La princesa Haya llega al juicio de su divorcio con un rosario en la mano
El emir de Dub¨¢i y su sexta esposa se enfrentan desde este martes en los tribunales por la custodia de sus dos hijos
El emir de Dub¨¢i y la princesa Haya se enfrentan desde este martes en un proceso en el que se dirime la custodia de sus dos hijos, las condiciones de sus separaci¨®n y el reparto de un ingente patrimonio. Todo ello con repercusiones pol¨ªticas que implican a los Emiratos ?rabes, a Jordania ¡ªpa¨ªs de nacimiento de Haya¡ª y al Reino Unido, donde se dirime el pleito y donde la todav¨ªa esposa del emir ha buscado refugio y la complicidad de la reina Isabel II.
En un movimiento inusual, el jeque Mohamed bin Rashid Al Maktum de Dub¨¢i y la princesa Haya de Jordania emitieron hace una semana una declaraci¨®n conjunta sobre su proceso de divorcio. La pareja se ha decidido a hablar despu¨¦s de un mes de noticias sobre su separaci¨®n y confirm¨® que su pr¨®xima disputa legal trata ¨²nicamente acerca del bienestar de sus hijos. Una audiencia de dos d¨ªas que se celebra en el Tribunal Superior de Londres este martes y ma?ana. La declaraci¨®n, hecha p¨²blica por el tribunal, confirm¨® que "estos procedimientos se refieren al bienestar de los dos hijos de su matrimonio y no al divorcio ni a las finanzas". Dichas finanzas afectar¨ªan a su patrimonio, estimado en m¨¢s de 4.900 millones de euros. Haya se convirti¨® en la sexta esposa de Al Maktum en 2004 y es madre de dos de sus hijos: Jalila, de 11 a?os, y Zayed, de siete. En total, el jeque tiene 23 hijos de sus diferentes esposas.
No hay constancia de que el matrimonio se haya visto hoy las caras. A la puertas del juzgado solo se ha podido ver a la princesa acompa?ada de su abogada, en la que es su primera aparici¨®n p¨²blica desde que escap¨® de Dub¨¢i a principios de mes.?Haya, de 45 a?os, ha llegado a los juzgados con un sencillo vestido blanco y el pelo suelto, agarrando una m¨¢sbaha (una especie de rosario isl¨¢mico o ristra de cuentas para recitar los distintos nombres de Al¨¢)?entre las manos. A su todav¨ªa esposo, de 70, no se le ha visto en los tribunales. El jeque ha intentado que los medios de comunicaci¨®n tuvieran acceso a la sala donde se celebraba el juicio y ha pretendido que el proceso se trasladara a Dub¨¢i.
Helen Ward y Fiona Shackleton, las abogadas de la pareja, son quienes les han defendido. Conocidas como "la gran dama de los divorcios" y la "magnolia de acero", respectivamente, sus apodos dicen mucho sobre la personalidad de dos de las abogadas de familia brit¨¢nicas m¨¢s conocidas y solicitadas por aquellos que pueden permitirse sus costosos servicios. Shackleton defiende los intereses de la princesa y Ward se ha hecho cargo del proceso desde el lado el emir.
Una y otra ya saben lo que es llevar procesos medi¨¢ticos y millonarios. Ward se ha encargado de los divorcios de Guy Ritchie o del de Bernie Ecclestone de su segunda mujer, Slavica. Y Shackleton sabe lo que es tratar con la realeza porque gestion¨® la ruptura del pr¨ªncipe Carlos de Inglaterra y Diana Spencer y la del pr¨ªncipe Andr¨¦s y Sarah Ferguson. Sigue manteniendo una excelente relaci¨®n con la familia real brit¨¢nica y se dice que aconseja legalmente a los pr¨ªncipes Guillermo y Enrique, a cuya boda asisti¨® como invitada. Tambi¨¦n sabe lo que es jugarse en el estrado no solo una separaci¨®n sentimental , sino un buen pu?ado de millones porque ha representado en sus respectivas rupturas a Paul McCartney, a quien su exmujer Heather Mills ped¨ªa 172 millones de euros que se redujeron a 22, a Madonna o al l¨ªder del grupo Oasis, Liam Gallagher.
La huida de Haya se produjo nueve meses despu¨¦s de la rocambolesca huida de la princesa Latifa Bint Mohamed, una de las hijas del emir de Dub¨¢i, el pasado marzo. La mujer ten¨ªa entonces 33 a?os y denunci¨® en un v¨ªdeo que se escapaba de su casa y de su pa¨ªs porque no ten¨ªa libertad para moverse y porque ella y alguna de sus hermanas hab¨ªan sido v¨ªctimas de malos tratos. Su barco fue interceptado cuando se hallaba en aguas internacionales, cerca de India, y Latifa fue devuelta a su domicilio.
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