Peter Pan es malo y Mal¨¦fica es buena

Hay dos maneras de hablar con un ni?o peque?o: permaneciendo en pie y, desde nuestra posici¨®n, dirigirnos a ¨¦l, o acuclill¨¢ndonos. Estos d¨ªas podremos ver a muchos profesionales de la educaci¨®n hacer lo segundo. Se denomina ¡°escucha activa¡±. El adulto pone su rostro a la altura del ni?o, ambos se miran y se establece la comunicaci¨®n. Se trata de un, llam¨¦mosle, truco muy efectivo. El uno modifica su perspectiva porque el otro est¨¢ limitado por su estatura. El adulto entiende que lo importante no es lo que ¨¦l pueda ver desde su metro y pico, sino que el ni?o entienda lo que se le quiere decir y animarle a responder.

Pero se est¨¢ produciendo una situaci¨®n parad¨®jica: mientras cada vez m¨¢s adultos modifican su perspectiva f¨ªsica para hablar con los ni?os, los peque?os reciben un contenido cada vez menos adaptado. M¨¢s adulto. Un buen ejemplo son los cuentos, relatos cortos simples y sin matices que transmiten conclusiones b¨¢sicas. Las moralejas. Los cuentos no abarcan todos los grises que da la perspectiva adulta y no pueden hacerlo. De la misma forma que para aprender un idioma se observan primero las normas generales y luego las m¨²ltiples excepciones y variantes, para la vida sucede lo mismo. Los cuentos transmiten ejemplos de blanco y negro, de buenos y malos, sin reparar en el contexto ni en el despu¨¦s. De ah¨ª el ¡°¨¦rase una vez¡± con que empiezan y el ¡°para siempre¡± con que terminan.

Por eso ning¨²n cuento resiste un an¨¢lisis desde algunas perspectivas adultas. Caperucita es machista, Blancanieves ensalza la explotaci¨®n laboral del ama de casa, la Cenicienta habla con los ratones porque se fuma algo, la Bella Durmiente trata de mujeres pasivas, Mal¨¦fica es buena y Peter Pan es un acosador nocturno.

En realidad, esto ha comenzado antes. Desde hace algunos a?os, en las pel¨ªculas infantiles, el malo siempre termina siendo bueno y convenciendo a todos de que ten¨ªa alguna justificaci¨®n para ser malo. Consecuentemente, el personaje que desde el comienzo dec¨ªa que aquello estaba mal termina quedando como un idiota y un rancio. El lobo recoge flores con Caperucita y su madre queda de neur¨®tica. Si desde el comienzo les ense?amos la infinita gama de grises no nos sorprendamos de que cuando lleguen a la vida adulta abracen sin reservas el negro o el blanco.