Hiperconectados y ultravulnerables al 5G
El desembarco de las redes 5G viene acompa?ado de promesas de velocidades de descarga inusitadas, de entornos de m¨¢quinas que se comunican entre s¨ª, de coches aut¨®nomos que, por fin, podr¨¢n circular, de intervenciones quir¨²rgicas a distancia. Las compa?¨ªas tecnol¨®gicas anuncian el advenimiento de la en¨¦sima next big thing, el en¨¦simo gran acontecimiento que lo cambiar¨¢ todo (y gracias al cual, de paso, nos colocar¨¢n nuevos productos). Con su llegada, prometen, se abrir¨¢n por fin las puertas a nuevos mundos de realidad aumentada y virtual. Pero hay que tener presente la cara B del 5G: en un planeta hiperconectado, las posibilidades de que seamos hackeados, espiados y controlados por empresas y Gobiernos se multiplicar¨¢n.
Gloria, gloria, gloria al 5G, man¨¢ de la nueva era a punto de nacer. El entusiasmo por el advenimiento de las nuevas autopistas de la comunicaci¨®n por las que circular¨¢n nuestros datos vuelve a retozarse en ep¨ªtetos superlativos. Si atendemos a los c¨¢nticos de tecnol¨®gicas, operadoras y dem¨¢s agentes del mercado, el 5G es the next big thing, el nuevo gran acontecimiento, el en¨¦simo game changer, la clave que lo cambiar¨¢ todo; conceptos peri¨®dicamente agitados para colocarnos nuevos productos.
El 5G desembarca envuelto en campa?as de marketing y comunicaci¨®n que anuncian un mundo hiperconectado de cirujanos que operar¨¢n, desde la distancia y en tiempo real, mediante un robot, a pacientes de otro continente; de granjas inteligentes en las que se siembre, riegue y coseche con eficiencia gracias al procesamiento de datos del suelo y el clima, y de coches aut¨®nomos compartiendo informaci¨®n al milisegundo que nos avisar¨¢n de que hay una placa de hielo tras la curva. No faltan voces que alertan de que nos encontramos ante un nuevo hype, un fen¨®meno hinchado que adem¨¢s esconde derivadas inquietantes.
"Predecir es muy dif¨ªcil, sobre todo el futuro", espeta con sorna el experto Xavier Alam¨¢n. "Pero yo creo que de aqu¨ª a 10 a?os desaparecer¨¢n los tel¨¦fonos m¨®viles"
Por lo pronto, el culebr¨®n que rodea a este nuevo im¨¢n tecnol¨®gico no ha empezado mal: mandatarios con pinta de ogros enfrascados en una guerra comercial tras la que late la lucha por la supremac¨ªa mundial; promesas de velocidad, aromas de latencia y, por si faltaban ingredientes, perspectivas francamente favorables para todo el que quiera ser hacker en la nueva era. Bienvenidos a un mundo hiperconectado y ultravulnerable.
Nuestros m¨®viles descargar¨¢n m¨¢s r¨¢pido. Nos bajaremos pel¨ªculas en un segundo. El tiempo que transcurrir¨¢ entre que enviamos un mensaje y este llega ¡ªla latencia¡ª ser¨¢ de un milisegundo ¡ªahora oscila entre los 40 milisegundos y una d¨¦cima de segundo¡ª, por debajo del tiempo de respuesta de un ser humano. El 5G, quinta generaci¨®n de telefon¨ªa m¨®vil, permitir¨¢ desarrollar sistemas que har¨¢n que nuestro coche frene si el de delante lo hace. Y ser¨¢n miles, pronto un mill¨®n, el n¨²mero de dispositivos ¡ªm¨®viles, aparatos, sensores¡ª que puedan conectarse por metro cuadrado sin que ello afecte a la cobertura. Todo esto en el futuro: las redes comerciales desplegadas hoy en pa¨ªses como Espa?a son un 5G que a¨²n se apoya en las redes 4G. La quinta generaci¨®n de m¨®vil, a pleno rendimiento, llegar¨¢, como pronto, a partir de 2021.
La informaci¨®n viajar¨¢ por bandas de alta frecuencia, habr¨¢ antenas por doquier ¡ªfarolas, mobiliario urbano¡ª y por las nuevas autopistas de la informaci¨®n circular¨¢n ingentes cantidades de datos. Eso permitir¨¢ ver a gente jugando a videojuegos como Fortnite, League of Legends o Call of Duty, que hoy d¨ªa solo ofrecen buen resultado con la conexi¨®n de casa, en el m¨®vil; f¨¢bricas inteligentes con todas las m¨¢quinas de la producci¨®n conectadas y compartiendo informaci¨®n, y alg¨²n d¨ªa no muy lejano, drones sustituyendo a los riders (mensajeros) en los repartos a domicilio.
Atender mejor y m¨¢s r¨¢pidamente a los heridos en un accidente o cualquier otra emergencia tambi¨¦n ser¨¢ m¨¢s eficaz gracias al 5G. Pongamos por caso un accidente en el puerto de Valencia. Los servicios de emergencia podr¨¢n enviar un dron que emita im¨¢genes en tiempo real que permitan calibrar la situaci¨®n. Si es un atentado o si es un accidente. Los sem¨¢foros conectados se pondr¨¢n en verde para dar paso a las ambulancias. La furgoneta policial, al llegar al lugar de los hechos, podr¨¢ desplegar su propia red 5G si la zona ha perdido cobertura (el llamado network slicing, asignando comunicaciones de calidad en un lugar espec¨ªfico en cuesti¨®n de segundos). ¡°El tiempo de reacci¨®n es un elemento cr¨ªtico para salvar vidas¡±, enfatiza Jaime Ruiz Alonso, ingeniero de telecomunicaciones e investigador de Nokia Bell Labs.
Ruiz Alonso sabe de lo que habla. Hace dos a?os vivi¨® en carne propia un incendio en la sierra de Gata, en Extremadura. Estaba en la localidad de Villamiel. Desde all¨ª vio c¨®mo se quemaban robles y pinares ante el empuje despiadado del fuego. Comprob¨® lo que es atender una emergencia con las comunicaciones ca¨ªdas, sin drones que permitan obtener informaci¨®n sin exponer vidas de bomberos. Desde su equipo de innovaci¨®n en Nokia, este palentino de 49 a?os se puso a trabajar en protocolos de telefon¨ªa para recuperar comunicaciones en casos de emergencia. Desarroll¨® un modelo con el 4G, pero explica que todo ser¨¢ m¨¢s f¨¢cil con la siguiente generaci¨®n de m¨®vil. ¡°Cuando est¨¦ desplegado el 5G, habr¨¢ protocolos para saber d¨®nde est¨¢n los usuarios y comprobar si se hallan atrapados en medio del bosque entre las llamas¡±, cuenta.
La combinaci¨®n de 5G e inteligencia artificial, se supone, es la puerta de entrada al largamente cacareado Internet de las cosas (IoT, por sus siglas en ingl¨¦s). Caminaremos por la calle de una ciudad inteligente con unas gafas o unos auriculares que nos dir¨¢n el nombre de esa persona con la que nos acabamos de encontrar y del cual preferimos acordarnos. La oportuna y valiosa informaci¨®n aparecer¨¢ sobreimpresionada sobre la realidad gracias a las gafas o nos ser¨¢ susurrada al o¨ªdo. ¡°Pasaremos a vivir en la realidad mixta¡± ¡ªtambi¨¦n llamada realidad aumentada¡ª, vaticina Xavier Alam¨¢n, catedr¨¢tico de Ciencias de la Computaci¨®n e Inteligencia Artificial de la Universidad Aut¨®noma de Madrid. Estaremos esperando al bus con nuestras gafas, pero podremos ver por d¨®nde va y si se est¨¢ aproximando a nuestra calle. ¡°Predecir es muy dif¨ªcil, sobre todo el futuro¡±, espeta con sorna Alam¨¢n, parafraseando esa cita atribuida al f¨ªsico Niels Bohr, ¡°pero yo creo que de aqu¨ª a 10 a?os desaparecer¨¢n los m¨®viles¡±.
Alam¨¢n, cordob¨¦s de 57 a?os, demuestra ser un entusiasta de las Microsoft HoloLens, unas gafas-visera parecidas a las de esqu¨ª que nos permiten interactuar con proyecciones de gr¨¢ficos en 3D. Aportar¨¢n informaci¨®n a, por ejemplo, un mec¨¢nico, que podr¨¢ ver gr¨¢ficos del interior del motor flotando en el aire mientras repara un autom¨®vil. En un futuro no muy lejano, las gafas nos permitir¨¢n desplegar sobre la realidad (el vag¨®n del tren) una pantalla de cine virtual en la que veremos la pel¨ªcula (a escala muy superior a la de las actuales tabletas) mientras en un lateral leeremos los whatsapps o equivalentes. ¡°Si todos dan el salto a ese tipo de dispositivo, el mundo cambiar¨¢ m¨¢s de lo que lo ha hecho con el tel¨¦fono m¨®vil¡±, augura Alam¨¢n. La gente vivir¨¢ en un entorno que mezcla la realidad con lo virtual. La fiebre que se despert¨® hace tres a?os en el parque del Retiro con la caza de figuras virtuales de Pok¨¦mon GO es un simple aperitivo de lo que viene. Las velocidades y latencias del 5G (y el 6G, sobre el que ya se trabaja) son clave para este tipo de desarrollos.
Tras las gafas llegar¨¢n las lentillas. Y los tiempos de ir por la calle con la cabeza gacha mirando la pantalla del m¨®vil ser¨¢n historia.
"Preocuparse de la vulnerabilidad de nuestras redes no tiene sentido porque ya son vulnerables. La NSA tiene una manera de monitorizarlas", asegura el analista Evgeny Morozov
La prestigiosa revista tecnol¨®gica Wired se aventuraba a anticipar de manera enf¨¢tica, en el n¨²mero del pasado marzo, el mundo que viene. Lo bautizaba como mirrorworld, el mundo espejo. Una plataforma tecnol¨®gica que replicar¨¢ cada cosa del mundo real para ofrecernos su derivada virtual. Con los dispositivos de realidad aumentada, el cirujano ver¨¢ una r¨¦plica en 3D de nuestro h¨ªgado mientras lo opera y contemplaremos con las gafas c¨®mo era en los a?os treinta del pasado siglo, cuando fue bombardeado, el monumento que tenemos delante de nuestras narices.
El futuro que se abre en el mundo de los wearables, las tecnolog¨ªas ponibles, gafas, relojes, auriculares, es algo por lo que apuestan muchas marcas, entre ellas Samsung. El gigante tecnol¨®gico coreano present¨® su estrategia 5G el pasado mes de junio en un viaje de prensa a Corea ¡ªal que invit¨® a El Pa¨ªs Semanal, junto a un selecto grupo de medios nacionales e internacionales¡ª. Se¨²l, de hecho, es una de esas ciudades en las que se est¨¢ cocinando el futuro de las telecomunicaciones. Y Corea es uno de los cuatro pa¨ªses que lideran la carrera del 5G, por detr¨¢s de Estados Unidos y China y junto a Jap¨®n, seg¨²n un estudio de la consultora Analysys Mason.
La capital coreana es una ciudad de rascacielos y atascos por la que la gente transita en coches con los cristales tintados. De d¨ªa, sus habitantes huyen del bochorno y la mala calidad del aire refugi¨¢ndose en centros comerciales climatizados en los que dan lustre a la tarjeta de cr¨¦dito. En su libro Problemas en el para¨ªso, el fil¨®sofo esloveno Slavoj Zizek la describ¨ªa como ep¨ªtome de un capitalismo tecnol¨®gico llevado al absurdo: trabajar hasta la extenuaci¨®n para consumir como si no hubiera un ma?ana.
El despliegue del 5G est¨¢ all¨ª muy avanzado y se nota: el m¨®vil va r¨¢pido. Se registran velocidades de hasta 820 megabits por segundo, el triple que con una conexi¨®n est¨¢ndar en Madrid, con ca¨ªdas a 400 en algunas zonas, seg¨²n las pruebas realizadas por varios periodistas europeos. En esta ciudad avanzada, la sexta m¨¢s poderosa del mundo seg¨²n la revista Forbes, recib¨ªa DJ Koh, presidente y consejero delegado de Samsung Electronics, a la prensa europea en un hotel de lujo. All¨ª asegur¨® que los dispositivos inteligentes ser¨¢n pronto m¨¢s importantes que los propios tel¨¦fonos.
¡°Las infraestructuras 5G ser¨¢n el motor y la fuerza de la cuarta revoluci¨®n industrial¡±, sostiene Koh, ejecutivo de 57 a?os que procede de una familia pobre y que hizo un largo camino hacia la cima form¨¢ndose, durante unos a?os, en el Reino Unido. La combinaci¨®n de 5G e inteligencia artificial, asegura, lo va a cambiar todo. ¡°El Internet de las cosas es lo que conectar¨¢ a individuos, casas, f¨¢bricas, oficinas, ciudades y naciones. Y el autom¨®vil conectar¨¢ todos estos elementos¡±. En su opini¨®n, en los pr¨®ximos tres o cuatro a?os veremos cambios de mayor impacto que en la ¨²ltima d¨¦cada.
Los cuarteles generales de Samsung est¨¢n en Sewon, a 80 kil¨®metros de Se¨²l. A ese espacio de torres de v¨¦rtigo y largas avenidas vac¨ªas ¡ªexcepto a la hora (m¨¢s bien la media hora) de la comida¡ª se llega por una autopista con las mismas se?alizaciones verdes de las highways norteamericanas. Aqu¨ª la gente, como no pod¨ªa ser de otro modo, tambi¨¦n se entrega a las visionarias doctrinas de Staj¨¢nov, art¨ªfice intelectual de las jornadas sin l¨ªmites. Los empleados (30.000 en la base central, 320.000 en todo el mundo) tienen en Sewon todo lo que uno necesita para echar el d¨ªa y no pasar por casa m¨¢s que para dormir: las inevitables mesas de pimp¨®n, el club de yudo, salas para desarrollar los m¨¢s variados hobbies, la piscina para ir a hacer unos largos¡
En uno de sus edificios cuentan con una r¨¦plica de la casa del Internet de las cosas, un hogar que se gobierna con el m¨®vil. El aire acondicionado se acciona desde el coche, antes de llegar a casa, con una orden de voz. La puerta se abre cuando detecta nuestro tel¨¦fono. Al llegar a la nevera, tenemos en ella una pantalla desde la que pinchamos m¨²sica, consultamos el pron¨®stico del tiempo o vemos las fotos del d¨ªa (esto ya es una realidad). En el sal¨®n, en un televisor de 98 pulgadas, se proyectar¨¢n im¨¢genes de qui¨¦n llama a la puerta o de las c¨¢maras de seguridad exteriores, adem¨¢s de las de canales y plataformas, claro.
Samsung afirma haber vendido un mill¨®n de tel¨¦fonos 5G en Corea en los primeros 87 d¨ªas tras su lanzamiento. Ya ha desplegado redes de 5G en seis ciudades. En dos o tres a?os, aseguran, habr¨¢n cubierto todo el pa¨ªs.
Espa?a, por su parte, no est¨¢ a esos niveles en el desarrollo del 5G, pero no va tan mal. Cuenta con un despliegue de fibra ¨®ptica [infraestructura sobre la que se extienden las redes 5G] superior al del Reino Unido, Francia y Alemania juntos, seg¨²n explica en su blanca oficina el secretario de Estado de Agenda Digital, Francisco Polo. A escala europea, es uno de los tres Estados miembros de la UE que m¨¢s ensayos de funcionamiento han llevado a cabo, seg¨²n los informes del Observatorio 5G europeo. ¡°Mi esperanza es que el 5G nos d¨¦ una nueva oportunidad¡±, declara Polo. ¡°Si el despliegue de infraestructuras determinara el avance tecnol¨®gico de los pa¨ªses, Espa?a ya ser¨ªa una potencia mundial¡±.
La quinta generaci¨®n de telefon¨ªa m¨®vil tendr¨¢ un impacto econ¨®mico de 12 billones de d¨®lares para 2035, seg¨²n la consultora IHS Markit. Muchos actores del sector hablan de una nueva fase de reindustrializaci¨®n, de una revoluci¨®n industrial.
El desarrollo de esta nueva tecnolog¨ªa a escala planetaria sufri¨® un serio varapalo el pasado 16 mes de mayo cuando el presidente Trump firmaba una orden ejecutiva prohibiendo la venta de bienes y servicios a la compa?¨ªa china Huawei, primer proveedor mundial de redes 5G.
Estamos en el momento del despliegue de infraestructuras, de firma de contratos, y en Estados Unidos preocupa que las v¨ªas por las que circular¨¢n ingentes cantidades de datos, y de las que depender¨¢n infraestructuras cr¨ªticas, est¨¦n en manos del enemigo. Tras el veto lat¨ªa la acusaci¨®n, sin pruebas, de que la tecnolog¨ªa china contiene ¡°puertas traseras¡±, agujeros propicios para el espionaje. ¡°Nunca han proporcionado evidencias ni hechos, ni ha habido un proceso judicial¡±, asegura en los cuarteles generales de la firma china en Madrid Tony Jin Yong, consejero delegado de Huawei. ¡°Vetar a una empresa privada que tiene relaciones comerciales con compa?¨ªas norteamericanas es realmente est¨²pido. Y muy cortoplacista¡±.
Huawei tiene presencia en 170 pa¨ªses y ha suscrito ya 50 contratos con operadores de todo el planeta, seg¨²n los datos que facilita la compa?¨ªa. Fueron los primeros, enfatizan, en poner a disposici¨®n de sus clientes una red 5G completa de extremo a extremo ¡ªsolo tiene un pu?ado de rivales como proveedores de redes: Nokia (Finlandia), Ericsson (Suecia), Samsung (Corea), DoCoMo (Jap¨®n) y ZTE (China)¡ª. Se est¨¢n desplegando por el mundo ofreciendo precios muy competitivos. Y todo ello contribuye a que Jin Yong estime que Huawei est¨¢ siendo usado en la guerra comercial entre EE UU y China. ¡°Si no puedo competir contigo y superarte, te veto¡±, dice Yong, molesto. ¡°Es una l¨®gica rid¨ªcula. Y est¨¢n utilizando su poder como naci¨®n contra Huawei, una compa?¨ªa privada¡±.
La marca acus¨® una ca¨ªda del 30% en las ventas de m¨®viles en Espa?a en la primera semana tras la crisis desencadenada por Trump.
El analista e investigador bielorruso Evgeny Morozov, autor de la reciente e incisiva colecci¨®n de ensayos Capitalismo Big Tech, va m¨¢s all¨¢ en su an¨¢lisis de la crisis: ¡°Cualquier pa¨ªs razonable puede apreciar que EE UU est¨¢ dispuesto a utilizar herramientas de extorsi¨®n para ganar alguna ventaja en las negociaciones comerciales¡±, dice en conversaci¨®n telef¨®nica desde el sur de Italia. Morozov no descarta la existencia de puertas traseras en equipamientos de Huawei, pero a?ade: ¡°La probabilidad de que los dispositivos y accesorios que llegan de EE UU tengan agujeros y puertas traseras es a¨²n m¨¢s alta. Los estadounidenses han estado escuchando nuestros tel¨¦fonos durante a?os y este es un esc¨¢ndalo que Europa a¨²n tiene que abordar. T¨¦cnicamente hablando, preocuparse de la vulnerabilidad de nuestras redes no tiene sentido porque ya son vulnerables: est¨¢ claro que la NSA [agencia de inteligencia estadounidense] tiene una manera de monitorizarlas¡±.
El futuro, en cualquier caso, se presenta m¨¢s vulnerable. Aunque los expertos aseguran que las redes 5G son a priori m¨¢s seguras que sus predecesoras, la mera multiplicaci¨®n de millones de antenas y el crecimiento exponencial de los dispositivos conectados en el IoT ofrecer¨¢n nuevas y suculentas oportunidades para el hackeo. ¡°Cuanta m¨¢s tecnolog¨ªa utilizamos, m¨¢s vulnerables somos¡±, afirma el experto en seguridad inform¨¢tica David Barroso; ¡°cuanto mayor es la exposici¨®n, peor¡±.
Barroso, fundador de CounterCraft, empresa de contrainteligencia digital que elabora un producto dirigido a Gobiernos y grandes compa?¨ªas para poner trampas a los atacantes, asegura que el peligro vendr¨¢ por las brechas de seguridad de dispositivos que la industria pondr¨¢ en venta sin las medidas de seguridad necesarias. Algo que, dice, ya ocurre: cada nuevo dispositivo conectado (coches, frigor¨ªficos, webcams instaladas en casa, asistentes personales) tiene una tarjeta SIM; a veces los fabricantes instalan contrase?as f¨¢ciles para que los administradores accedan a ellos sin complicaciones: estamos expuestos.
Si alguien consigue acceder a los mandos de un coche aut¨®nomo, hacer que parezca un accidente ser¨¢ m¨¢s f¨¢cil. No hablemos de los mandos de un avi¨®n.
El coordinador europeo de lucha antiterrorista Gilles de Kerchove emiti¨® el pasado mes de junio un informe en el que alertaba del riesgo de emergencia de nuevas formas de terrorismo mucho m¨¢s letales a ra¨ªz del despliegue de las redes 5G y de los avances en inteligencia artificial. Las computadoras cu¨¢nticas podr¨¢n descifrar datos encriptados; los aparatos interconectados podr¨¢n ser manipulados a distancia y volverse contra nosotros, y la biolog¨ªa sint¨¦tica permitir¨¢ recrear virus fuera de los laboratorios, seg¨²n se?ala en su informe. Europa quiere una pol¨ªtica de ciberseguridad com¨²n.
La pol¨¦mica sobre todas las vulnerabilidades de las redes despierta adem¨¢s el debate de si poner infraestructuras cr¨ªticas en manos privadas, sea cual sea su procedencia, es una buena idea.
Las prevenciones ante el desarrollo del 5G no se frenan ah¨ª. Hay voces que se alzan contra algo que, dicen, ahondar¨¢ la brecha digital, que conectar¨¢ todav¨ªa m¨¢s a los ya conectados. Peter Bloom, fundador de Rhizomatica, asociaci¨®n civil que despliega redes alternativas para abastecer a lugares remotos o aislados, sostiene en una colecci¨®n de ensayos que el problema del 5G es que no est¨¢ centrado en los humanos, sino en las m¨¢quinas. Son ellas las que se comunican entre s¨ª, no nosotros. ¡°Cuando la gente ya no es el foco intr¨ªnseco del sistema de comunicaci¨®n¡±, escribe, ¡°entonces algo fundamental ha cambiado en la naturaleza de la Red¡±.
Cuanta m¨¢s tecnolog¨ªa usamos, m¨¢s problemas resolvemos, s¨ª, y tambi¨¦n m¨¢s creamos. La hiperconectividad viene cargada de facilidad de acceso, rapidez, agilidad en las comunicaciones, nuevas comodidades. Pero cuantos m¨¢s dispositivos haya y m¨¢s informaci¨®n compartamos por el ¨¦ter, m¨¢s vulnerables seremos y m¨¢s posibilidades habr¨¢ de que nos vigilen, de que nos esp¨ªen y, por tanto, de ser manipulados.?
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