?Rebeli¨®n en Bruselas?
Desde que hace poco m¨¢s de una semana los l¨ªderes europeos se pusieron de acuerdo sobre los futuros cargos de la Uni¨®n, el patio anda revuelto
Desde que hace poco m¨¢s de una semana los l¨ªderes europeos se pusieron de acuerdo sobre los futuros cargos de la Uni¨®n, el patio anda revuelto.
Primero fue el desprecio por el famoso sistema del Spitzenkandidat para presidir la Comisi¨®n. La elegida, la alemana Ursula von der Leyen, no hab¨ªa encabezado la lista de su grupo, el popular, ni ninguna otra. Se romp¨ªa as¨ª la breve tradici¨®n iniciada en 2014. Un coro de expertos y analistas salt¨® a criticar (con raz¨®n) el golpe que dicha decisi¨®n supon¨ªa a las aspiraciones de mejorar la legitimidad democr¨¢tica de la Uni¨®n Europea.
Siendo cierto, la realidad es que el enojo no ha pasado de los frikis comunitarios y los c¨ªrculos especializados. Que nadie espere que un ciudadano europeo salga a la calle exigiendo que Manfred Weber, Frans Timmermans o Margrethe Vestager reclamen la Comisi¨®n perdida. No lo har¨¢n. Son personajes todav¨ªa lejanos para la persona de a pie.
Pero Von der Leyen s¨ª puede tropezar con un obst¨¢culo inesperado: el deseo del Parlamento Europeo de ejercer sus poderes con el rechazo a su nombramiento. De momento, hay conatos de rebeli¨®n en el grupo socialista (S&D), sobre todo, curiosamente, en el lado alem¨¢n, y en el grupo de los Verdes, la estrella fulgurante en la nueva Euroc¨¢mara. Ambos cuestionan su gesti¨®n como ministra de Defensa germana, su inexperiencia en la pol¨ªtica europea y su escaso compromiso con una agenda ambiciosa en la lucha contra el cambio clim¨¢tico. Las reuniones mantenidas hasta ahora no los han convencido de su idoneidad para el puesto¡ y sin sus votos (sobre todo los de los socialistas) no salen los n¨²meros. S¨ª parece contar con los de los liberales de Renovar Europa, conformes con haber logrado la presidencia del Consejo para Charles Michel.
La votaci¨®n tendr¨¢ lugar la pr¨®xima semana y la candidata necesita una mayor¨ªa absoluta para ser confirmada. Una sola vez, no hay m¨¢s opciones. De no salir, habr¨ªa que buscar otro nombre. El Parlamento ya ha rechazado en el pasado, por diversas razones, candidatos a comisarios, pero ser¨ªa la primera vez que lo hiciera con la presidencia de la Comisi¨®n.
En el complicado equilibrio entre familias pol¨ªticas y pa¨ªses sobre el que se asienta la Uni¨®n Europea, se puede esperar que, sutilmente, los l¨ªderes hagan su trabajo y convenzan a los que ahora se muestran d¨ªscolos; tampoco hay muchas ganas de aventuras.
En cualquier caso, esta pol¨¦mica es un claro s¨ªntoma de que la pol¨ªtica europea est¨¢ cada d¨ªa m¨¢s politizada, lo cual es bueno. Eso s¨ª, sea Von der Leyen u otra/otro quien finalmente presida la Comisi¨®n, lo que hace falta es que se comprometa a impulsar las listas transnacionales, que se muevan en campa?as realmente conjuntas. Solo as¨ª estaremos m¨¢s cerca de una aut¨¦ntica democracia europea.
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