El PSN se sacude los complejos
Los socialistas merecen un voto de confianza al garantizar la convivencia en una Navarra plural mejor que el tripartito de derechas que busca la polarizaci¨®n identitaria con el nacionalismo en bloque
El Partido Socialista de Navarra (PSN) volver¨¢ a gobernar la comunidad foral despu¨¦s de 23 a?os. Lo intent¨® en 2007 con los nacionalistas moderados pero la ejecutiva federal del PSOE lo impidi¨®. A¨²n estaba ETA en activo y pesaba el acuerdo soberanista que en Euskadi hab¨ªan mantenido el PNV de Juan Jos¨¦ Ibarretxe y Batasuna. En ese marco, la campa?a de la derecha navarra contra los socialistas por ¡°vender Navarra a Euskadi¡± y ¡°traicionar a las v¨ªctimas de ETA¡± cuaj¨®. El PSN le cedi¨® el Gobierno y lo pag¨® con una espectacular ca¨ªda de votos hasta quedar instalado en la irrelevancia.
Doce a?os despu¨¦s, la derecha navarra ¡ªhoy UPN, PP y Ciudadanos, juntos en la plataforma Navarra Suma¡ª ha vuelto a intentar hacerse con el Gobierno con los mismos argumentos catastrofistas. Pero esta vez ha fracasado. El PSN ha convencido a Pedro S¨¢nchez y al PSOE sobre la conveniencia de gobernar con los nacionalistas de Geroa Bai, Podemos e Izquierda-Ezkerra y la abstenci¨®n de EH Bildu. El pulso del PSN tiene que ver con su supervivencia partidista. Pero, tambi¨¦n, con la necesidad de hacer pedagog¨ªa sobre la convivencia en una Navarra plural y desmontar el uso que la derecha sigue haciendo del terrorismo, desaparecida ETA, para conservar el poder.
Esta vez, el lenguaje apocal¨ªptico se le ha vuelto en contra a los que lo emplean. Ha irritado a los socialistas, que ya no soportan que la derecha les acuse de insuficiente compromiso contra el terrorismo cuando tienen tantas v¨ªctimas como ella. Adem¨¢s, su machac¨®n argumento de que el PSN ha pactado la abstenci¨®n de EH Bildu es insostenible.
Prueba de la inexistencia de ese pacto es que en su programa de Gobierno no hay huellas abertzales. Defiende la foralidad navarra sin concesiones vascas. Respecto al euskera, se retrotrae a la ley aprobada por la derecha. Y, para mayor incomodidad de EH Bildu, el programa apoya el Canal de Navarra y el Tren de Alta Velocidad, dos infraestructuras a las que se ha opuesto la izquierda abertzale.
Hasta el momento, es incomparable la relaci¨®n del PSN y EH Bildu con la del PP y Ciudadanos con Vox, que ha dejado huella en la pr¨¢ctica pol¨ªtica de la derecha. As¨ª mismo, el compromiso del PSN de no pactar con EH Bildu ha permitido a la derecha gobernar Pamplona.
Pero tampoco hay que enga?arse. El Ejecutivo de la socialista Mar¨ªa Chivite no tiene f¨¢cil su gobernabilidad, al no disponer de mayor¨ªa absoluta. La derecha y EH Bildu juntas pueden bloquear el Parlamento navarro. Y, en todo caso, a Chivite le ser¨¢ dif¨ªcil sustraerse a la influencia parlamentaria de la coalici¨®n de la izquierda abertzale, que tratar¨¢ de limitar a cuestiones sociales, como sucede en otras instituciones.
No obstante, el PSN merece un voto de confianza al garantizar la convivencia en una Navarra plural mejor que el tripartito de derechas que, con menos del 40% de los votos, pretende monopolizar la idea de Navarra y busca la polarizaci¨®n identitaria con el nacionalismo en bloque.
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