A m¨¢s datos, m¨¢s periodismo

El periodismo de datos crece cada a?o en la prensa con secciones propias integradas por m¨¢s y mejores especialistas. Sus espectaculares logros apasionan a los lectores, pero tambi¨¦n les inquietan porque ven amenazada su privacidad. Acaba de pasar este agosto con la difusi¨®n de los lugares exactos de donde proced¨ªan los veraneantes de 56 destinos espa?oles; y ya pas¨® en abril y mayo con la difusi¨®n de resultados electorales ¡°calle por calle¡±. Los lectores desasosegados merecen una explicaci¨®n.

Hablamos de ese periodismo que capta grandes vol¨²menes de informaci¨®n con herramientas tecnol¨®gicas para presentarla en gr¨¢ficos y mapas interactivos, infograf¨ªas, aplicaciones¡­ EL PA?S present¨® este mes pasado uno de esos mapas interactivos en el que se ve¨ªa con detalle de qu¨¦ distrito de Espa?a proced¨ªan quienes veraneaban en Benidorm, C¨¢diz, Cambrils¡­

La inquietud se dispar¨® porque la informaci¨®n, dec¨ªa el texto, proced¨ªa de los m¨®viles de los turistas. ?Eso es legal? Un lector comentaba en la web: ¡°Lo que da miedo es que cualquier entidad tiene acceso a nuestro tel¨¦fono m¨®vil sin permiso¡±. Otro a?ad¨ªa: ¡°Interesante art¨ªculo para sacar de dudas a quien no tenga claro el control al que est¨¢ sometida la poblaci¨®n al llevar un dispositivo con la funci¨®n localizaci¨®n activada¡±.

Daniele Grasso, l¨ªder del equipo de Datos, confirma que EL PA?S elabor¨® ese mapa con par¨¢metros de ¡°movimientos de miles de m¨®viles¡± de clientes de Orange, que los hab¨ªa cedido a Geoblink (asesora sobre d¨®nde abrir un negocio), que a su vez los facilit¨® al peri¨®dico. El diario manej¨® informaci¨®n an¨®nima, sin detalles de identificaci¨®n de clientes (nombre, direcci¨®n, tel¨¦fono, correo electr¨®nico¡­), tal como exige la ley.

Los mapas electorales fueron lo suficientemente impactantes como para no exagerar en los t¨ªtulos: no eran resultados ¡°calle a calle¡±, sino de mesas

Los resultados ¡°calle a calle¡± de las elecciones generales y municipales, presentados tambi¨¦n en mapas interactivos, fueron elogiados, pero tambi¨¦n criticados. El lector Edmundo Velasco transmiti¨® sus ¡°enormes dudas¡± sobre si ese tipo de mapas descubre ¡°informaci¨®n privativa de los habitantes en esas calles de las que se dan los datos del voto de sus vecinos¡±.

En la web, hubo protestas: ¡°Hay calles con un solo vecino y est¨¢is publicando su voto¡±; ¡°?El voto no era secreto? Lamentable, peligroso¡±; ¡°En democracia no vale todo, aunque no sea ilegal¡±; ¡°Maravilloso mapa, ?pero no era secreto el voto?¡±.

No hay levantamiento del secreto, sino un mejor uso de la tecnolog¨ªa. Lo describe Grasso: ¡°Alg¨²n lector se ha preocupado: ¡®?c¨®mo es posible que EL PA?S sepa lo que vota la gente que vive en mi calle?¡¯ ¡®Y si vivo en un pueblo donde viven diez personas, y EL PA?S publica que nueve han votado al PP y una al PSOE, ?todo el pueblo sabr¨¢ qui¨¦n es el votante socialista!¡¯" ¡°Correcto¡±, se responde el periodista. ¡°Igual que podr¨ªa saberlo acudiendo a la web del Ministerio del Interior¡±.

En efecto, el resultado de cada mesa y secci¨®n electoral ¡ªno de cada calle¡ª est¨¢ en esa web.

Se cumple la ley, pero el peligro existe. La abogada Paloma Llaneza, auditora de sistemas y consultora de seguridad, advierte de que ¡°un estudio ha demostrado que con tres datos an¨®nimos obtenidos de fuentes p¨²blicas es posible identificar al 81% de los afectados¡±. Autora del libro Datanomics: todos los datos personales que das sin darte cuenta y todo lo que las empresas hacen con ellos, Llaneza argumenta que ver en un mapa resultados de votaci¨®n en tu calle origina un efecto de ¡°invasi¨®n de la intimidad¡± que no lo da un mero listado en una p¨¢gina de c¨¢lculo.

¡°Las representaciones geogr¨¢ficas de datos generan una sensaci¨®n de ser observados que no lo genera el uso de las redes sociales o de los m¨®viles, que precisamente est¨¢n dise?ados para evitar sentirse controlados¡±, a?ade Llaneza.

S¨ª, y por eso mucha informaci¨®n que manejan las empresas se la regalamos los ciudadanos ¡°al aceptar las cl¨¢usulas de privacidad de muchos servicios¡±, como alerta Fernando Sancho, consultor de seguridad y protecci¨®n de datos.

Cuantos m¨¢s datos, mejor periodismo, y hoy est¨¢n m¨¢s al alcance que nunca. Por eso, EL PA?S seguir¨¢ explotando ¡°las ingentes cantidades que se producen¡±, comenta Grasso.

Sin embargo, el rigor y la precisi¨®n deben ser en este terreno incluso m¨¢s estrictos de lo habitual para evitar esa inquietud de los lectores. Los mapas electorales fueron lo suficientemente espectaculares como para no exagerar en los titulares: no eran resultados ¡°calle a calle¡±, sino de mesas electorales. De otro lado, las fuentes y m¨¦todos de obtenci¨®n de los datos deben ser transparentes para el lector, como lo han sido en los casos mencionados. Y por ¨²ltimo, y como enfatiza Grasso, el respeto a la privacidad debe imperar siempre.

Ni los periodistas ni los lectores podemos bajar la guardia. Esto no ha hecho m¨¢s que empezar.

defensor@elpais.es

En esta web: El Defensor del Lector contesta

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