Muere Kary Mullis, el Nobel que negaba la existencia del virus del sida y del cambio clim¨¢tico
El qu¨ªmico estadounidense invent¨® una revolucionaria t¨¦cnica que permiti¨® leer el genoma humano y cazar a asesinos en serie
Kary Mullis se crio lanzando ranas al cielo con cohetes de fabricaci¨®n casera, estudi¨® qu¨ªmica, dej¨® la ciencia un par de a?os para trabajar en una panader¨ªa, se doctor¨® en la Universidad de California en Berkeley en plena fiebre de las drogas psicod¨¦licas y acab¨® inventando, mientras conduc¨ªa su coche, una t¨¦cnica que marc¨® un antes y un despu¨¦s en la biolog¨ªa: la reacci¨®n en cadena de la polimerasa, una especie de fotocopiado molecular que permite copiar millones de veces un peque?o segmento de ADN. Su revolucionario descubrimiento permiti¨® leer el genoma humano, diagnosticar trastornos gen¨¦ticos, identificar cad¨¢veres y cazar a asesinos en serie por su ADN. Mullis, nacido en 1944 en Lenoir (EE UU), acab¨® ganando el Nobel de Qu¨ªmica en 1993. Muri¨® el pasado 7 de agosto por una neumon¨ªa en la ciudad californiana de Newport Beach, seg¨²n ha explicado su viuda, Nancy Cosgrove, al diario The Washington Post.
El mismo diario estadounidense afirm¨® en 1998 que Mullis era ¡°posiblemente la persona m¨¢s extra?a que jam¨¢s haya ganado un Nobel de Qu¨ªmica¡±. En 1994, solo un a?o despu¨¦s de obtener el premio, el investigador visit¨® Espa?a para dar la charla de clausura del congreso de la Sociedad Europea de Investigaci¨®n Cl¨ªnica, en Toledo, pero se neg¨® a hablar de su gran descubrimiento. En su lugar, decidi¨® divulgar su teor¨ªa de que el sida no est¨¢ provocado por un virus, sino que surge por la exposici¨®n a muchos otros agentes pat¨®genos.
Mullis cont¨® en su autobiograf¨ªa que una noche habl¨® en un bosque con ¡°un mapache brillante¡±, quiz¨¢ "extraterrestre"
¡°Mullis arranc¨® risas de su auditorio al comentar que se dirig¨ªa a Sevilla ?donde hay alguna clase de festival en el que se emborracha uno toda la noche?. Ilustr¨® el principio de su intervenci¨®n, farragosa y confusa, con fotograf¨ªas realizadas por ¨¦l de im¨¢genes geom¨¦tricas proyectadas sobre mujeres desnudas¡±, relat¨® entonces EL PA?S. Mullis, un genio en su campo, demostr¨® que un Nobel puede ser un aut¨¦ntico irresponsable fuera de su disciplina.
La vir¨®loga francesa Fran?oise Barr¨¦-Sinoussi, descubridora del VIH en 1983, hablaba as¨ª de Mullis en una entrevista con este diario hace un par de a?os. ¡°Nunca he hablado con ¨¦l. Me niego a hablar con gente que dice idioteces¡±, afirmaba la investigadora. ¡°Los datos cient¨ªficos han demostrado claramente el v¨ªnculo entre el virus y la enfermedad. Este tipo de afirmaciones son peligrosas. Hay pacientes que han dejado el tratamiento a causa de estas observaciones y han ca¨ªdo enfermos. Hay que pararlos, porque son peligrosos¡±, a?ad¨ªa.
Mullis public¨® su autobiograf¨ªa, Dancing Naked in the Mind Field (¡°Bailando desnudo en el campo de la mente¡±), en 1998. En el libro, el qu¨ªmico cuenta que una noche de 1985 se encontr¨® con ¡°un mapache brillante¡± en un bosque de su propiedad en el condado de Mendocino, en California. ¡°Buenas tardes, doctor¡±, le salud¨® el mapache, seg¨²n el delirante relato de Mullis. ¡°Decir que fueron extraterrestres es mucho decir. Pero calificarlo de extra?o ser¨ªa subestimarlo¡±, reflexionaba el ganador del Nobel.
La descubridora del VIH, Fran?oise Barr¨¦-Sinoussi, calificaba el discurso negacionista de Mullis como "peligroso"
La reacci¨®n en cadena de la polimerasa, conocida como PCR, cambi¨® la ciencia para siempre. Cada c¨¦lula guarda en su diminuto n¨²cleo dos metros de ADN plegados de manera inconcebible. Ah¨ª est¨¢ escrito el manual de funcionamiento de la vida. Hasta 1985, los cient¨ªficos necesitaban cantidades ingentes de ADN para poder analizar la informaci¨®n gen¨¦tica. Pero, aquel a?o, Mullis concibi¨® una nueva estrategia. Al calentar la mol¨¦cula de ADN, sus dos cadenas complementarias ¡ªque habitualmente est¨¢n enroscadas como una escalera de caracol¡ª se separaban. Al a?adir los ladrillos fundamentales del ADN, y con la ayuda de una enzima, cada cadena independiente serv¨ªa de molde para generar la complementaria y dar lugar a una copia perfecta de la mol¨¦cula original. As¨ª pod¨ªa tener millones de copias en muy poco tiempo. Seg¨²n Mullis, tuvo su momento eureka mientras conduc¨ªa su coche desde Emeryville, donde trabajaba en la empresa Cetus, hasta su finca en Mendocino, la misma en la que crey¨® ver un mapache luminoso y parlanch¨ªn, quiz¨¢ extraterrestre.
El qu¨ªmico estadounidense, que se dedic¨® a surfear tras ganar el Nobel, siempre presumi¨® de nadar contra la corriente. En una charla TED en 2002, Mullis rememor¨® que la idea de la PCR se le ocurri¨® en 20 minutos y que si hubiera hecho caso a sus amigos bi¨®logos moleculares la habr¨ªa abandonado por imposible. ¡°Si hubiese tenido que buscar una autoridad en la materia para preguntar si la idea funcionar¨ªa, me habr¨ªa dicho que no¡±, asegur¨® el qu¨ªmico. Esa misma actitud ante el consenso cient¨ªfico le llev¨® a negar la existencia del virus del sida y tambi¨¦n la del calentamiento global, un invento de ¡°par¨¢sitos con t¨ªtulos en econom¨ªa o sociolog¨ªa¡±.
Mullis siempre supo que ganar¨ªa el Nobel. En su libro Dancing Naked in the Mind Field, el qu¨ªmico cuenta que su mentor en Berkeley, Joe Neilands, le avis¨® en 1993 de que pod¨ªa llevarse el premio ese mismo a?o. El viejo bioqu¨ªmico, 23 a?os mayor que Mullis, le recomend¨® que no hablase tanto con la prensa para evitar arruinar su candidatura. ¡°Neilands me dijo que probablemente no pasaba nada porque admitiera que me encantan el surf y las mujeres, pero pensaba que el comit¨¦ [del Nobel] podr¨ªa fruncir el ce?o ante el hecho de que yo admitiese haber tomado LSD. El surf, las mujeres y el LSD podr¨ªan ser demasiado¡±, recordaba Mullis en su autobiograf¨ªa. ¡°Los dos sab¨ªamos que no me callar¨ªa¡±.
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