La melod¨ªa que tiene m¨¢s de 2.000 versiones y un significado distinto en cada pa¨ªs
Sebasti¨¢n Iradier, creador de la popular 'La paloma', qued¨® eclipsado por su obra. Hoy sus seguidores reivindican su figura
Primitivo Langarica pas¨® m¨¢s de cuatro d¨¦cadas vendiendo l¨¢mparas en una tienda de Vitoria donde las hab¨ªa de todo tipo: de pie, de pared y de techo, de estilo retro y de estilo moderno, con forma de ara?a y de candelabro. Pero cuando muri¨® no dej¨® un rastro de luz, sino sonoro. Primitivo hab¨ªa acumulado en el desv¨¢n de su casa archivadores y cajas llenas de elep¨¦s, ced¨¦s, casetes y vinilos con centenares de versiones de La paloma ¡ª?la m¨ªtica habanera del compositor alav¨¦s Sebasti¨¢n Iradier que lleva sonando m¨¢s de 150 a?os¡ª, y los miembros de una famosa coral lo despidieron cant¨¢ndola.
La paloma tiene muchas patrias y una letra camale¨®nica, que ha ido transform¨¢ndose en algunos lugares con el paso del tiempo. En Zanz¨ªbar se escucha en los casamientos y en M¨¦xico es una canci¨®n de protesta. En Haw¨¢i, adonde lleg¨® de la mano de los vaqueros mexicanos contratados por el rey Kamehameha III para cuidar vacas, la consideran un ritmo tradicional de las islas. Y en Rusia es una de las preferidas por los estudiantes de conservatorio que se examinan de domra. La han entonado, entre otras, deslumbrantes estrellas como Pl¨¢cido Domingo, Nana Mouskouri, Julio Iglesias y Elvis Presley. Forma parte de bandas sonoras y de discos de g¨¦neros muy dispares, como el tango, el jazz, la ¨®pera o el flamenco.
Kalle Laar, un DJ de M¨²nich que ha identificado m¨¢s de 2.000 versiones, sabe hasta c¨®mo suena cuando la toca un coro de haitianos ciegos con campanillas. Y la pel¨ªcula La paloma, de la directora alemana Sigrid Faltin, nos recuerda que el m¨²sico semijud¨ªo Coco Schumann se vio obligado a interpretarla en Auschwitz mientras otros prisioneros caminaban hacia la muerte en las c¨¢maras de gas del campo de concentraci¨®n nazi.
¡°Hay hasta una versi¨®n en ?lengua farsi. En Europa, la canci¨®n ha sido protagonista tanto en zarzuelas como en guerras mundiales. Y es una de las melod¨ªas m¨¢s viajeras de la historia porque en muchos pa¨ªses la acogieron como si fuera suya y ha podido reinventarse¡±, explica ?lvaro Langarica, uno de los hijos de Primitivo y el presidente de la Asociaci¨®n Palomista Iradier de ?lava.
Iradier vivi¨® durante a?os a salto de mata ¡ªel escritor P¨ªo Baroja lo describi¨® como un dandi despreocupado y voluble que ¡°no pretend¨ªa ni moralizar ni ser acad¨¦mico¡±¡ª. Cuando se instal¨® en Madrid, entr¨® en contacto con la burgues¨ªa y dio clases de canto a Eugenia de Montijo y a otros miembros de la aristocracia. Estuvo en Par¨ªs, Londres, Nueva York y otras ciudades acostumbradas a recibir artistas. Y seg¨²n Blanca Sedano, una graf¨®loga y conferenciante que analiz¨® varias de sus firmas, ambicionaba el reconocimiento tanto para ¨¦l como para sus composiciones. Su obra, sin embargo, lo acab¨® eclipsando, y cuando falleci¨® lo registraron en el cementerio vitoriano de Santa Isabel como un simple organista.
Hoy, los palomistas ¡ªm¨²sicos, artistas, coleccionistas, historiadores y curiosos profesionales¡ª son conscientes de que hay una deuda con ¨¦l y revindican su figura cada vez que hablan en radios, charlas TEDx y conferencias de prensa. La publicista Maribel Larra?aga, que est¨¢ preparando un documental junto a su hermana Maite para tratar de llenar los renglones vac¨ªos de su biograf¨ªa, define al compositor como ¡°un m¨²sico pop¡± de otra ¨¦poca por su don de la oportunidad y su facilidad para conectar con la gente. Y el acordeonista Peter ?Fl?schner asegura que supo reflejar en una sola habanera ¡°todo lo que pasa en la vida¡±.
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