦gimen adquiere armas nucleares, se elevar¨ªa de modo importante la probabilidad de una carrera nuclear en la regi¨®n y la amenaza a la seguridad de Europa. Precisamente para prevenir este resultado los europeos iniciaron las negociaciones con Ir¨¢n a principios de la d¨¦cada de 2000, tras la invasi¨®n estadounidense a Irak. Solo con la llegada del presidente estadounidense Barack Obama cambi¨® la estrategia general de Occidente. Ahora que Trump est¨¢ revirtiendo gran parte de los avances logrados en los a?os de Obama, resulta claro que por s¨ª sola Europa es demasiado d¨¦bil para impedir que Ir¨¢n desarrolle armas nucleares.
Merece la pena recordar que, adem¨¢s de sus objetivos de no proliferaci¨®n nuclear, el Plan de Acci¨®n Integral Conjunto tambi¨¦n apuntaba a reintegrar a Ir¨¢n a la comunidad internacional. Al igual que los europeos, la Administraci¨®n de Obama reconoci¨® que no hab¨ªa funcionado su estrategia de aislarlo, y que no era una opci¨®n otra guerra en la regi¨®n. Sin embargo, al revertir el rumbo Trump ha eliminado el ¨²nico camino de avance viable.
Desde que EE?UU iniciara su retirada parcial, Ir¨¢n, Arabia Saud¨ª e Israel compiten por el dominio
Ir¨¢n ha sido una clara entidad pol¨ªtica y cultural por m¨¢s de 2000 a?os y no va a desaparecer. La ¨²nica interrogante es el papel que jugar¨¢ esta antigua y orgullosa civilizaci¨®n en la regi¨®n y en el resto del mundo. Sin una respuesta satisfactoria, todo Oriente Pr¨®ximo seguir¨¢ sumido en la inestabilidad y seguir¨¢ aumentando el riesgo de que un conflicto b¨¦lico surja y se extienda mucho m¨¢s all¨¢ de la regi¨®n.
Desde que Estados Unidos comenzara su retirada parcial de Oriente Pr¨®ximo bajo el gobierno de Obama, Ir¨¢n, Arabia Saud¨ª e Israel han competido por la dominaci¨®n regional. Y, debido a que el PAIC hizo surgir la perspectiva de un reacercamiento estadounidense a Ir¨¢n, no bajaron las tensiones entre estos antiguos rivales. Mientras tanto, Ir¨¢n ha mejorado su posici¨®n y ampliado su presencia regional mediante la guerra civil siria y otros conflictos. Con Arabia Saud¨ª e Israel ya en ascuas, si ahora se restaura el programa de armas nucleares iran¨ª la regi¨®n podr¨ªa llegar al borde de una guerra de imprevisibles consecuencias.
Ser¨¢n necesarios importantes esfuerzos diplom¨¢ticos para impedir que Ir¨¢n adquiera armas nucleares y formular un papel regional e internacional constructivo para la Rep¨²blica Isl¨¢mica. Pero aun as¨ª la estabilizaci¨®n de la regi¨®n debe venir desde adentro, como lo han demostrado las experiencias del ¨²ltimo siglo.
Al retirarse del PAIC sin buenas razones, Trump se ha internado en el laberinto iran¨ª. Pronto podr¨ªa llegar a un punto en que tendr¨¢ que escoger entre perder prestigio en casa o iniciar una confrontaci¨®n militar. De cualquiera de las dos maneras, desilusionar¨¢ a sus m¨¢s firmes partidarios y har¨¢ de Oriente Pr¨®ximo, y el mundo, un lugar mucho m¨¢s peligroso.
Joschka Fischer, ministro de Relaciones Exteriores y vicecanciller de Alemania entre 1998 y 2005, fue l¨ªder del Partido Verde alem¨¢n durante casi 20 a?os.
Traducci¨®n de David Mel¨¦ndez Tormen.
? Project Syndicate, 2019.
www.project-syndicate.org
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