La gran m¨¢quina cient¨ªfica que construyeron pa¨ªses enemigos
SESAME, un acelerador de part¨ªculas construido en Jordania, pretende convertirse en un impulso para la ciencia en Oriente Medio y tambi¨¦n para la paz
35 kil¨®metros al norte de Amm¨¢n, en Jordania, se encuentra Sesame, una m¨¢quina capaz de desentra?ar secretos ocultos en la materia. En esta regi¨®n, en la que durante siglos la interpretaci¨®n de mensajes inaudibles de seres que no se ven ha justificado guerras interminables, un instrumento para analizar con precisi¨®n la realidad que se escapa a la simple vista puede convertirse en una herramienta para la paz. Jordania fue el pa¨ªs elegido para albergar el laboratorio porque era el ¨²nico que manten¨ªa relaciones diplom¨¢ticas con el resto de los pa¨ªses fundadores: Egipto, Turqu¨ªa, Ir¨¢n, Israel, Palestina, Chipre y Bar¨¦in.
Sesame es un sincrotr¨®n, una instalaci¨®n que genera rayos de luz muy intensos con los que analizar, hasta sus menores componentes, contaminantes en el agua o los tejidos que cubren a las momias egipcias. Los rayos se consiguen aprovechando un tipo de radiaci¨®n que se genera cuando se aceleran electrones a velocidades pr¨®ximas a las de la luz. Para lograr ese efecto, es necesario curvar las trayectorias de las part¨ªculas con potentes imanes y despu¨¦s dirigir la luz hacia estaciones en las que se exponen las muestras que se quieren estudiar. El aspecto de esta m¨¢quina es un anillo con una circunferencia de 133 metros cubierto por muros de hormig¨®n para contener la radiaci¨®n, todo en el interior de una gran nave industrial con cada elemento dise?ado al mil¨ªmetro. Tecnolog¨ªa de alta precisi¨®n para realizar ciencia del m¨¢ximo nivel, dos disciplinas en las que no han sobresalido la mayor¨ªa de pa¨ªses de Oriente Medio.
En 2010, dos representantes iran¨ªes en SESAME, fueron asesinados
Desde Israel, el Estado de la regi¨®n que s¨ª destaca en ciencia y tecnolog¨ªa, el investigador de la Universidad Hebrea de Jerusal¨¦n Eliezer Rabinovici recuerda los esfuerzos de los ¨²ltimos a?os para poner en marcha esta gran infraestructura cient¨ªfica. ¡°A m¨ª siempre me educaron para buscar el bien de mi pa¨ªs, pero tambi¨¦n el de los pa¨ªses de la regi¨®n¡±, se?ala. Rabinovici es uno de los l¨ªderes de esta empresa, que tiene su germen en las ideas del nobel pakistan¨ª Mohammad Abdus Salam para crear un gran centro cient¨ªfico en la zona. ¡°La prioridad es tener una infraestructura en la que se pueda hacer buena ciencia. Si conseguimos eso, tambi¨¦n conseguiremos que gente de pa¨ªses con relaciones complicadas se re¨²na, hable, colabore y cree relaciones que ayuden a construir la paz¡±, afirma el italiano Giorgio Paolucci, director cient¨ªfico de Sesame.
Sesame ha sufrido numerosos contratiempos desde que se dieron los primeros pasos para su construcci¨®n a finales de los noventa. Entonces se propuso la reutilizaci¨®n de componentes del acelerador berlin¨¦s Bessy, a punto de ser desmantelado, para comenzar a construir un sincrotr¨®n en Oriente Medio. ¡°Se hablaba de que iba a estar en marcha en 2002, pero se ha tardado tres veces m¨¢s de lo previsto¡±, reconoce Paolucci. ¡°Ser¨¢ dif¨ªcil revertir el escepticismo generado estos a?os¡±, contin¨²a. El pasado mes de junio, un equipo turco public¨® en la revista Applied Catalysis B: Environmental el primer art¨ªculo cient¨ªfico surgido de esta infraestructura.
No faltan analog¨ªas entre el acelerador jordano y el CERN, el laboratorio europeo de f¨ªsica de part¨ªculas de Ginebra (Suiza) y la instituci¨®n clave en la creaci¨®n de Sesame. La cafeter¨ªa de este gran centro cient¨ªfico, fundado en 1954 tras la Segunda Guerra Mundial, fue un punto de encuentro entre investigadores de los bloques que se enfrentaron durante la guerra fr¨ªa. Ahora, se espera que el albergue de Sesame, financiado con algo m¨¢s de mill¨®n y medio de euros por el Gobierno italiano, cumpla una funci¨®n similar en Oriente Medio. ¡°Sesame es una buena oportunidad para tener buenas relaciones personales con cient¨ªficos de la regi¨®n lejos de los focos de la prensa¡±, se?ala Roy Beck en el Instituto Weizmann de Ciencias, en Rejovot (Israel). ¡°Cuando cierras la puerta, solo la ciencia importa¡±, a?ade. Beck, que trabaja en la Universidad de Tel Aviv, quiere utilizar el sincrotr¨®n para descubrir el papel del 50% de nuestras prote¨ªnas que tienen des¨®rdenes en su estructura y pueden explicar algo de lo mucho que desconocemos sobre nuestra biolog¨ªa.
A menos de una hora en coche de Rejovot, donde se hace ciencia que compite con las mejores universidades del mundo, en Cisjordania, el optimismo de cient¨ªficos israel¨ªes como Beck o Rabinovici se convierte en escepticismo. Algunos departamentos de f¨ªsica de las universidades palestinas tienen equipos sin herramientas b¨¢sicas para entrenar a sus alumnos y plantear proyectos para utilizar una instalaci¨®n en la que el tiempo de uso se reparte por la calidad de las propuestas parece imposible. Las universidades palestinas, como la de Bel¨¦n o la Unversidad Nacional An-Najah, no tienen alumnos ni profesores extranjeros, entre otras cosas, porque Israel, el pa¨ªs que controla Palestina, no concede visados de m¨¢s de tres meses para este tipo de actividades en los territorios ocupados. ¡°Si se arreglase la situaci¨®n pol¨ªtica, colaborar¨ªamos, pero ?qu¨¦ sentido tiene hablar de eso en la situaci¨®n actual, cuando nuestros estudiantes ni siquiera pueden entrar en Jerusal¨¦n y los israel¨ªes no pueden venir aqu¨ª?¡±, se pregunta Maher Natsheh, presidente de An-Najah.
El CERN, el gran laboratorio de f¨ªsica europeo, se cre¨® en parte para resta?ar las heridas de la Segunda Guerra Mundial
Ahmed Bassalat y Hadil Abualrob, un matrimonio de f¨ªsicos que son profesores en An-Najah, llevan a?os intentando construir colaboraciones con instituciones europeas para, a trav¨¦s de cursos m¨¢s cortos que superen las limitaciones impuestas por la ocupaci¨®n, crear v¨ªnculos internacionales que hagan crecer a su universidad y ofrezcan oportunidades a sus alumnos. Ambos estudiaron en Francia, en la Universidad Paris-Sud y son expertos en aceleradores de part¨ªculas. Abualrob trabaja en la construcci¨®n de un grupo de f¨ªsica de aceleradores en Palestina con el que aprovechar el potencial de Sesame, pero eso no significa que vea la posibilidad de una cooperaci¨®n cient¨ªfica con los israel¨ªes. Su esposo resume la situaci¨®n: ¡°Mis vecinos no tienen libertad de movimiento en su propio pa¨ªs, el ej¨¦rcito israel¨ª puede derribar sus viviendas a su antojo, ?c¨®mo crees que me mirar¨ªan si saben que estoy colaborando con los israel¨ªes?¡±. Paolucci reconoce que este tipo de colaboraciones entre pa¨ªses enemigos a¨²n no se han dado. ¡°Pero acabamos de empezar¡±, a?ade.
Caterina Biscari, directora del sincrotr¨®n ALBA, en Barcelona, considera que Sesame tiene muchas posibilidades desde el punto de vista de la ciencia y m¨¢s a¨²n para la cooperaci¨®n. ¡°Ha tenido muchos problemas y los sigue teniendo porque la financiaci¨®n no llega de manera puntual¡±, se?ala Biscari. ¡°Hay pa¨ªses como Ir¨¢n que tienen dificultades para hacer su aportaci¨®n y algo parecido pasa con Israel y sus nuevas relaciones con EE UU, que dificultan cualquier colaboraci¨®n con determinados pa¨ªses, incluida la de Sesame¡±, contin¨²a. Aunque las actividades de un sincrotr¨®n no tienen que ver con la producci¨®n de material para bombas at¨®micas, el conocimiento de los expertos que trabajan en ellos puede ser sensible en una regi¨®n tan explosiva. En 2010, Masoud Ali Mohammadi y Majid Shahriari, dos representantes iran¨ªes en Sesame, fueron asesinados en dos atentados que el Gobierno de su pa¨ªs atribuy¨® al Mosad israel¨ª.
El sincrotr¨®n de Oriente Medio es una infraestructura demasiado avanzada para muchos cient¨ªficos de la zona, pero tambi¨¦n puede ser una herramienta que impulse el desarrollo regional. ¡°En un mundo ideal uno empieza por la base y despu¨¦s se pasa a utilizar instrumentos m¨¢s complejos¡±, indica Biscari, ¡°pero en el mundo real estos procesos pueden ir en paralelo¡±. ¡°Cuando ALBA se construy¨® en Espa?a, hab¨ªa 200 usuarios de sincrotrones y sol¨ªan ir a los europeos. Hoy tenemos 2.600 usuarios espa?oles y 2.000 m¨¢s de fuera. Hace 15 a?os, la situaci¨®n de Espa?a no era la de Palestina, pero era m¨¢s b¨¢sica que ahora y el hecho de tener esta infraestructura supuso un empuj¨®n¡±, concluye.
Antes de suceder, lo que despu¨¦s va a ser cotidiano puede parecer imposible. Cuando se fund¨® el CERN solo hac¨ªa una d¨¦cada que los europeos hab¨ªan dejado la costumbre secular de matarse unos a otros. Hoy parece incre¨ªble que ancestros cercanos de esos cient¨ªficos que discuten sobre los aspectos m¨¢s esot¨¦ricos del funcionamiento de la materia se matasen a tiros hace no tanto. En Jordania, la cooperaci¨®n sin recelos entre cient¨ªficos de pa¨ªses enemigos no parece inminente, pero juntar a mentes brillantes para trabajar en com¨²n ya ha demostrado en otras ocasiones su potencial para mejorar el futuro.
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