Experimentos ¡®in vivo¡¯
El uso de animales en las investigaciones cient¨ªficas es algo com¨²n desde tiempos remotos
Hace poco m¨¢s de diez a?os, en Mosc¨², levantaron un monumento en homenaje a la perra Laika, famosa por haber sido lanzada al espacio exterior como tripulante del Sputnik 2. Ocurri¨® el 3 de noviembre de 1957 y Laika muri¨® poco despu¨¦s del despegue. Su caso no es ¨²nico.
De sobra es sabido que el uso de animales en las investigaciones cient¨ªficas es algo com¨²n desde tiempos remotos. Mucho antes de que Galeno diseccionara cerdos y cabras con fines m¨¦dicos, la curiosidad llevar¨ªa a Arist¨®teles a realizar ex¨¢menes minuciosos de los organismos vivos. De esta manera, descubri¨® el ¨®rgano masticatorio de los erizos de mar que hoy conocemos como la "linterna de Arist¨®teles". En definitiva, Galeno, el m¨¦dico romano nacido en P¨¦rgamo en el a?o 129 despu¨¦s de Cristo, no hac¨ªa algo nuevo cuando, armado de su cuchillo, abr¨ªa de arriba a abajo el vientre de los cerdos.
Siglos despu¨¦s, Ren¨¦ Descartes apuntaba en su Discurso del m¨¦todo que los animales no sufr¨ªan el dolor de igual forma que los humanos. Con tal afirmaci¨®n llegamos a los albores de nuestro tiempo, justificando as¨ª la experimentaci¨®n in vivo con animales. Una de las m¨¢s brutales, llevada a cabo como si de un espect¨¢culo se tratase, tuvo lugar en Coney Island, el 4 de enero de 1903. La v¨ªctima: un elefante asi¨¢tico de g¨¦nero femenino bautizado como Topsy . Vamos a contar su historia.
Topsy fue capturada en la India, llegando en barco a Estados Unidos para formar parte de las atracciones circenses de la ¨¦poca. Nunca se adapt¨® a la vida cautiva y su rebeld¨ªa la llev¨® a matar a dos de sus entrenadores, pisote¨¢ndolos. A un tercero tambi¨¦n lo mat¨® de la misma manera, pero con m¨¢s ensa?amiento tras agarrarlo con su trompa y soltarlo en el aire. Al final, los due?os del circo acabaron vendiendo a Topsy.
Ren¨¦ Descartes apuntaba en su 'Discurso del m¨¦todo'?que los animales no sufr¨ªan el dolor de igual forma que los humanos
Su pr¨®ximo destino ser¨ªa el parque de atracciones Luna Park, en el mismo Coney Island donde poco despu¨¦s morir¨¢ electrocutada ante m¨¢s de mil personas. Pero antes de la descarga final, pusieron a Topsy a trabajar como animal de carga a las ¨®rdenes de su entrenador, un hombre bronco que respond¨ªa al alias de Whitey. Cada vez que Whitey?se emborrachaba, sacaba de paseo sus malas pulgas junto a la elefanta ante el terror de los transe¨²ntes. En una ocasi¨®n, en la que Whitey fue detenido y llevado al calabozo, el animal, desairado, rompi¨® la puerta de la comisar¨ªa. Por tales asuntos, los due?os de Luna Park despidieron al bronco Whitey. De esta manera, sin su cuidador, la elefanta se convirti¨® en un peligro que nadie pod¨ªa reducir. Hubo que sacrificarla. No hab¨ªa otra opci¨®n.
Estamos hablando de los tiempos en los que el empresario e inventor Thomas Alva Edison manten¨ªa una guerra comercial con su competidor, Nikola Tesla, en lo que se refiere a la corriente el¨¦ctrica. Para desprestigiar el sistema que defend¨ªa Tesla y, as¨ª, ganar la guerra comercial, Edison se apoy¨® en la raz¨®n cartesiana aplicada a la pena de muerte. Con tal argumentaci¨®n, Edison propuso ejecutar a Topsy con una descarga de corriente alterna. De tal manera, achicharrando al animal, el pueblo norteamericano se dar¨ªa cuenta de los peligros del sistema de electricidad que defend¨ªa su competidor. Tras el experimento, el pueblo norteamericano no dud¨® en bendecir la corriente continua.
El mismo Edison grab¨® el ¡°espect¨¢culo¡± para la posteridad y hoy en d¨ªa podemos ver un monumento levantado en honor de la elefanta Topsy en el Coney Island Museum. Un tributo m¨¢s que la verg¨¹enza rinde al pasado en nombre de la ciencia.
El hacha de piedra es una secci¨®n donde Montero Glez, con voluntad de prosa, ejerce su asedio particular a la realidad cient¨ªfica para manifestar que ciencia y arte son formas complementarias de conocimiento.
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