Un poco de humanidad
Para los ni?os, el verano es ese tiempo ancho que nunca se acaba; para los viejos, la estaci¨®n del recuerdo
Hoy, varias mujeres inmigrantes subir¨¢n la declinante tasa de natalidad. Esta tarde de domingo, cientos de ni?os veranear¨¢n en los parques de las ciudades, se mojar¨¢n los pies en las fuentes y correr¨¢n como locos entre los aspersores. Una limpiadora con dos hijos, un joven periodista aut¨®nomo, una mujer reci¨¦n divorciada tratar¨¢n de imaginar su futuro tras una subida brutal del alquiler. Un viejo lector de peri¨®dicos se obsesionar¨¢ con los parentescos de los empleados del Tribunal de Cuentas y hoy domingo, en vez del sudoku, comenzar¨¢ a dibujarles un ¨¢rbol geneal¨®gico. Un padre de familia planear¨¢ el divorcio en el viaje de vuelta de vacaciones. Una mujer llamar¨¢ al 016 y se repetir¨¢ a s¨ª misma, ¡°no deja rastro¡±, pero le atormentar¨¢ una frase le¨ªda hace muy poco, ¡°en la nube, todo deja rastro¡±. Todo deja rastro. Una jubilada mirar¨¢ ofertas de viajes a la India, solo por gusto. Y una ni?a china pasar¨¢ la tarde en la puerta de la tienda de sus padres en Usera sin sospechar que lo que observa ser¨¢ el paisaje de sus novelas en 2040. Un parado de larga duraci¨®n deja el paro para convertirse en jubilado y se siente realizado con el cambio. Una maestra escucha discutir a sus hijos y se sorprende echando de menos a sus alumnos. La abuela no quiere morirse para que los nietos no pierdan su pensi¨®n. Un moribundo pregunta a una enfermera, ¡°?hay vida despu¨¦s de la vida?¡±. Una poeta de Instagram solloza porque ha perdido un seguidor y, dolida, publica estos versos, ¡°yo, que te pensaba?/?t¨², que hoy has dejado mi poema flotando en la nube. Vuelve¡±. El ni?o lame un helado en la piscina del barrio con el padre; por momentos, el padre olvida la insoportable nostalgia. El suicida mira de nuevo el puente, le da pena que tarden mucho en encontrarlo, siente una enorme ternura hacia s¨ª mismo. Un cirujano sale del hospital y se toma un solomillo poco hecho en el bar de enfrente. Una vecina de la calle Salvador Allende lleva tres noches so?ando con que una bandada de buitres sobrevuela su casa, sale a la terraza y grita al cielo agitando el pu?o: ¡°?Esto no se quedar¨¢ as¨ª, Ana Botella!¡±. Para los ni?os, el verano es ese tiempo ancho que nunca se acaba; para los viejos, la estaci¨®n del recuerdo. Un obrero se desploma de un golpe de calor. Una dependienta de El Corte Ingl¨¦s recibe un mezquino emoticono de ¡°medio happy¡± de una clienta pu?etera. Menuda cabrona. Un repartidor, hasta las pelotas del mundo, se mete en el Retiro con la pizza del pedido y se la come. Entera. De huevo y tocino, que es lo que pide el cuerpo en julio en un Madrid. La chica mira el m¨®vil, es otra vez el novio, que le ense?e el co?o, que est¨¢ fuera y lo necesita; ella teclea, ¡°vuelve y te lo ense?o en persona¡±. Una mujer escucha por la radio que la violencia de g¨¦nero ha de llamarse intrafamiliar y murmura el t¨¦rmino, a ver si lo entiende.
El verano los envuelve a todos en sue?os, esperanzas y decepciones. Cada uno cumple con su vida, sinti¨¦ndose parte de una humanidad, pero tambi¨¦n algo ajeno, tal vez desamparado, con todos los proyectos en suspenso. Llegar¨¢ el oto?o. Sus vidas aparecer¨¢n fugazmente en nuestras columnas, como ligeros cameos. Dedicaremos todo nuestro espacio a analizar la discordia entre quienes les ven como parte de su estrategia. Esa palabra imp¨²dica de la pol¨ªtica: estrategia.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.