El caso del basurero t¨®xico que los ¡®instagramers¡¯ confundieron con un lago de ensue?o

Novosibirsk, la tercera ciudad m¨¢s grande de Rusia y situada en el centro de Siberia, es el ¨²ltimo lugar en el que nadie esperar¨ªa encontrarse aguas cristalinas de color turquesa, como esas que aparecen en los anuncios tur¨ªsticos del Mediterr¨¢neo o en las fotos publicitarias de resorts con todo incluido en el Caribe. Por eso, cuando alguien encontr¨® un lago con esas caracter¨ªsticas y public¨® una foto en Instagram, el lugar se convirti¨® de inmediato en un sitio de peregrinaje para los ba?istas y curiosos de la ciudad que quer¨ªan comprobar si aquel para¨ªso era real.

Este para¨ªso presto para la fotograf¨ªa y el hashtag es, en realidad, un basurero de ¨®xidos met¨¢licos nocivos para la piel solo por el contacto con ella. Sus aguas que son turquesas, en realidad, por culpa de una reacci¨®n qu¨ªmica

A partir de ah¨ª, una peque?a sensaci¨®n en Instagram: fotos de novios reci¨¦n casados abraz¨¢ndose en su orilla, ba?istas con coloridos unicornios inflables atravesando sus aguas transparentes y besadas por el sol y aspirantes a influencers posando en bikini o haciendo yoga sobre sus bancos de arena. Ahora llega el giro: este lago no es ni siquiera un lago. Es un estanque al que van a dar los restos t¨®xicos de una central de energ¨ªa t¨¦rmica cercana que provee de electricidad a toda la ciudad de Novosibirsk (1,6 millones de habitantes). Entre esos restos, las cenizas del carb¨®n quemado en la central.

Este para¨ªso presto para la fotograf¨ªa y el hashtag es, en realidad, un basurero de ¨®xidos met¨¢licos nocivos para la piel solo por el contacto con ella. Sus aguas son turquesas, en realidad, por culpa de una reacci¨®n qu¨ªmica.

La advertencia la ha dado la Siberian Generating Company, alarmada ante la popularidad del lugar en las redes sociales, que ha llegado a ganarse el apodo de las ¡°Maldivas siberianas¡± y cuenta con su propio perfil en la red social. Su nombre va acompa?ado por un emoji con gafas de sol, otro de una isla tropical, otro de una palmera y otro de una sonrisa.?

El bloguero Stanislav Razhev ha declarado al Siberian Times que ¡°miles de ciudadanos de Novosibirsk y turistas vienen al lugar en coche, a caballo o en bicicleta con cervezas y carne para barbacoa¡±. Algunos de sus visitantes han declarado que el agua huele bien, como a ¡°detergente de lavander¨ªa¡±. Si bien la Siberian Generating Company ha negado cualquier peligro de radiaci¨®n, advierte de que puede provocar reacciones al¨¦rgicas en los ba?istas y supone adem¨¢s un peligro m¨¢s grave por su fondo de tipo pantanoso: puede ser dif¨ªcil para un nadador casual salir del agua si comienza a hundirse en sus arenas.

Dado que ni la cercan¨ªa de la central t¨¦rmica (cuyas chimeneas se ven tanto desde los edificios m¨¢s altos de Novosibirsk como desde el lago) ni su olor a detergente parece detener a los osados instagramers a la hora de sacar una buena foto para ganar likes, la administraci¨®n de la central ha decidido cerrar las carreteras que llevan hasta el lago. ¡°Esto no es una playa¡±, han advertido en un comunicado. ?Lecci¨®n aprendida? Cuando un paisaje parezca demasiado bueno para ser cierto, tal vez sea mentira.