Klaus Fuchs
Stalin se enter¨® de la primera bomba at¨®mica un mes antes que el mism¨ªsimo presidente de los Estados Unidos, Harry Truman
![Klaus Fuchs a su llegada a Londres tras su puesta en libertad. Hab¨ªa cumplido condena por espionaje.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/AJ3XJPF37KN6SLA2YW6Q44PPIM.jpg?auth=bafb066660a9803e88b905204d9973645420e7005a947372abcc9e37bef38403&width=414)
El Antropoceno, la era geol¨®gica que los arque¨®logos extraterrestres del futuro identificar¨¢n como signo de una civilizaci¨®n inteligente en la Tierra, empez¨® justo a las cinco y media de la madrugada del 16 de julio de 1945, hora local del desierto de la Jornada del Muerto, en Nuevo M¨¦xico. En ese instante trascendente estall¨® la primera bomba at¨®mica, en una prueba llamada Trinity que, s¨®lo tres semanas despu¨¦s, les iba a caer en la cabeza a los ciudadanos de Hiroshima y Nagasaki matando a 360.000 de ellos en un pesta?eo. Seis semanas antes de la prueba Trinity, un f¨ªsico llamado Klaus Fuchs filtr¨® la informaci¨®n a Mosc¨². As¨ª fue como I¨®sif Stalin se enter¨® de la primera bomba at¨®mica un mes antes que el mism¨ªsimo presidente de Estados Unidos, el reci¨¦n nombrado Harry Truman.
Hag¨¢monos ahora dos preguntas: ?por qu¨¦ eso fue el principio del Antropoceno? y ?qui¨¦n era ese Fuchs? Bien, lo del Antropoceno, o ¡°era de la humanidad¡±, viene de una comparaci¨®n con la extinci¨®n de los dinosaurios. La frontera entre el Cret¨¢cico y el Terciario (o l¨ªmite K/T, por sus siglas en alem¨¢n) que los ge¨®logos ven en los estratos refleja la ¨²ltima de las cinco extinciones masivas que ha vivido el mundo desde el origen de los animales. La extinci¨®n K/T, acontecida hace 66 millones de a?os, no solo es famosa por haber barrido de la faz de la Tierra a tres de cada cuatro especie de animales y plantas (incluidos los dinosaurios), sino tambi¨¦n porque nos vino del cielo en la forma de un gigantesco cometa ca¨ªdo sobre el Yucat¨¢n mexicano. La mejor prueba es una estrecha banda rica en iridio que separa el antes y el despu¨¦s de ese cataclismo en los estratos de todo el planeta. El iridio es raro en la Tierra, pero abundante en meteoritos y cometas.
La prueba Trinity ¡ªjunto a las bombas de Hiroshima y Nagasaki y las mil pruebas nucleares que vinieron despu¨¦s¡ª marc¨® el inicio del Antropoceno con un nuevo estrato geol¨®gico: la estrecha banda de residuos de las explosiones nucleares que los ge¨®logos del futuro podr¨¢n identificar a la perfecci¨®n como un signo de inteligencia. No se me ha escapado el valor ir¨®nico que la palabra adquiere en este contexto.
Vale, y ?qui¨¦n era ese Fuchs? Es una buena historia, que acaba de revelar el profesor em¨¦rito de f¨ªsica de la Universidad de Oxford Frank Close en su libro Trinity: The Treachery and Pursuit of the Most Dangerous Spy in History (Trinity: la traici¨®n y el af¨¢n del esp¨ªa m¨¢s peligroso de la historia), saludado como una joya biogr¨¢fica por Ann Finkbeiner en Nature. En los a?os treinta, Fuchs era un estudiante de F¨ªsica que hab¨ªa huido de la Alemania nazi y se hab¨ªa refugiado en el Reino Unido, donde conoci¨® al brillante f¨ªsico nuclear Rudolf Peierls, otro m¨¢s de los cerebros jud¨ªos alemanes que hab¨ªan tenido que salir pitando de su pa¨ªs. Fuchs era encantador, y cay¨® muy bien a la familia de su profesor, que le acab¨® invitando al comit¨¦ MAUD donde se cuajaba un proyecto brit¨¢nico para dise?ar la bomba at¨®mica, y despu¨¦s al proyecto Manhattan que se desarrollaba en el laboratorio secreto de Los ?lamos, en Nuevo M¨¦xico. Muy cerca del desierto de la Jornada del Muerto donde empez¨® el Antropoceno. Todo bajo la atenta y presciente mirada de Stalin.
?Hizo bien Fuchs, el m¨¢s peligroso de los esp¨ªas brit¨¢nicos que pasaron a los sovi¨¦ticos los secretos nucleares de Occidente? Nunca lo sabremos, al menos en este barrio del multiverso.
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