Starbucks, McDonalds y el olor a frito en el atelier de Valentino: la guerra de Italia contra la comida r¨¢pida
La tensi¨®n que hoy se vive en Mil¨¢n por el desembarco del gigante del caf¨¦ recuerda a la que se libr¨® cuando la cadena de hamburguesas aterriz¨® en Roma
El primer Starbucks de Italia, que ha sido inaugurado en un local de m¨¢s de 2.000 metros cuadrados en Mil¨¢n, est¨¢ a punto de cumplir una semana de vida rodeado de pol¨¦mica. En el pa¨ªs del caf¨¦ puro y corto esos enormes vasos de pl¨¢stico con caf¨¦ mezclado con todo tipo de cosas suponen poco menos que una afrenta. Los precios son parte del problema: Starbucks cobra su espresso all¨ª a 1,80, casi el doble de lo que cuesta en cualquier cafeter¨ªa del pa¨ªs. Y con el frapuccino (una mezcla de batido, helado y caf¨¦ que asustar¨ªa a cualquier purista) ni se han atrevido: por ahora no est¨¢ disponible.
El 5 de mayo de 1986 Valentino inici¨® acciones legales contra McDonalds y exigi¨® el cierre del restaurante debido a que provocaba en su taller ¡°un ruido notable y constante y un olor insoportable a comida frita que ensucia el aire¡±
Hace 32 a?os, en 1986, y un poco m¨¢s al sur (en Roma, la capital), tuvo lugar otra batalla entre las costumbres culinarias italianas y un gigante global llegado de Estados Unidos. El primer McDonald's de Italia desembarc¨® en la capital el 20 de marzo de 1986 y, al igual que con el Starbucks de Mil¨¢n, provoc¨® colas de curiosos. En concreto, seg¨²n una noticia recogida por La Repubblica, de 4.000 personas. La cadena de hamburguesas eligi¨® un antiguo y legendario bar de la ciudad, el Rugantino's, para situar su primer establecimiento. A un tiro de piedra, las famosas escaleras de la Piazza di Spagna.
La hilera de gente, formada por la tribu urbana de los paninari y los hijos de los suburbios de las afueras,?llegaba de la plaza a la v¨ªa Frattini. Enfrentados a ellos, cientos de romanos indignados que se manifestaban al grito de ¡°?Roma cicatrizada!¡± y no estaban dispuestos a aceptar que un gigante estadounidense que promov¨ªa el frito y la comida hecha y consumida en masa invadiese un terreno sagrado para la pasta al dente, el vino milenario y las largas sobremesas.
Durante los d¨ªas que rodearon la apertura hubo manifestaciones callejeras, debates en el ayuntamiento e intelectuales firmando manifiestos que alertaban de la destrucci¨®n de la identidad italiana.?Aquello era algo m¨¢s que un conflicto culinario. Era una lucha pol¨ªtica, cultural, generacional y urban¨ªstica.
Entre los que protestaban hubo muchas celebridades italianas. Entre ellos el cantante y actor Renzo Arbore, el c¨®mico y escritor Giorgio Bracardi o el cantante Claudio Villa (que tiene entre sus ¨¦xitos, qu¨¦ casualidad, una versi¨®n del cl¨¢sico?Arrivederci Roma). Todos ellos se apostaron a las afueras del local en la Piazza di Spagna el d¨ªa de la inauguraci¨®n repartiendo platos de espaguetis a los que hac¨ªan cola para entrar en McDonald's en un intento de reclamar el orgullo patrio.
Muchos de ellos mostraban carteles que ped¨ªan en ingl¨¦s: "Clint Eastwood, ?deber¨ªas ser nuestro alcalde!". ?El motivo? La estrella de cine, alcalde por aquel entonces de Carmel, un peque?o pueblo californiano, hab¨ªa prohibido que abriese en ¨¦l ninguna cadena de comida r¨¢pida. Para los que pretend¨ªan salvaguardar la identidad italiana su salvador no era otro que Harry el Sucio.?
El director del local, Francesco Bazzucchi, mostr¨® valor al salir y ofrecer a los manifestantes sus hamburguesas mientras les explicaba?que ¡°la carne ven¨ªa de Bolzano, el pan de Mil¨¢n y el k¨¦tchup de Bolonia¡±. La paz no lleg¨®. La primera jornada se sald¨® con lunas rotas y, durante un tiempo, el McDonald's de Piazza di Spagna conjug¨® la imagen de un sonriente payaso en la puerta con guardas armados y, seg¨²n inform¨® United Press, cristales antibalas.?
My strongest memory of Rome from a 1986 trip was the McDonalds (with machine gun armed guard out front) was the only place I could find with a public toilet.
— Eric Rowe (@kiwieric) September 11, 2018
En este tuit un turista recuerda c¨®mo en 1986 se encontr¨® con un guardia armado en la puerta del McDonalds.
El McDonald's de Roma fue en su momento el m¨¢s grande del mundo con una capacidad para 450 personas. En su men¨², todo el despliegue que se pod¨ªa encontrar en el resto del mundo excepto lechuga: Italia la hab¨ªa prohibido temporalmente por la radiaci¨®n del desastre de Chern¨®bil que tuvo lugar solo un mes despu¨¦s de la inauguraci¨®n y cuya nube radiactiva hab¨ªa llegado a Italia. Por la izquierda, la psicosis nuclear sovi¨¦tica. Por la derecha, el miedo a la invasi¨®n yanqui. Ninguna cr¨®nica sobre una hamburguesa contiene m¨¢s historia del siglo XX.?
Fue el dise?ador Valentino Garavani el que mostr¨® una oposici¨®n m¨¢s fuerte y con una excusa m¨¢s palpable que la defensa de los valores patrios o la protecci¨®n de una zona hist¨®rica. Garavani abri¨® su estudio en la plaza de Espa?a en 1960, al final de la V¨ªa Borgognona, que junto a a la V¨ªa Condotti aglutina varias boutiques de lujo en Roma. Seg¨²n ¨¦l, a partir del 20 de marzo de 1986, mientras m¨¢s all¨¢ de los cristales se apelotonaban los j¨®venes hambrientos y los intelectuales furiosos, la ropa en su estudio empez¨® a oler a frito. La parte de atr¨¢s del McDonald's, manten¨ªa el dise?ador, iba a dar a su estudio.
La noticia cruz¨® el oc¨¦ano. The?New York Times?inform¨® el 5 de mayo de ese a?o de que Valentino hab¨ªa iniciado acciones legales contra McDonald's y exig¨ªa el cierre del restaurante debido a que provocaba en su atelier (taller de costura) ¡°un ruido notable y constante y un olor insoportable a comida frita que ensucia el aire¡±. Como resultado, McDonald's se vio obligado a hacer reformas para adecuar la ventilaci¨®n y la salida de aires.
32 a?os despu¨¦s, la casa de lujo y el restaurante favorito de los adolescentes conviven en la misma plaza. Seg¨²n muchos italianos a¨²n reticentes, si este McDonald's se mantiene rentable y bullicioso en la actualidad es gracias a los turistas estadounidenses. Uno de ellos, David Bergman (de California) escribi¨® la siguiente cr¨ªtica en TripAdvisor: "Necesit¨¢bamos comida normal tras estar una semana entera comiendo pasta mediocre y felizmente encontramos este McDonald's". Le dio cuatro estrellas.?
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