Tormenta regulatoria
Gasistas y el¨¦ctricas deben resolver el problema retributivo mediante la negociaci¨®n, no en la plaza p¨²blica
La decisi¨®n de la Comisi¨®n Nacional de Mercados y Competencia (CNMC) de reducir la retribuci¨®n de la distribuci¨®n y transporte del gas y de la electricidad ha provocado una cadena de protestas y reacciones contrarias de las empresas afectadas. Naturgy, por ejemplo, ha anunciado p¨²blicamente que suspende de forma temporal su inversi¨®n en redes de distribuci¨®n y transporte, aunque ha precisado que conservar¨¢ las que requiere el mantenimiento de la seguridad. Sobre la CNMC ha reca¨ªdo una tormenta de comentarios y reproches impropios de la templanza con que debe afrontarse el an¨¢lisis econ¨®mico de una regulaci¨®n, que no siempre debe beneficiar a las empresas sujetas a la normativa, en este caso, a la de gas y electricidad.
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Un primer paro ser¨ªa bajar el diapas¨®n de las protestas y atender a las causas que han propiciado el cambio regulatorio. Dif¨ªcilmente podr¨¢ arg¨¹irse que las empresas han sido sorprendidas por la rebaja de retribuciones, porque la intervenci¨®n era conocida desde meses atr¨¢s y la ¨²nica inc¨®gnita era la cuant¨ªa del recorte. Para situar con propiedad los prop¨®sitos de la CNMC, conviene recordar que las compa?¨ªas energ¨¦ticas ven¨ªan recibiendo una retribuci¨®n excesiva por sus redes, desde el punto y hora que percib¨ªan ingresos tambi¨¦n por activos ya amortizados, seg¨²n ha repetido hasta la saciedad la Comisi¨®n. A esa percepci¨®n an¨®mala pretend¨ªa inicialmente poner coto el cambio en los peajes; porque ese exceso se cargaba sobre la factura que pagan todos los consumidores.
El conflicto entre gasistas, el¨¦ctricas y CNMC tiene que situarse en un terreno de estricta racionalidad. Si las compa?¨ªas afectadas consideran que el recorte ha sido excesivo, alegaciones tienen para defender su postura y pueden, si lo desean, acudir a los tribunales. All¨ª es donde debe resolverse el presunto entuerto. Los anuncios de cat¨¢strofes sin cuento o el rasgarse las vestiduras en la plaza p¨²blica, merman la credibilidad de las empresas encargadas de prestar servicios esenciales a la ciudadan¨ªa. La sinton¨ªa entre el regulador y las empresas es la pieza esencial de ese servicio; y nadie pondr¨¢ en duda a estas alturas la capacidad de negociaci¨®n con el Gobierno de las grandes compa?¨ªas energ¨¦ticas.
Ahora bien, la CNMC, quiz¨¢ por la ausencia de un gobierno funcionando a pleno rendimiento, ha dado a conocer una estructura de peajes que no es congruente con los prop¨®sitos de cambio energ¨¦tico. El coste de la transici¨®n desde la estructura actual de generaci¨®n el¨¦ctrica a otra dominada por la producci¨®n renovable s¨®lo es posible si se aplica una estrategia clara de atracci¨®n de inversiones; y desde esa perspectiva es obligado fijar retribuciones al capital superiores a las vigentes. Esa contradicci¨®n es quiz¨¢ la m¨¢s chocante y peligrosa a medio plazo en este cambio regulatorio.
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