Desayunos que combaten el matrimonio infantil en Yemen
La guerra, el hambre y el analfabetismo influyen en el aumento de los casamientos tempranos en el pa¨ªs, donde el 72% de las ni?as est¨¢n enlazadas antes de los 18
Faten Al Osimi empieza el d¨ªa en la ciudad yemen¨ª de San¨¢ a las cinco de la madrugada. Su primera tarea es revisar que los desayunos para las ni?as est¨¦n listos: pan, queso, huevos duros, at¨²n, fruta y leche. Otras dos personas ya han limpiado la naranjas para evitar el c¨®lera, hervido los huevos y se encargar¨¢n de llevarlo todo a las dos escuelas situadas en la capital yemen¨ª antes de que empiecen las clases. Esta joven licenciada en Matem¨¢ticas empieza entonces su jornada laboral hasta mediod¨ªa, y por la tarde acude a su segundo trabajo en el departamento de arte de la universidad. Si no tiene clase, se encarga de comprar y preparar las cajas de alimentos para m¨¢s de 300 familias que con ello podr¨¢n subsistir durante un mes. Con la ayuda de Al¨ª, lo cargan en un peque?o autob¨²s que han acondicionado para llamar la atenci¨®n lo menos posible y se dirigen a hacer el reparto. Otros d¨ªas, visita dos campos de refugiados en el norte del pa¨ªs para controlar que se llenan los dep¨®sitos de agua que han instalado.
Su vida hubiera sido distinta, pero a esta joven yemen¨ª de 32 a?os la guerra le cambi¨® los planes. A ella, como a millones de personas de este pa¨ªs situado al sur de la pen¨ªnsula de Arabia, un conflicto muy cruento que va por su quinto a?o puso en suspense sus vidas y las ha quebrado para siempre. ¡°Despu¨¦s del inicio de la guerra, nuestra vida dio un giro de 180? y empezamos a ver solo sangre. Bombardeaban en todos los sitios y fuimos olvidando todas las cosas divertidas que sol¨ªamos hacer antes. Nos bombardeaban sin motivo, cerca de los barrios donde viven muchas familias. Nosotros est¨¢bamos en paz, y nos la quitaron¡±, cuenta Al Osimi por mensajes telef¨®nicos desde Yemen.
Si la familia encuentra una v¨ªa para que las ni?as est¨¦n alimentadas, no las casan. Est¨¢ funcionando¡±?
Eva Erill, psic¨®loga
Muy lejano queda ya aquel d¨ªa, dos meses antes del estallido del conflicto el 26 de marzo 2015, en el que cuando celebraba su cumplea?os con amigos en la terraza de un hotel en la capital yemen¨ª conoci¨® a la espa?ola Eva Erill. Esta psic¨®loga ligada al mundo de la ayuda humanitaria internacional y viajera empedernida encontr¨® en Yemen ese lugar que tanto hab¨ªa buscado. ¡°Yo sal¨ª de Yemen dos meses antes que estallara el conflicto. Cuando en redes sociales todos mis amigos yemen¨ªes colgaban fotos de gatitos porque estaban muertos de miedo, Faten denunciaba la situaci¨®n que estaban sufriendo. Un d¨ªa ella me pregunt¨® si pod¨ªamos hacer algo por su pa¨ªs porque la gente estaba pasando hambre¡±, recuerda Erill en una entrevista por videollamada desde Barcelona, donde reside. Esa pregunta fue el germen de la ONG Solidarios sin Fronteras, fundada por Al Osimi junto a las espa?olas Eva Erill y Noelia Ruiz, cuyo trabajo se desarrolla en Yemen desde 2015.
Cuatro a?os de conflicto han pasado una factura muy alta en Yemen: hasta 70.000 civiles muertos, tres millones de personas desplazadas y miles de vidas rotas. La guerra, el hambre y el analfabetismo son culpables de que el matrimonio infantil haya condenado a muchas menores a convertirse en esposas demasiado pronto. Las cifras se han disparado del 17,1% en 2013, seg¨²n datos del Gobierno yemen¨ª, al 72% en 2018 seg¨²n Unicef. Hace un a?o, una profesora alert¨® a Al Osimi de que cada vez las familias sacaban a m¨¢s ni?as de la escuela. Casi 120 menores en ese momento dejaron de acudir a clase. ¡°Cuando las ni?as dejan de ir a la escuela, a los 12 o 13 a?os, las casan directamente. Muchas tienen que trasladarse desde San¨¢ a un poblado, para vivir en una casa y con una familia que no conocen. Ser¨¢n esclavas, abusar¨¢n de ellas y se quedar¨¢n embarazadas muy j¨®venes. Es una situaci¨®n terrible¡±, explica Al Osimi.
Contra esto, la receta de estas tres mujeres han sido 1.065 desayunos que se reparten cada d¨ªa en dos escuelas de la capital yemen¨ª. ¡°Sabemos que por un desayuno no van a dejar de darlas en matrimonio, pero la realidad es que est¨¢n todas, que ninguna falta al colegio. Es un desayuno completo con vitaminas, prote¨ªnas e hidratos que no puede sustituir a una comida pero les ayuda mucho. Si la familia encuentra una v¨ªa para que las ni?as est¨¦n alimentadas, no las casan. Est¨¢ funcionando¡±, reconoce Erill. Una labor a la que no hay que quitar ni un ¨¢pice de gesta ya que en muchas ocasiones es la ¨²nica comida que muchas de ellas reciben a diario en un pa¨ªs colapsado y bloqueado al mundo exterior, asediado por los bombardeos y donde se mantiene cerrado el puerto de Hodeida, principal entrada de alimentos, combustible, medicinas y ayuda humanitaria que importa Yemen.
¡°Cuando una familia no tiene dinero, el matrimonio infantil es una de las opciones por las que optan, porque ven que ser¨¢ una boca menos que alimentar. Son personas sin formaci¨®n que no tienen nada y a las que les ofrecen una o dos cabras y hasta 2.000 d¨®lares por casar a la menor¡±, apunta Erill. En Yemen, alrededor del 70 % de la poblaci¨®n padece inseguridad alimentaria y 450.000 ni?os menores de cinco a?os sufren malnutrici¨®n aguda grave. La pobreza, el analfabetismo, la tradici¨®n y la guerra han condenado a muchas ni?as a convertirse en esposas. ¡°Yo les digo a los padres que nosotras les daremos comida pero que ellos deben traerlas todos los d¨ªas para que no dejen de estudiar. Les insisto en lo importante que es esto para el futuro de sus hijas¡±, relata la joven yemen¨ª.?
Desde que empezaron a dar desayunos cada ma?ana en ambas escuelas, ninguna ni?a ha faltado a clase. En las fotos y v¨ªdeos que Al Osimi env¨ªa cada noche v¨ªa Whatsapp desde San¨¢ a Barcelona el rostro de las menores ha cambiado. A pesar de la guerra, las sonrisas y los juegos llenan las aulas de nuevo y ellas han vuelto a ser, simplemente, ni?as.
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