Evitar el abandono
Debemos rechazar y combatir cualquier intento de estigmatizaci¨®n de los menores extranjeros no acompa?ados
Los problemas hay que tratar de solucionarlos antes de que se cronifiquen y se agraven. La gesti¨®n de la llegada de menores inmigrantes no acompa?ados a nuestro pa¨ªs ha puesto a prueba el sistema de acogida, que ha quedado desbordado y ahora mismo es incapaz de garantizar una protecci¨®n adecuada para todos los que llegan. Espa?a se ha convertido en la principal puerta de entrada de menores a Europa y todo indica que no se trata de un fen¨®meno puntual, sino que ir¨¢ a m¨¢s. En diciembre de 2018 hab¨ªa registrados 13.012 menores no acompa?ados, m¨¢s del doble que 2017. Lo ocurrido en Catalu?a en los ¨²ltimos meses, con protestas e incidentes en torno a varios centros de acogida, debe ser tomado como una se?al de alerta. No podemos permitir la criminalizaci¨®n de un colectivo que antes que nada es v¨ªctima de su situaci¨®n. Debemos rechazar y combatir cualquier intento de estigmatizaci¨®n de estos menores, en los que la extrema derecha ha encontrado una diana para proyectar su xenofobia.
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La mejor forma de protegerlos es ir a la ra¨ªz del problema y revisar las carencias del actual sistema de acogida y adoptar medidas para garantizar una protecci¨®n efectiva y evitar que caigan en situaciones de abandono. El problema radica en que una parte de los menores acaban viviendo en la calle. Solo en la ciudad de Barcelona se estima que hay cerca de un centenar. A ello se une el hecho de que, en cuanto cumplen los 18 a?os, los menores que viven en centros de acogida quedan sin tutela y en muchos casos sin medios de subsistencia.
Los datos de Catalu?a indican la dimensi¨®n de un problema extrapolable al resto de Espa?a. Cuando acabe este a?o, 1.035 de los j¨®venes bajo custodia de la Generalitat habr¨¢n alcanzado la mayor¨ªa de edad a lo largo del a?o, pero solo hay 170 plazas en pisos de inserci¨®n. Aunque se han habilitado planes de seguimiento que incluyen una prestaci¨®n econ¨®mica durante dos a?os y diferentes ayudas, la protecci¨®n no alcanza a todos. De los 803 que cumplieron 18 a?os en 2018, el 54% siguieron teniendo alg¨²n tipo de ayuda y un 13% contaba con recursos propios o familiares, pero un 33% quedaron a la intemperie.
La percepci¨®n de inseguridad no se corresponde con la conflictividad real y por tanto debe combatirse la falsa idea de que todo el colectivo tiene problemas de delincuencia. Hay casos de inserci¨®n ejemplares. Pero hay que evitar que ese 18% de inmigrantes tutelados que en Catalu?a ha tenido alg¨²n problema con la justicia pueda encontrar formas de vida seguras. Lo peor es abandonarlos a su suerte en las calles, porque eso deteriora su salud f¨ªsica y mental y les pone en riesgo de caer en la delincuencia. Es responsabilidad de toda la sociedad acompa?ar a estos menores para que puedan construirse una vida adulta, aqu¨ª o en su pa¨ªs, satisfactoria y productiva.
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