El estilo de vida de los padres condiciona la epigen¨¦tica de sus hijos
No todos los factores afectan por igual a la descendencia. Los m¨¢s sensibles son los efectos derivados de la dieta, las adicciones, el estr¨¦s y la actividad f¨ªsica
Cuando se re¨²nen padres y madres, ya sea en el entorno familiar, laboral o de amigos, es normal que los progenitores destaquen los parecidos que sus hijos tienen con alguno de ellos, no solo f¨ªsicamente, sino tambi¨¦n en determinados comportamientos. En esas conversaciones trasciende que Alejandro es igual de cabezota que su padre, que Andrea es tan esforzada como el suyo, que Israel ha sacado el mismo car¨¢cter alegre que su progenitor o que Mateo Jr. es tan propenso a repentinos cambios de humor como Mateo Sr. El temperamento, es decir, los rasgos b¨¢sicos de capacidad de respuesta y adaptaci¨®n fueron transmitidos en el material g¨¦nico de los padres, mientras que otros aspectos habr¨¢n sido adquiridos por cada ni?o a trav¨¦s del ejemplo de la conducta de sus progenitores.
Pero adem¨¢s, investigaciones neurobiol¨®gicas recientes han demostrado que una serie de aspectos adquiridos en relaci¨®n con el cerebro y la cognici¨®n se pueden transmitir a trav¨¦s del esperma por v¨ªa epigen¨¦tica, es decir, mediante modificaciones en la expresi¨®n de los genes que no obedecen a una alteraci¨®n del ADN. Como se?ala Jos¨¦ Luis Trejo, cient¨ªfico del CSIC y jefe del Grupo de Neurog¨¦nesis Adulta del Instituto Cajal, ¡°lo que hemos aprendido ahora es que los factores ambientales, tanto durante el desarrollo de los futuros padres, como en su vida adulta antes de tener descendencia, influyen en la presencia o ausencia de una serie de agentes epigen¨¦ticos, especialmente los microARNs, que se introducen en los espermatozoides durante su formaci¨®n, y que influyen despu¨¦s en el cerebro de la descendencia¡±.
No obstante, explica el investigador del CSIC, ¡°pueden transmitirse modificaciones negativas, vinculadas con el estr¨¦s o algunos traumas, pero tambi¨¦n rasgos positivos, relacionados con el incremento de la capacidad cognitiva y del n¨²mero de neuronas hipocampales¡±. En cualquier caso, ¡°no se hereda el trauma. Lo que se hereda son una serie de modificaciones en la descendencia que pueden ser importantes, y que pueden estar relacionadas, incluso, con la predisposici¨®n futura a la exposici¨®n al mismo trauma. Del mismo modo, la pr¨¢ctica de ejercicio f¨ªsico moderado incrementa la capacidad de aprendizaje y memoria de ciertas tareas, y la descendencia tambi¨¦n desarrollar¨¢ esa mayor capacidad de aprendizaje y memoria¡±, agrega Jos¨¦ Luis Trejo.
¡°De este modo, los factores de vida de los padres (el estilo de vida) condicionar¨¢n en mayor o menor medida a la descendencia. Tanto para bien o para mal¡±. Aun as¨ª, no todos los factores del estilo de vida afectan por igual a la descendencia. El cient¨ªfico del Instituto Cajal enumera que son ¡°muy sensibles los efectos derivados de la dieta, las adicciones, el estr¨¦s y la actividad f¨ªsica (los tres primeros negativos y el ¨²ltimo, con efectos positivos)¡±.
Ram¨®n Cacabelos, catedr¨¢tico de Medicina Gen¨®mica, Centro Internacional de Neurociencias y Medicina Gen¨®mica de La Coru?a, coincide en que ¡°salud mental y f¨ªsica de los progenitores condiciona la vida futura y la salud de la progenie¡± y hace especial hincapi¨¦ en la existencia de ¡°diversas enfermedades epigen¨¦ticas del neurodesarrollo que se manifiestan m¨¢s frecuentemente en ni?os cuyos padres han sufrido traumas psicol¨®gicos o padres con antecedentes psiqui¨¢tricos, consumidores de psicof¨¢rmacos¡±.
Por su parte, el doctor Jos¨¦ Luis Pedreira, psiquiatra del Hospital la Luz de Madrid, aclara que ¡°ni el ambiente externo, ni la gen¨¦tica, act¨²an de forma aislada. Existe una clara interacci¨®n entre ambos para comprender la configuraci¨®n del funcionamiento mental de una persona. Ambos contextos, el gen¨¦tico y el ambiental, son fundamentales para la persona¡±. Por ejemplo, prosigue el doctor Pedreira, ¡°cuando acontece una situaci¨®n de estr¨¦s, hay una respuesta de incremento de los corticoides circulantes que act¨²an como avisador al organismo. En unos individuos la repuesta es m¨¢s r¨¢pida y en otros, m¨¢s lenta; en unos se realiza con tasas circulantes muy elevadas y en otros, con menores tasas. Y, en parte, esto se produce de acuerdo con el temperamento del sujeto, que es lo que se nos ha otorgado por nuestras figuras parentales. Sin embargo, este temperamento se configura socialmente con el car¨¢cter basado en la educaci¨®n, las experiencias y las vivencias que tenemos, de modo que la respuesta viene mediada, y somos nosotros la que la modelamos y modulamos con posterioridad. Si existe una gran divergencia entre ellos, pueden aparecer alteraciones del comportamiento, dificultades de aprendizaje, reacciones de ansiedad y procesos de somatizaci¨®n. Siempre en esa interacci¨®n gen¨¦tica con la epigen¨¦tica¡±.
De este modo, el doctor Ram¨®n Cacabelos concluye que ¡°genoma y ambiente son interdependientes y se hallan en di¨¢logo permanente, de tal forma que multitud de factores medioambientales pueden regular la expresi¨®n de los genes, con influencia sobre la salud personal y la de los descendientes¡±.
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