Todos los que mataron a Liberty Valance
Muchos h¨¦roes ocultos de la Transici¨®n, personas de todo tipo y toda condici¨®n, lucharon para construir un Estado democr¨¢tico
"Mi nombre es John Ford y hago westerns". As¨ª se defini¨® uno de los grandes creadores de la historia del cine cuando le toc¨® hablar ante el Sindicato de Directores de Estados Unidos para defender a sus colegas perseguidos durante la Caza de Brujas. Pese a tener una filmograf¨ªa inmensa, en la que figuran obras maestras de todos los g¨¦neros, le gustaba definirse como un autor de pel¨ªculas del Oeste, porque se reivindicaba como un artesano; pero tambi¨¦n porque sus westerns resumen toda su filmograf¨ªa y, seguramente, todo lo que pueda ocurrir en la vida.
Centauros del desierto es tal vez su t¨ªtulo m¨¢s importante, que aparece de forma recurrente entre las mejores pel¨ªculas de todos los tiempos, pero muchos cin¨¦filos se quedan con otro t¨ªtulo, rodado en un sereno blanco y negro: El hombre que mat¨® a Liberty Valance. Este filme, protagonizado por John Wayne, James Stewart y Lee Marvin, arrastra una profunda par¨¢bola pol¨ªtica sobre el uso de la violencia frente al mal, encarnado en el forajido que da t¨ªtulo a la pel¨ªcula, al que un joven abogado trata de vencer con libros de derecho hasta que se da cuenta de que eso no es suficiente. Aunque, sobre todo, es un relato sobre los h¨¦roes ocultos de la historia, aquellos que mejoraron la vida de la comunidad desde las sombras y el olvido.
No es una casualidad que Xos¨¦ Fortes, militar encarcelado durante el franquismo por su compromiso con la libertad, termine recordando esta pel¨ªcula en el precioso libro de memorias que acaba de publicar, A rienda suelta (Ediciones del Viento), una historia de caballos salvajes en la Galicia rural (entre otras muchas cosas). El capit¨¢n Fortes es uno de los muchos h¨¦roes ocultos de la Transici¨®n, personas de todo tipo y toda condici¨®n que lucharon para construir un Estado democr¨¢tico. Y muchos pagaron un precio muy alto.
Aquellos hombres (y mujeres) que mataron a Liberty Valance no pidieron nada a cambio, salvo una sociedad libre y justa para las siguientes generaciones. Muchos ya no est¨¢n para ver el pa¨ªs que ha quedado. Por muchos m¨¢s motivos que recordar la deuda que todos los dem¨®cratas hemos contra¨ªdo con ellos se merecen, nos merecemos, un mayor esfuerzo para seguir profundizando en su legado y construir un pa¨ªs mejor. No es f¨¢cil estar a su altura, pero por lo menos se deber¨ªa intentar.
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