Deportes lunares
La baja gravedad de nuestro sat¨¦lite facilitar¨¢ todo tipo de tareas, as¨ª como el lanzamiento de veh¨ªculos y materiales al espacio
Neutralizar los efectos de la baja gravedad en el organismo humano ser¨ªa fundamental para el establecimiento de colonias permanentes en la Luna
Como ve¨ªamos la semana pasada, la baja gravedad lunar, un sexto de la terrestre, facilitar¨¢ todo tipo de tareas, as¨ª como el lanzamiento de veh¨ªculos y materiales al espacio, ya que su velocidad de escape es de solo 2,4 kil¨®metros por segundo, frente a los 11,2 km/s de la Tierra. Pero, como contrapartida, hay que tener en cuenta los efectos negativos de la baja gravedad sobre el organismo humano: atrofia muscular, p¨¦rdida de densidad ¨®sea, trastornos circulatorios¡ Una estancia prolongada en la Luna solo ser¨ªa posible si se encontrara la forma de neutralizar o minimizar estos efectos perjudiciales.
Un ¡°rotor centr¨ªfugo¡± similar a los que hay en algunos parques de atracciones podr¨ªa ser la soluci¨®n. Una de las secuencias m¨¢s impactantes de 2000: una odisea del espacio, es la de un astronauta corriendo por el interior de una superficie cil¨ªndrica giratoria, cuya velocidad de rotaci¨®n est¨¢ ajustada para que la fuerza centr¨ªfuga (centr¨ªpeta, en puridad) sea equivalente al tir¨®n de la gravedad terrestre.
Sin salir del ¨¢mbito del cine de ciencia ficci¨®n, en Elysium vemos una gigantesca colonia espacial en ¨®rbita, un enorme cilindro que al girar alrededor de su eje permite que en toda su superficie interior, cubierta de lujosas urbanizaciones y zonas verdes, se disfrute de una seudogravedad similar a la terrestre. Una colonia espacial directamente inspirada en las que, en los a?os setenta del siglo pasado, concibi¨® Gerald O¡¯Neill (ver El cilindro de O¡¯Neill).
No ser¨ªa dif¨ªcil instalar en la superficie de la Luna un rotor parecido al de 2001, en cuyo interior los astronautas podr¨ªan no solo hacer ejercicio, sino tambi¨¦n dormir, comer y realizar buena parte de sus actividades. Pero la gravedad lunar no es nula ni insignificante, por lo que interferir¨ªa con el efecto del rotor. ?C¨®mo se podr¨ªa conseguir un efecto similar al de la gravedad terrestre a pesar de esta interferencia?
Un tiovivo en la Luna
Adem¨¢s de correr o hacer pesas en un rotor gravitacional, los colonos lunares podr¨ªan practicar, en el interior de espacios oportunamente adaptados, algunos deportes ad hoc.
No parece muy viable una versi¨®n lunar del baloncesto, pues los jugadores podr¨ªan dar saltos de varios metros de altura, por no hablar de la lentitud de los botes del bal¨®n. Pero tal vez una adaptaci¨®n del rugby a las condiciones de la Luna podr¨ªa tener ¨¦xito, e incluso ganar inter¨¦s al volverse m¨¢s tridimensional. En el yudo y otras modalidades de lucha, como la grecorromana, ser¨ªa pr¨¢cticamente imposible inmovilizar al adversario en el suelo; pero el k¨¢rate y el taekwondo podr¨ªan enriquecerse con una amplia gama de espectaculares patadas voladoras¡
Invito a mis sagaces lectoras/es a contribuir a la colonizaci¨®n de la Luna con sus comentarios y sugerencias sobre posibles deportes lunares y otras actividades recreativas practicables en baja gravedad. En Estados Unidos y otros pa¨ªses, los parques de atracciones suelen denominarse ¡°Luna Park¡±. Y, al fin y al cabo, un tiovivo es un rotor¡
Carlo Frabetti es escritor y matem¨¢tico, miembro de la Academia de Ciencias de Nueva York. Ha publicado m¨¢s de 50 obras de divulgaci¨®n cient¨ªfica para adultos, ni?os y j¨®venes, entre ellosMaldita f¨ªsica, Malditas matem¨¢ticas o El gran juego. Fue guionista de La bola de cristal.
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