Peridis: ¡°Salir en EL PA?S es una de las mayores suertes que he tenido¡±

A la mesa de trabajo de Jos¨¦ Mar¨ªa P¨¦rez (Cabez¨®n de Li¨¦bana, 1941), Peridis, llega el ruido de las terrazas del centro de Madrid. No le molesta, todo lo contrario; excepto cuando quiere dormir, ese es otro cantar. El escritor, dibujante, humorista y arquitecto confecciona desde el despacho de su casa las vi?etas que, desde el primer n¨²mero de EL PA?S, convierten a los pol¨ªticos en personajes de historietas.

El 4 de mayo de 1976 EL PA?S sali¨® a la calle por primera vez. Peridis?hab¨ªa escuchado d¨ªas antes que estaba a punto de nacer un diario liberal y progresista y pens¨®: ¡°Ese va a ser mi peri¨®dico¡±. No solo quer¨ªa ser lector, sino que se propuso ser parte de ¨¦l. Comenz¨® a hacer caricaturas de los principales l¨ªderes del mundo, de Pompidou a Mao Tse-Tung y las present¨® en el peri¨®dico. ¡°De Espa?a ninguno, por supuesto¡±, aclara aludiendo a la todav¨ªa presente sombra franquista. Lo llamaron el d¨ªa anterior a la publicaci¨®n del diario: EL PA?S llevaba en portada una foto del ministro espa?ol de Asuntos Exteriores Jos¨¦ Mar¨ªa de Areilza, que se dispon¨ªa a realizar una visita a Marruecos. Acompa?ando a la noticia, en p¨¢ginas interiores, apareci¨® la primera vi?eta de Peridis.?

El sentimiento que relata es de emoci¨®n: ¡°Estaba en un medio que sal¨ªa con fuerza, novedad, limpieza, claridad y con un gran futuro. Pensar que pod¨ªa salir en EL PA?S una de las intuiciones mejores que he tenido en la vida y el poder salir, una de las mayores suertes que he tenido¡±.

Peridis hab¨ªa comenzado su andadura en el dibujo bajo la inspiraci¨®n de la lectura. Ten¨ªa 10 a?os y las l¨ªneas del ilustrador Cronos, con las que retrataba a los deportistas en la prensa, comenzaron a atraerlo. Tambi¨¦n las de Charles M. Schulz en Snoopy. Empez¨® a copiar los trazos "sencillos pero llenos de vida" de autores a los que admiraba. Despu¨¦s, con el paso de los a?os, fue desarrollando su propio estilo. Acab¨® compaginando sus estudios de Arquitectura, con la literatura y los l¨¢pices, una amalgama de influencias que ha quedado condensada en sus vi?etas.

Toma la realidad como fuente de inspiraci¨®n y a los pol¨ªticos como protagonistas. ¡°No se trata de hacer parecidos, sino de sacarles el alma, de convertir a cualquier pol¨ªtico mediocre en personaje de historieta¡±, resume. Con sus dibujos refleja la actualidad ¡°desde otro ¨¢ngulo¡±, el de la caricatura y la simbolog¨ªa. ?l lo compara con las narraciones ¨¦picas de personajes mitol¨®gicos, las mismas que decoran su despacho, enfrascadas en libros por doquier. Imitando a los literatos cl¨¢sicos, crea un espacio aleg¨®rico en el que personas de carne y hueso mutan en personajes de cuento. El argumento es c¨ªclico: la lucha por el poder.

No ha recibido muchas quejas por sus interpretaciones, aunque a todos les gustar¨ªa aparecer en el tono ¨¦pico de las epopeyas. ¡°Pero la realidad no es esa¡±, zanja. El final de sus personajes se asemeja siempre: acaban cayendo en el agujero del anonimato.?