Los enormes incendios forestales en el ?rtico lanzan una alerta planetaria

El norte del planeta est¨¢ ardiendo. Este verano, m¨¢s de 600 incendios forestales han consumido casi un mill¨®n de hect¨¢reas de bosque en Alaska. Los incendios tambi¨¦n causan estragos en el norte de Canad¨¢. En Siberia, el humo sofocante de 5,2 millones de hect¨¢reas ¨C un ¨¢rea de casi el tama?o de Virginia Occidental- cubre pueblos y ciudades.

Los incendios en estos lugares son habituales. Pero como muestran los estudios del Centro Internacional de Investigaci¨®n del ?rtico de la Universidad de Alaska, tambi¨¦n son inusuales.

Mis compa?eros y yo estamos examinando las complejas relaciones entre el calentamiento del clima, el n¨²mero cada vez mayor de incendios y los cambios en los patrones de la vegetaci¨®n. Utilizando datos clim¨¢ticos locales y modelos de la Red de Escenarios para la planificaci¨®n de Alaska y del ?rtico (SNAP, siglas en ingl¨¦s), el grupo de investigaci¨®n que ayudo a coordinar, estamos descubriendo evidencias que son muy preocupantes, no solo para quienes vivimos bajo la nube de humo de los incendios, sino para el mundo.

Los recientes incendios son demasiado frecuentes, intensos y serios. Est¨¢n reduciendo el bosque viejo a favor de vegetaci¨®n joven y lanzando m¨¢s carbono a la atm¨®sfera en un momento en que las concentraciones de anh¨ªdrido carb¨®nico est¨¢n batiendo nuevos r¨¦cords.?

Extensos bosques sub¨¢rticos

Aqu¨ª, en Alaska central, en nuestros delgados abetos se abren conos resinosos para que broten nuevas ramitas si se quema el ¨¢rbol principal. La adelfilla, que crece r¨¢pidamente, y otras flores cubren las cicatrices recientes del fuego. Poco despu¨¦s llegan los ar¨¢ndanos silvestres, los sauces y el abedul, y ¨¢lamos que crecen de tocones y ra¨ªces que a¨²n viven. Con el tiempo, las inflamables con¨ªferas toman el control de nuevo.

T¨ªpicamente, el ciclo se reanuda cada 200 a?os m¨¢s o menos. Pero hoy los ciclos son alrededor de un 25% m¨¢s cortos que en el pasado, y eso lo cambia todo.?

El aumento general de los incendios puede ser dif¨ªcil de detectar y medir debido a la enorme variabilidad natural. Los incendios de este verano en Alaska se vieron impulsados por una intensa ola de calor al principio de la temporada. La relaci¨®n entre el tiempo c¨¢lido y seco y el fuego est¨¢ clara. El cambio clim¨¢tico est¨¢ provocando una tendencia igual de clara hacia primaveras m¨¢s tempranas y veranos m¨¢s largos y c¨¢lidos.?

Sin embargo, nuestro estado tambi¨¦n tiene algunos veranos m¨¢s frescos y h¨²medos cuando poco o ning¨²n humo asfixia el aire. No siempre es f¨¢cil distinguir la diferencia entre las fluctuaciones anuales naturales y las inquietantes variaciones a largo plazo.?

Un norte en llamas

No obstante, s¨ª est¨¢n produci¨¦ndose variaciones, provocadas por el calentamiento sin precedentes que estamos viendo en Alaska. Julio de 2019 es actualmente el mes m¨¢s c¨¢lido jam¨¢s registrado en el estado.

Muchos de nosotros, incluidos los investigadores del clima, los administradores de tierras, los ecologistas, los meteor¨®logos, los residentes rurales e ind¨ªgenas y los expertos en incendios hemos colaborado, hemos estudiado este problema, reunido datos, creado simulaciones y modelos por ordenador, hemos usado im¨¢genes por sat¨¦lite y salido al aire libre para medir exactamente lo que est¨¢ ocurriendo. En Alaska, los organismos estatales y federales trabajan juntos para vigilar y gestionar los fuegos a trav¨¦s del Centro de Coordinaci¨®n Interagencial de Alaska y desplegar bomberos en primera l¨ªnea, entre ellos un n¨²mero r¨¦cord de bomberos paracaidistas.

Las pruebas demuestran que, en general, los fuegos del lejano Norte se est¨¢n volviendo m¨¢s grandes, m¨¢s calientes y m¨¢s frecuentes

Las pruebas demuestran que, en general, los fuegos del lejano Norte se est¨¢n volviendo m¨¢s grandes, m¨¢s calientes y m¨¢s frecuentes. Las con¨ªferas m¨¢s viejas est¨¢n perdiendo terreno a favor de ¨¢rboles caducifolios m¨¢s j¨®venes, lo cual altera ecosistemas enteros. Los ¨¢rboles calcinados est¨¢n liberando carbono, junto con los suelos ricos en material vegetal muerto que se est¨¢n quemando m¨¢s profundamente que en el pasado. Como estas emisiones provocan un mayor calentamiento, el cambo clim¨¢tico est¨¢ dando lugar a m¨¢s cambio clim¨¢tico, lo cual afecta a todo el planeta.

Demasiado cerca para estar tranquilo

En Fairbanks, donde vivo, el impacto de los incendios de este verano en las personas ha sido evidente. Mientras los rayos prend¨ªan las llamas por todo el estado a finales de junio, en la periferia occidental de la ciudad se desencadenaba el Fuego de Shovel Creek. La calidad del aire se deterior¨® r¨¢pidamente hasta llegar a ser ¡°peligrosa¡±. Dos barrios fueron evacuados y los residentes tuvieron que alojarse con amigos o refugiarse en el colegio de mis hijos. Los equipos de perros de trineo desplazados fueron alojados en el recinto ferial local.

Algunos d¨ªas de julio y julio el humo era tan denso en Fairbanks que mi vecino, que tiene asma, ten¨ªa que llevar una mascarilla para respirar. Otro amigo que tiene problemas cardiacos tuvo que refugiarse en una peque?a sala de conferencias del hospital que se habilit¨® como zona de seguridad con aire filtrado.?

?No se deber¨ªa prevenir estos fuegos y extinguirlos cuando ocurren? Desgraciadamente, no es tan sencillo. En primer lugar, como han afirmado las autoridades rusas en respuesta a las peticiones ciudadanas de acci¨®n para controlar los incendios forestales en Siberia, el coste de la lucha contra el fuego en las inmensas regiones del ?rtico y el Sub¨¢rtico ser¨ªa astron¨®mico.

En segundo lugar, extinguir fuegos ahora deja combustible mucho m¨¢s inflamable en el paisaje para el pr¨®ximo a?o o el siguiente, un problema que muchos relacionan con los catastr¨®ficos fuegos de otros estados. En vez de eso, los gestores de incendios de Alaska, en colaboraci¨®n con los due?os de las tierras, han establecido prioridades para la lucha contra el fuego. Las tierras se agrupan en cuatro categor¨ªas: limitadas, modificadas, completas y cr¨ªticas. La mayor parte de ellas, con diferencia, est¨¢n clasificadas como ¡°limitadas¡±, lo cual significa que los fuegos en estas zonas est¨¢n vigilados, pero se les permite arder libremente donde no amenacen vidas o recursos conocidos.

T¨ªpicamente, el ciclo se reanuda cada 200 a?os m¨¢s o menos. Pero hoy los ciclos son alrededor de un 25% m¨¢s cortos que en el pasado, y eso lo cambia todo

Pero cuando los fuegos amenazan hogares y vidas, se combaten ferozmente. El 10 de julio, tras los incansables esfuerzos de los cuerpos de bomberos de Alaska y del Lower 48, los residentes evacuados de Fairbanks recibieron el ¡°todo despejado¡±. La gente se fue a casa y no hubo heridos.

Agosto trajo lluvias para humedecer nuestro recinto ferial local, que por fin se utiliz¨® para la diversi¨®n familiar en lugar de para dar cobijo a mascotas desplazadas. No he o¨ªdo muchas quejas. El tiempo h¨²medo ha aparecido a tiempo y estamos agradecidos. Pero somos conscientes de que otras regiones ¨¢rticas siguen ardiendo y de que el fuego es m¨¢s que un simple problema local para todos nosotros.

Nancy Fresco es coordinadora SNPA, Facultad de Investigaci¨®n, Universidad de Alaska, Fairbanks

Cla¨²sula de divulgaci¨®n.?Nancy Fresco recibe financiaci¨®n para investigar sobre el cambio clim¨¢tico de diversas fuentes gubernamentales y no gubernamentales, como el Departamento de Agricultura, el Servicio de Parques Nacionales, el Gobierno de los Territorios Noroccidentales, la Oficina de Administraci¨®n de Tierras, el Departamento de Transporte de Alaska y el Departamento de Defensa, entre otros organismos estadounidenses.

Este art¨ªculo se republica de?The Conversation con una licencia Creative Commons. Lea el art¨ªculo original.

Traducci¨®n de NewsClips