La especulaci¨®n

Uno de los males que perturba la pol¨ªtica espa?ola consiste en la estrategia de los medios por primar la especulaci¨®n sobre las conclusiones. Analizar los hechos suele conducir a unas certezas. Pero si en lugar de fijar la mirada sobre lo sucedido se entretiene al personal con la especulaci¨®n sobre lo que va a ocurrir, las c¨¢balas, los dimes y diretes y dem¨¢s variantes de lo futurible, la informaci¨®n termina por parecerse demasiado a un programa de esos de videntes y sus predicciones para tontos anhelantes. Frente al debate de investidura sobraron horas de retransmisi¨®n de negociaciones y especulaciones comentadas por visionarios. Si a los pol¨ªticos se les concede tanto protagonismo por no hacer nada es normal que prefieran la inmovilidad. Si la especulaci¨®n te hace protagonista blanco de la noticia, mejor no moverse de ah¨ª y seguir gozando de la vanidad de ser el centro del mundo, sin arriesgarte a hacer nada, no vaya a ser que te salga mal. En realidad no tendr¨ªamos que maldecir tanto la inmovilidad, sino que ¨¦sta se haya convertido en noticia. Lo mejor ser¨ªa estar a otra cosa, y mira que hay asuntos de inter¨¦s, hasta que vengan con algo de verdad que ofrecernos.

Quiz¨¢ por eso, durante las jornadas de la frustrada investidura presidencial, se me hicieron muy presentes los ausentes, mientras que los presentes se me evaporaban por cierta insustancia. Para mucha gente, Rajoy gestion¨® con plomiza sabidur¨ªa un caso similar de bloqueo parlamentario. S¨¢nchez y Casado parecen haberlo elegido como modelo. El primero, por su calma en la tormenta. El segundo, porque despu¨¦s de probarse como ultra en campa?a y pegarse el mayor batacazo de su partido en elecciones generales, ha descubierto el discreto encanto de la moderaci¨®n. Son esos virajes los que han dejado a Albert Rivera en una situaci¨®n in¨¦dita. No es el l¨ªder de la oposici¨®n, sino que se ha inventado un extremismo personal. Donde llama sanchismo al PSOE, banda al pacto y bot¨ªn al poder leg¨ªtimo. Parece que despu¨¦s de explotar la veta del frentismo en Catalu?a quisiera exportar su modelo de negocio al resto de Espa?a. Durante el debate resonaba la dignidad de un joven pol¨ªtico como Toni Rold¨¢n, al abandonar el fuera borda naranja para regresar a la vida civil. Cuando ya no estimula la regeneraci¨®n ni el hacer las cosas de manera distinta, se te acaban los argumentos racionales. Irse ha sido un gesto de enorme significaci¨®n frente al vaciado de su l¨ªder.

Y el otro ausente que cobr¨® un valor fenomenal fue un hombre discreto, el asturiano Javier Fern¨¢ndez, que dirigi¨® la gestora del PSOE cuando S¨¢nchez fue defenestrado por su empe?o en ese lema tan popular como vacuo del ¡°no es no¡±. Llev¨¢bamos tiempo sin escuchar a un pol¨ªtico coherente y con fundamentos y pudimos ver que su modo de razonar desatascaba la par¨¢lisis pol¨ªtica, aunque puede que no tuviera ning¨²n futuro en la liza electoral. Esa es nuestra desgracia. Lo que te gana las elecciones te arruina la din¨¢mica de los pactos. Por eso era tan raro alguien como ¨¦l, que manej¨® la pol¨ªtica sin vetos ni pesticidas, sin testosterona ni estudios de mercadotecnia, sino bajo la raz¨®n pr¨¢ctica y asumiendo sus consecuencias. Los tiempos de presencias et¨¦reas aumentan el protagonismo de las ausencias s¨®lidas.