Una mansi¨®n de sexo y poder
La residencia de Berlusconi en Arcore ha sido el escenario de los episodios m¨¢s oscuros del pol¨ªtico y magnate, como las noches del ¡®bunga bunga¡¯
Si las paredes de la villa San Martino, en la ciudad italiana de Arcore, hablaran el resultado ser¨ªa algo parecido a un manual de la historia reciente del pa¨ªs. Su due?o, Silvio Berlusconi, figura de primer orden durante m¨¢s de tres d¨¦cadas y cuatro veces primer ministro, estableci¨® all¨ª su cuartel general en los noventa. Tras sus muros, el Cavaliere ha ido perfilando su personaje. All¨ª ha pulido su imagen de showman y ha cimentado su estrategia como pol¨ªtico y como empresario de la televisi¨®n, la construcci¨®n y el deporte. La propiedad, una de las m¨¢s fastuosas del norte del pa¨ªs, fue el escenario de los episodios m¨¢s oscuros del magnate, como las famosas noches del bunga bunga y al mismo tiempo el refugio desde el que ha urdido los muchos renacimientos de su trayectoria.
Berlusconi erigi¨® la mansi¨®n como la alegor¨ªa de su ostentaci¨®n. Pero lo que vino antes y c¨®mo lleg¨® a sus manos tambi¨¦n es representativo. ¡°La villa San Martino es una caja de encantos modernos y de sombras antiguas¡±, la define el escritor Pino Corrias en su libro Nostra incantevole Italia, donde recorre los lugares que han cambiado la historia del pa¨ªs.
La mansi¨®n pertenec¨ªa al marqu¨¦s Camillo Casati Stampa, casado en 1959 en segundas nupcias con Anna Fallarino, que hab¨ªa trabajado en la pel¨ªcula Tot¨° Tarzan con una entonces desconocida?Sophia Loren. Al arist¨®crata le gustaba que su esposa se acostara con otros hombres mientras ¨¦l miraba, tomaba fotos ¡ªlleg¨® a acumular m¨¢s de 1.500¡ª y escrib¨ªa de ello en su diario. Hasta que, en 1970, Fallarino se enamor¨® de uno de esos compa?eros fortuitos. Cuando el marqu¨¦s descubri¨® el idilio, mat¨® a los dos con uno de sus rifles de caza y despu¨¦s se suicid¨®. Su ingente fortuna qued¨® en manos de su ¨²nica hija, Annamaria, fruto de su primer matrimonio y de 17 a?os. Cuando cumpli¨® los 21 se fue a Brasil y orden¨® a su abogado vender todo el patrimonio inmobiliario. En 1974, un empresario de la construcci¨®n, Silvio Berlusconi, compr¨® la villa por una ¨ªnfima parte de su valor, apenas 250 millones de liras (unos 129.000 euros al cambio actual). Poco despu¨¦s, la hipotec¨® por 7.300 millones (unos 3,8 millones de euros).
Tras una reforma inicial y la reestructuraci¨®n de la vivienda en torno a un antiguo pozo en el que levant¨® un despacho con ba?o, dormitorio y jacuzzi, lleg¨® el ascenso y, m¨¢s tarde la decadencia.
Uno de los cap¨ªtulos m¨¢s grises de la vida p¨²blica del magnate tiene su epicentro en la espl¨¦ndida mansi¨®n de Arcore. En 2010, los jueces destaparon el esc¨¢ndalo sexual del bunga bunga, por el que acab¨® condenado ¡ªy despu¨¦s absuelto¡ª por abuso de poder e inducci¨®n a la prostituci¨®n de menores. En el largo juicio, Berlusconi pidi¨®, sin ¨¦xito, a?Cristiano Ronaldo o a?George Clooney que acudieran a declarar como testigos. Tres de las invitadas relataron lo que ocurr¨ªa en aquellas bacanales: mujeres disfrazadas de monjas, de una de las fiscales que puso contra las cuerdas a Berlusconi, de?Ronaldinho, de?Barack Obama y de otros adversarios pol¨ªticos nacionales, para ¡°hacerle re¨ªr¡±. Otras dos dijeron que lo ¨²nico que se celebraba en la villa eran ¡°cenas elegantes¡±, con m¨²sica y chistes, versi¨®n que siempre ha defendido el propio Berlusconi.
En el documental My Way (2016), del periodista estadounidense Alan Friedman, Berlusconi ense?a por primera vez la sala infame de las org¨ªas. ¡°?Le gustar¨ªa ver la famosa sala Bunga Bunga? ?Se atreve?¡±, pregunta antes de encender la luz y mostrar una habitaci¨®n as¨¦ptica, con el techo artesonado, las paredes llenas de cuadros y presidida por una gran mesa llena de candelabros y preparada para varias decenas de comensales. El magnate octogenario explica que all¨ª solo se cenaba y se conversaba mientras una orquesta amenizaba las veladas.
En cambio, es muy diferente la versi¨®n de la bailarina Karima El Mahroug, m¨¢s conocida como?Ruby robacorazones, que acudi¨® a las fiestas siendo menor. Ella habla de una sala con una barra americana en el centro rodeada por columnas y sillones y de chicas desnudas bailando.
En medio de los jardines de la villa emerge un suntuoso mausoleo personal inspirado en la tumba de Tutankam¨®n, con sarc¨®fago egipcio incluido. Las paredes est¨¢n cubiertas de bajorrelieves con frutas, comida y un tel¨¦fono m¨®vil. Parte del sepulcro est¨¢ dedicado al ¡°c¨ªrculo de la amistad¡±, con nichos que estar¨ªan destinados, seg¨²n Berlusconi, al descanso eterno de sus allegados y tambi¨¦n de personajes ilustres. Uno de ellos es el periodista Indro Montanelli, quien rechaz¨® la oferta en vida. Mija¨ªl Gorbachov tambi¨¦n visit¨®, entre sorprendido y divertido, la singular cripta. Su simple existencia ya dice mucho de la personalidad de Berlusconi.