Los cient¨ªficos se rebelan contra la ley europea de transg¨¦nicos
Miles de investigadores exigen a la UE que elimine los obst¨¢culos a la edici¨®n gen¨¦tica para crear frutas y verduras m¨¢s nutritivas y resistentes al cambio clim¨¢tico
Las verduras del futuro crecen en un invernadero de Valencia. Hay tomates que no producen sustancias al¨¦rgicas y otros cuyos genes se han modificado para que el tomate vuelva a saber a tomate. En breve puede sumarse otra variedad capaz de aguantar olas de calor que en condiciones normales pueden arruinar cosechas enteras en el sur de Espa?a. El creador de este huerto experimental es el cient¨ªfico Antonio Granell. Como muchos otros investigadores europeos en su campo, este qu¨ªmico afronta con preocupaci¨®n una realidad que no llega a digerir: es probable que ninguna de estas plantas se desarrollen en Espa?a, ni en cualquier otro pa¨ªs de Europa, pues la ley lo hace imposible en la pr¨¢ctica.
¡°No se puede impedir la llegada al mercado de estas nuevas variedades de plantas, como mucho lo que suceder¨¢ es que en Europa acabaremos importando estos productos desde fuera¡±, asegura Granell, que trabaja en el Instituto de Biolog¨ªa Molecular y Celular de Plantas. ¡°En nuestros estudios con tomate hemos podido averiguar que el buen sabor depende de unos 100 genes y que sobre todo est¨¢ relacionado con la producci¨®n de unos 20 compuestos vol¨¢tiles. Cambiando la expresi¨®n de unos cinco genes podemos modular el tono del sabor del tomate y potenciarlo¡±, resalta.
Para lograrlo Granell utiliza la t¨¦cnica de edici¨®n gen¨¦tica CRISPR, que desde su descubrimiento en 2012 ha cambiado para siempre la forma de hacer ciencia en la mayor¨ªa de laboratorios de biolog¨ªa de todo el mundo. La t¨¦cnica permite editar el genoma de cualquier ser vivo con una precisi¨®n y facilidad sin precedentes. Gracias a ella se pueden identificar los genes responsables de producir los principales al¨¦rgenos que hacen que haya personas que no pueden probar el tomate, las fresas o los melocotones y eliminarlos. Tambi¨¦n es posible crear variedades de plantas que no dependen de las abejas y otros polinizadores para producir fruto, una ventaja debido al declive global de estos insectos. Estas t¨¦cnicas tambi¨¦n evitar¨ªan la p¨¦rdida de cosechas de trigo, ma¨ªz y otros cultivos en pa¨ªses en desarrollo ocasionadas por las sequ¨ªas y las pestes gracias a cambios puntuales en su genoma realizados con CRISPR.
Hace unas semanas, cient¨ªficos de 127 institutos de investigaci¨®n de toda Europa que agrupan a unos 25.000 cient¨ªficos exigieron a las autoridades de la UE un cambio urgente de la legislaci¨®n sobre organismos modificados gen¨¦ticamente (OMG), los transg¨¦nicos. En una carta abierta dirigida al Parlamento Europeo, la Comisi¨®n Europea y el Consejo, los cient¨ªficos alertan de que la actual regulaci¨®n deja a Europa fuera de juego ante la posibilidad de dise?ar nuevas variedades vegetales usando CRISPR para crear ¡°una agricultura sostenible¡± en el contexto del cambio clim¨¢tico con variedades resistentes a la sequ¨ªa y que necesitan menos agua y pesticidas. ¡°La capacidad de usar la edici¨®n gen¨¦tica es crucial para el bienestar y la seguridad alimentaria de los ciudadanos europeos¡±, clamaba el texto.
El a?o pasado, el Tribunal Europeo de Justicia equipar¨® las plantas modificadas con CRISPR con los transg¨¦nicos convencionales (OMG), una decisi¨®n no recurrible. Los transg¨¦nicos incluyen variedades vegetales desarrolladas hace m¨¢s de dos d¨¦cadas con t¨¦cnicas m¨¢s rudimentarias para incluir en su genoma ADN de otra especie. Por ejemplo, el ma¨ªz transg¨¦nico MON 810, el ¨²nico autorizado para su cultivo en Europa, lleva un gen de la bacteria B. thuringiensis que le permite sintetizar una prote¨ªna t¨®xica para el taladro, una plaga. La sentencia del tribunal de la UE obliga a que las plantas modificadas con CRISPR, incluso las que no lleven ADN de otra especie, est¨¦n sometidas a las mismas reglas que los transg¨¦nicos. Esta normativa requiere un proceso de prueba que puede llevar hasta seis a?os y costar hasta 15 millones de euros, lo que en parte explica que en Europa solo se haya aprobado un cultivo de este tipo.
Los cient¨ªficos denuncian que la sentencia del tribunal no se basa en argumentos cient¨ªficos. La legislaci¨®n de transg¨¦nicos, que data de 2001, ¡°ya no refleja correctamente el estado actual del conocimiento cient¨ªfico¡±, alerta la carta enviada a la UE. Las plantas modificadas con CRISPR que no contienen genes de otras especies son igual o m¨¢s seguras que las plantas obtenidas por las t¨¦cnicas de mejora convencionales, argumentan. Una de estas t¨¦cnicas consiste en aplicar productos qu¨ªmicos o radiaci¨®n a las semillas para generar numerosas mutaciones en su ADN y quedarse con las que desarrollan mejor sabor, color u otra caracter¨ªstica de inter¨¦s. Estas plantas no son consideradas transg¨¦nicas, aunque potencialmente llevan muchas m¨¢s mutaciones que las plantas modificadas con CRISPR, seg¨²n reconoce un documento elaborado por el servicio de asesores cient¨ªficos del Gobierno de la UE, que ha recomendado cambiar la ley del 2001.
¡°CRISPR es r¨¢pido [permite hacer en dos a?os lo que antes llevaba unos 12], barato y f¨¢cil de usar, por lo que puede democratizar la mejora de plantas. Si lo sometes a la misma legislaci¨®n que los transg¨¦nicos, en la pr¨¢ctica vetas el acceso a esta tecnolog¨ªa, que solo ser¨¢ asequible para las grandes multinacionales¡±, resalta Jos¨¦ Luis Riechmann, director del CRAG.
Esta situaci¨®n est¨¢ ocasionando absurdos como el que afronta Damiano Martignago. Este investigador participa en el proyecto Idrica, financiado con dos millones de euros por el Consejo Europeo de Investigaci¨®n, la ¨¦lite de la ciencia financiada con fondos p¨²blicos de la UE. Su objetivo es desarrollar sorgo resistente a la sequ¨ªa. ¡°Esta ley no nos permite experimentar con esta nueva variante en el campo, porque el coste de hacerlo se sale de nuestras posibilidades incluso contando con la financiaci¨®n del ERC¡±, reconoce Martignago.
Si seguimos as¨ª Europa se convertir¨¢ en el museo de la agricultura primitiva¡±
El sorgo se usa en muchos pa¨ªses como pienso animal y esto lleva a otro de los absurdos ocasionados por la reciente sentencia judicial. Muchos pa¨ªses producen cereales transg¨¦nicos que se venden como pienso animal en la UE, con lo que probablemente cualquier europeo que haya comido carne ya ha comido transg¨¦nicos. Esto no supone ning¨²n riesgo, pues tras 30 a?os de uso no se ha detectado ni un solo problema de salud asociado a estos productos.
La propia UE ha reconocido que en la pr¨¢ctica ser¨¢ imposible cumplir la ley de transg¨¦nicos, que obliga a identificar como tal a estos productos, pues en la pr¨¢ctica es imposible diferenciar, por ejemplo, un tomate convencional de otro editado con CRISPR.
Mientras, EE UU, China, Brasil, Argentina, Australia y otros pa¨ªses han decidido no considerar las plantas modificadas con CRISPR como transg¨¦nicos, lo que les da una ventaja. ¡°Est¨¢ claro que esta situaci¨®n va a suponer un retroceso cient¨ªfico y comercial para Europa¡±, explica Francisco Barro, investigador del Instituto de Agricultura Sostenible (CSIC). Barro ha usado CRISPR para crear un trigo sin gluten. ¡°Por ahora hemos conseguido reducir la toxicidad para celiacos en un 85% y esperamos conseguir llegar al 100% en un a?o¡±, explica Barro, que asegura que ya hay varias empresas de EE UU interesadas en las patentes de este cultivo.
Los firmantes de la carta conf¨ªan en que la situaci¨®n se pueda revertir. Dirk Inze, director cient¨ªfico del Centro de Biolog¨ªa de Sistemas de la Universidad de Gante y principal promotor de la iniciativa, dice que ya recibieron se?ales positivas del anterior equipo de la Comisi¨®n Europea y espera que el entrante pueda elaborar pronto legislaci¨®n para que se apruebe en el Parlamento. ¡°Estamos muy frustrados de tener una herramienta tan potente y no poder usarla¡±, reconoce.
En un discurso poco antes del final de su mandato, Vytenis Andriukaitis, comisario europeo Salud y Seguridad Alimentaria y ex cirujano cardiaco, dijo el 21 de junio: ¡°Si seguimos as¨ª [Europa] se convertir¨¢ en el museo de la agricultura primitiva¡±.
¡°Ya hacemos toda nuestra investigaci¨®n fuera de la UE¡±
A¨²n no ha llegado ning¨²n vegetal modificado con CRISPR al mercado, pero los primeros podr¨ªan llegar en solo unos a?os, explica Esteban Alcalde, jefe de asuntos regulatorios de Syngenta, una de las mayores empresas de la industria agr¨ªcola que recientemente adquirida por una compa?¨ªa China. "Todo el trabajo de investigaci¨®n en edici¨®n gen¨¦tica que hacemos ya se hace fuera de la UE, en China y en EE UU", reconoce. Asaja, la mayor organizaci¨®n de agricultores de Espa?a, tambi¨¦n est¨¢ a favor de estas pr¨¢cticas "siempre y cuando lleven el aval de la Agencia Europea de los Alimentos", explica Pedro Gallardo, vicepresidente de la organizaci¨®n. La normativa est¨¢ restando competitividad a los productores europeos frente a pa¨ªses como Brasil o China, que est¨¢ haciendo una gran apuesta por esta tecnolog¨ªa. "Este a?o en Espa?a se ha perdido el 38% del cultivo de cereal por la sequ¨ªa y este problema va a ir a m¨¢s con el cambio clim¨¢tico, necesitamos cultivos adaptados", resalta. La ¨²nica oposici¨®n a estas variantes viene de organizaciones minoritarias, como la Conf¨¦d¨¦ration Paysanne de Francia, que origin¨® el litigio que ocasion¨® la sentencia del TJUE, a la que apoyan organizaciones ecologistas como Amigos de la Tierra o Greenpeace.
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