La fractura de Europa
Los ciudadanos se apartan cada vez m¨¢s de un proyecto que se desentiende de la suerte de los inmigrantes en el Mediterr¨¢neo
El 25 de julio de 2019 se recuperaron m¨¢s de 60 cuerpos de inmigrantes tras el naufragio de su embarcaci¨®n frente a la ciudad de Khoms, en la noche del mi¨¦rcoles al jueves. ¡°Una embarcaci¨®n de madera [...] ha naufragado a menos de cinco millas marinas de la cosa, seg¨²n los testimonios de los supervivientes¡±, declar¨® el general Ayoub Kacem, portavoz de la armada libia. Los migrantes siguen intentando huir en pateras y otras embarcaciones precarias, primero de sus pa¨ªses, y despu¨¦s de las atrocidades de los campos libios en los que los torturan, los matan de hambre y a menudo los violan.
Las cifras son imprecisas, lo que dice mucho de la imposibilidad de establecer el n¨²mero de inmigrantes ahogados en el mar e incluso de los que emprenden este viaje hacia la muerte. Es s¨ªntoma de una sociedad cuya deshumanizaci¨®n permite dejar de prestar atenci¨®n a algo que se ha vuelto casi cotidiano, los inmigrantes, en su mayor¨ªa negros ¡ªalejados de nosotros, los europeos¡ª, que tratan de atravesar el mar. Algunos mueren ahogados, pero permanecen poco tiempo en las portadas, en los peri¨®dicos. Nuestra vida contin¨²a sin que hagamos nada.
El naufragio del 23 de julio ha ¡°despertado¡± a la ONU, que lo ha calificado como ¡°la peor tragedia del a?o en el Mediterr¨¢neo¡±. Sin embargo, la Uni¨®n Europea ha declarado oficialmente que considera ¡°la crisis migratoria pr¨¢cticamente terminada¡±. Y, en efecto, los resultados son impresionantes: Italia registr¨® la llegada de 180.000 inmigrantes en 2016, 120.000 en 2017, 23.000 en 2018 y 3.073 desde el 1 de enero de 2019.
La UE se felicita por haber traspasado el problema, en gran parte, a Estados como Turqu¨ªa y Libia y haber entrenado a golpe de millones de euros a los guardacostas libios, lo que hace posible que la mayor parte de los migrantes que antes emprend¨ªan el viaje ahora ya no puedan hacerlo, pero, sobre todo, que los que lo emprenden sean interceptados y devueltos a Libia. Devueltos a los campos de la muerte, devueltos a las bombas; conviene recordar aqu¨ª que, desde la decisi¨®n del mariscal Hafter de conquistar Tr¨ªpoli, Libia sufre bombardeos a¨²n m¨¢s intensos que no distinguen entre combatientes y civiles y que apuntan a numerosos centros de detenci¨®n de inmigrantes.
La migraci¨®n es un problema mundial que exige una respuesta mundial. Debe haber pol¨ªticas unificadas; y hay que respaldar iniciativas locales
Este relato oficial que transmite a la opini¨®n p¨²blica las ideas de ¡°circulen, circulen, no hay nada que ver¡± y ¡°dormid tranquilos, europeos¡±, no solo es falso sino que alimenta esta noci¨®n de un mundo en el que aceptamos que haya unos seres humanos que se ahogan en el Mediterr¨¢neo y que eso forma parte de la vida.
M¨¢s all¨¢ del relato y la mentira, la UE est¨¢ ahondando su fractura con los ciudadanos, cuando podr¨ªa hacer todo lo contrario si volviera a las ra¨ªces de su creaci¨®n y su raz¨®n de ser. La defensa de los derechos fundamentales por los que tanta gente lucha en el mundo es lo ¨²nico que salvar¨¢ a la UE. Las ¨²ltimas elecciones europeas han mostrado una voluntad ciudadana de cambiar la situaci¨®n, de introducir la ecolog¨ªa y los derechos fundamentales en el Parlamento Europeo. El apoyo masivo a Carola Rackete, la capitana del Sea-Watch 3 ¡ªdetenida el 29 de junio por haber entrado en las aguas territoriales italianas y haber atracado a la fuerza en la peque?a isla de Lampedusa, pese al veto del ministro italiano del Interior, Matteo Salvini¡ª, es otra prueba.
?No escucha Bruselas??Acaso no oye a esa ciudadan¨ªa que ruge, se organiza y decide dejar de respetar la ley cuando se vuelve inmoral e injusta? ?Qu¨¦ decir de una sociedad cuando llega a ese punto? ?No hemos vivido ya esa desobediencia en el pasado? ?No podemos intentar no olvidar nuestra historia? Diga lo que diga la UE, es evidente que no pueden aplicarse pol¨ªticas migratorias restrictivas m¨¢s que violando los derechos humanos. Y eso es exactamente lo que est¨¢ sucediendo desde 2016 con el acuerdo UE-Turqu¨ªa, la cooperaci¨®n de varios miembros, entre ellos Italia, con Libia y la criminalizaci¨®n del auxilio no gubernamental en el mar.
Pero hay otras respuestas. La migraci¨®n es un problema mundial que exige una respuesta mundial. Debe haber pol¨ªticas unificadas. Adem¨¢s hay que respaldar iniciativas locales como los programas de inserci¨®n de inmigrantes en Europa, pero tambi¨¦n en el continente africano, crear puestos de trabajo locales. Es necesario que la UE recupere su peso pol¨ªtico respecto a los pa¨ªses en los que financia programas, que imponga unas normas de respeto a los derechos humanos como condici¨®n para esa financiaci¨®n. Y hay que abordar la situaci¨®n en Libia.
Los inmigrantes pueden reforzar a la poblaci¨®n activa, estimular las inversiones e impulsar el crecimiento. Por eso, lo que debemos cambiar es el enfoque y el relato, para que quede claro que el flujo migratorio no es el drama que se vive hoy sino que puede ser una soluci¨®n para nosotros, los europeos.
C¨¦line Bardet es jurista internacional especialista en cr¨ªmenes de guerra.
Traducci¨®n de Mar¨ªa Luisa Rodr¨ªguez Tapia.
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