Que el esp¨ªritu de Orwell nos ilumine a todos
La construcci¨®n de una ciudadan¨ªa informada es uno de los grandes desaf¨ªos de nuestro tiempo
¡°Contra ese mundo cambiante y fantasmag¨®rico, un mundo en el que lo negro puede ser blanco ma?ana, en el que las condiciones climatol¨®gicas de ayer se pueden cambiar por decreto, solo hay dos garant¨ªas. Una es que, por mucho que neguemos la verdad, la verdad sigue existiendo, por as¨ª decirlo, sin nuestro consentimiento, y en consecuencia no podemos tergiversarla de manera que lesione la eficacia militar. La otra es que mientras quede parte de la tierra sin conquistar, la tradici¨®n liberal seguir¨¢ viva¡±.
George Orwell escribi¨® estas l¨ªneas en 1942, recordando la Guerra Civil espa?ola (Ensayos escogidos, 2003). Como tantos otros de sus escritos, la vigencia de estas ideas es absolutamente contempor¨¢nea. Casi ochenta a?os despu¨¦s, la tierra que hoy ¡°queda por conquistar¡± no es un espacio geogr¨¢fico, sino una multiplicidad de territorios legales, institucionales y emocionales. Y nuestra batalla se libra en un contexto no delimitado y contra un ej¨¦rcito inasible. Pero la esencia de este esfuerzo es la misma de la que tanto habl¨® Orwell: salvaguardar la verdad, defender los derechos existentes y abrir espacio a los que a¨²n no han sido reconocidos.
Se me ocurren pocos asuntos que igualen en relevancia a este. Y por eso quer¨ªa dedicar mi ¨²ltima entrada antes de las vacaciones a ello. Este blog ha denunciado en muchas ocasiones el alarmante deterioro de los intermediarios tradicionales. La legitimidad y credibilidad de ONG, organismos internacionales, medios de comunicaci¨®n e incluso partidos pol¨ªticos han sido atacadas y su necesidad cuestionada. Y la respuesta de estos, ay, no ha hecho mucho por tranquilizar a los ciudadanos.
La realidad es que nuestro debate p¨²blico padece un fallo multiorg¨¢nico. La tertulianizaci¨®n de la informaci¨®n desvincula a esta de los hechos, centr¨¢ndose en la interpretaci¨®n superficial, histri¨®nica y, a menudo, interesada de los comentaristas. Es un debate emocional, en el que las creencias y las percepciones desempe?an un papel m¨¢s relevante que la verdad desnuda. No ayuda la atomizaci¨®n de canales de informaci¨®n y recepci¨®n, sin controles ni exigencias de calidad. Las redes sociales como sustituto de un conversaci¨®n serena e informada.
Brexit, Trump y Bolsonaro son ejemplos recientes de este debate abiertamente mentiroso y manipulado, con influencia de factores externos. Pero el fen¨®meno contamina por completo la conversaci¨®n sobre asuntos como el clima y las migraciones.
Necesitamos reflexionar seriamente sobre las respuestas a este desaf¨ªo. Es cierto que la debilidad de los medios tradicionales ¨Calgunos de los cu¨¢les se han apuntado a la banalizaci¨®n que ya han experimentado muchos partidos¨C podr¨ªa estar siendo compensada por otros intermediarios. Una nueva generaci¨®n de canales de informaci¨®n de alta calidad, pero con un formato m¨¢s ligero y especializado. La red News Deeply, webs esponsorizadas como Planeta Futuro [secci¨®n de EL PA?S donde se publica este blog y creada en alianza con la Gates Foundation o FAO, entre otros], las iniciativas peque?as pero ¨¢giles de informaci¨®n de nicho como la Revista 5W o los nuevos intermediarios de investigaci¨®n como porCausa forman parte de este ecosistema alternativo.
Pero nada de todo esto evitar¨¢ un futuro en el que el debate p¨²blico ser¨¢ m¨¢s ruidoso, atomizado y confuso de lo que ha sido en el pasado. Por eso es imprescindible centrarse en los ciudadanos como destinatarios y protagonistas activos de esta informaci¨®n. Ese es el prop¨®sito de proyectos como el del Rebranding de las migraciones, que proponemos desde porCausa. O de la nueva generaci¨®n de organizaciones antibulos como Maldita.es. Les propongo que el pr¨®ximo curso utilicemos este espacio para divulgar y discutir otras buenas ideas. Que el esp¨ªritu de Orwell nos ilumine a todos.
Mientras tanto, que todos los que puedan disfruten de unas reparadoras vacaciones. Vamos a necesitarlas.
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