La inquietante exposici¨®n que celebra los 100 a?os del psicoan¨¢lisis en la casa museo de Freud
La casa museo de Sigmund Freud de Londres acoge 'The enigma of the hour', una muestra que explora la asociaci¨®n entre sus teor¨ªas y el arte contempor¨¢neo junto a obras de Paloma Varga Weisz, Simon Moretti, Linder o Daniel Silver
Durante la anexi¨®n nazi de Austria en 1938, el fundador del Psicoan¨¢lisis decidi¨® huir hasta Londres e instalarse en el barrio de Hampstead, en una casa ahora convertida en museo, cuya visita sigue causando impresi¨®n. Su despacho permanece tal y como ¨¦l lo dej¨® en el momento de su muerte (recurri¨® a la eutanasia, incapaz de soportar el dolor que le produc¨ªa un c¨¢ncer de mand¨ªbula); sus ic¨®nicas gafas redondas descansan sobre los papeles de su escritorio y su silla giratoria aparece apartada, como si acabara de levantarse.
Quienes se pasen por all¨ª antes del 4 de agosto se llevar¨¢n un sobresalto a¨²n mayor. Junto a la mesa, sobre la alfombra, yace un maniqu¨ª articulado de tama?o natural, postrado como si acabara de sufrir un ataque. Aqu¨ª y all¨¢ asaltan bustos con cabezas sin rostro, una efigie femenina con seis pechos o cuadros que mezclan a modo de collage estatuas egipcias con fotogramas de pel¨ªculas de Pasolini. El motivo no es otro que la exposici¨®n que alberga para celebrar el centenario del International Journal of Psychanalisis (IJP), la biblia de esta teor¨ªa.
El a?o pasado, la editora jefa de la publicaci¨®n, Dana Birksted-Breen, encarg¨® a los artistas Simon Moretti y Goshka Macuga,?nominada al premio Turner en 2008, que comisariaran una exposici¨®n para conmemorar el aniversario. Moretti y Macuga se sumergieron durante meses en los archivos de la revista de la Sociedad Brit¨¢nica del Psicoan¨¢lisis y del Museo Freud para, a partir de su investigaci¨®n, poder seleccionar con criterio las obras que formar¨ªan parte de la muestra y crear otras nuevas. El resultado es esta exhibici¨®n que lleva por t¨ªtulo The enigma of the hour (el enigma de la hora). "Nos apropiamos del t¨ªtulo de una pintura de Giorgio de Chirico", explica Simon Moretti, "un contempor¨¢neo de Freud que estaba muy interesado en temas como el inconsciente y los sue?os".
La delgada l¨ªnea entre el sue?o y la creaci¨®n
Hay una larga tradici¨®n de di¨¢logo entre las teor¨ªas del psicoan¨¢lisis y el arte. "El estado mental del psicoanalista es interesante si se compara con el estado mental del artista, utilizando la asociaci¨®n libre o la noci¨®n bioniana [del psicoanalista brit¨¢nico William Bion] de ensue?o. El psicoanalista franc¨¦s Michel de M¡¯Uzan, que estudi¨® los estados de ¨¢nimo tanto del psicoanalista como del artista, habl¨® de una 'agitaci¨®n creativa y de cambios en la identidad", sostiene Dana Birksted-Breen, quien nos recuerda que "el logotipo de la revista internacional, con Edipo y la Esfinge, y que Freud eligi¨® para las diversas publicaciones que inici¨®, proviene de un cuadro de Ingres".
Varias de las obras de la exposici¨®n tienen un marcado aire surrealista. "El surrealismo es el movimiento que a menudo se asocia m¨¢s con el psicoan¨¢lisis", dice Moretti. "Creo que si miramos m¨¢s lejos nos damos cuenta de que, de hecho, sus ideas han influido en muchos otros movimientos art¨ªsticos. El inconsciente siempre desempe?a un papel fundamental en el proceso creativo. Los artistas trabajan con la materia prima de sus propios conflictos inconscientes a trav¨¦s de los materiales art¨ªsticos. El artista, para Freud, se caracteriza por la flexibilidad con la que maneja la represi¨®n: convierte sus deseos y fantas¨ªas m¨¢s personales en arte a trav¨¦s de una transformaci¨®n".
Los conceptos del psicoan¨¢lisis tambi¨¦n se han empleado para interpretar el arte contempor¨¢neo, aunque, como advierte Birksted-Breen, "nunca se debe confundir la pr¨¢ctica cl¨ªnica con la interpretaci¨®n del arte: no se puede psicoanalizar una obra de arte como si fuera un paciente en el div¨¢n. Las obras de arte solo pueden evocar estados y experiencias en el espectador¡±.
Entre las obras m¨¢s impactantes que se agolpan en el Museo Freud est¨¢ Man, bent (2019), el maniqu¨ª creado por Paloma Varga Weisz. "Como si fuera un intermediario entre la persona y el objeto, esta figura articulada de tama?o natural, y tallada en madera, recuerda al modelo anat¨®mico de madera articulado, capaz de asumir varias posiciones y roles, al servicio del artista. Entre un maniqu¨ª y el retrato de un hombre real con rasgos altamente detallados, esta figura ambigua ocupa de manera inquietante el espacio entre una persona y un objeto relacionado con el concepto de Freud de lo incre¨ªble.
De la misma autora es Lazlo¡¯s dream (2018), la escultura de 62 cent¨ªmetros de alto de una mujer con seis mamas. El programa de la exposici¨®n la describe como "una melanc¨®lica y extra?a figura quim¨¦rica [que] recuerda algunos de los primeros esfuerzos creativos del hombre. Principalmente humana, pero con las orejas y las m¨²ltiples ubres de un perro u otro peque?o mam¨ªfero, tambi¨¦n evoca una invenci¨®n del mito o el folclore. El hecho de que esta figura haya sido convocada por un sue?o atestigua la presencia perdurable de la metamorfosis en nuestras iconograf¨ªas culturales y personales, una met¨¢fora adecuada para la mir¨ªada".
Del complejo de Edipo al ocultismo de Cocteau
Una de las obras concebidas por Moretti para la exposici¨®n es Untitled (Oedipus Rex-The infernal machine) #1 (2019), un collage con fotograf¨ªas y fotogramas que "atestiguan la ubicuidad cultural perdurable del tema de Edipo, esencial en la teor¨ªa de Freud del complejo de Edipo y m¨¢s all¨¢. Varias traducciones est¨¦ticas del tema de Edipo se yuxtaponen con im¨¢genes de Edipo Rey de Pasolini y La m¨¢quina infernal de Cocteau. Los recuerdos personales y culturales colisionan en esta imagen que tambi¨¦n nos recuerda el concepto de Freud de arqueolog¨ªa de la mente, la excavaci¨®n como met¨¢fora para desenterrar el pasado en relaci¨®n con la memoria y el inconsciente", dice el autor.
Nobilissima visione II (2011), de Linder, es un fotomontaje que superpone im¨¢genes extra¨ªdas de dos libros de los a?os veinte que representan, en opini¨®n de Simon Moretti, "narraciones on¨ªricas, dioramas on¨ªricos de la muerte poblados por bailarines, animales y objetos naturales. Bailarines de ballet, leones, conchas, osos y ant¨ªlopes presentan fant¨¢sticas narraciones de sue?os que se relacionan con las ideas de Freud".
En el rellano inferior, al pie de las escaleras, el visitante se topa con After Bath Mannequins 2 (2018), de Daniel Silver, una escultura de m¨¢rmol y ¨®nice de un torso con cabeza sin rostro. Su aspecto combina lo ¨¢spero y lo suave, lo que aporta "un contraste entre lo pulido y lo no transformable, el residuo; la roca biol¨®gica de Freud", dice Birksted-Breen.
Esta exposici¨®n solo podr¨ªa haber tenido lugar en el Museo Freud. Seg¨²n sus responsables, el escenario ha determinado el tono de las obras, que se completan con una vitrina con valioso material hist¨®rico del IJP. Como se?ala Dana Birksted-Breen, "la mezcla de las exhibiciones permanentes de la colecci¨®n de Freud con la exposici¨®n actual genera la sensaci¨®n de movimiento que transmite un ensue?o". A la salida, elegir entre una pinta en el bar de la esquina o tumbarse en un div¨¢n ya es cosa suya.
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