Adi¨®s, izquierda, adi¨®s
Nunca hubo voluntad de crear un terreno com¨²n, asumiendo las diferencias pero buscando aquello que pod¨ªa dar a los ciudadanos un momento de confianza
Es muy decepcionante el espect¨¢culo que nos est¨¢ ofreciendo la izquierda espa?ola. La situaci¨®n es tan esperp¨¦ntica que un arreglo de ¨²ltima hora ser¨ªa promesa de casi nada, un Gobierno a palos. Tienen a la derecha en un rinc¨®n, dividida en tres bloques y radicalizada en lo ideol¨®gico, y que s¨®lo es capaz de ofrecer una combinaci¨®n de autoritarismo, valores reaccionarios y liberalismo del s¨¢lvese quien pueda, adornada con m¨²sica patriotera, ridiculizaci¨®n del feminismo, burla de la violencia de g¨¦nero y recurso al juzgado de guardia y a la reforma regresiva del C¨®digo Penal cada vez que algo se mueve. El electorado progresista se moviliz¨® para frenarla. Y dio de esta manera una oportunidad para que la izquierda abordara una experiencia transformadora en este pa¨ªs, con la posibilidad de convertirse en referente europeo. Han sido incapaces.
La ocasi¨®n merec¨ªa conjurarse para construir un proyecto desde el primer momento. Pero S¨¢nchez flirte¨® con una derecha que no quiere saber nada de ¨¦l, pensando que le daba fuerza para la negociaci¨®n con Unidas Podemos, y Pablo Iglesias se sinti¨® despechado. Duelo de machos. Nunca hubo voluntad de crear un terreno com¨²n, asumiendo las diferencias pero buscando aquello que pod¨ªa dar a los ciudadanos un momento de confianza para mirar un poco m¨¢s all¨¢ del agobiante presente continuo en que estamos atrapados. El da?o est¨¢ hecho y no lo arreglar¨ªa un acuerdo final de mala gana, fruto del af¨¢n de cada parte de no pasar por el culpable del fracaso. Y el electorado les puede pasar factura. Porque la conclusi¨®n es que en este pa¨ªs puede haber una mayor¨ªa de izquierdas, pero no hay un proyecto de izquierdas capaz de representarla. Pedro S¨¢nchez: fascinado por el macronismo, seducido por el eslogan ¡°de derechas y de izquierdas a la vez¡±, siente p¨¢nico por todo lo que sit¨²a a su izquierda. El Gobierno surgido de la moci¨®n de censura, un mosaico de color y diversidad por contraste con los grises tonos de la cultura de cuerpos del Estado del rajoyismo, gener¨® la expectativa de la irrupci¨®n de una nueva izquierda. Era un espejismo.
La ciudadan¨ªa necesita recuperar la confianza en la pol¨ªtica. En materia de libertades, en las prioridades econ¨®micas, en propuestas pol¨ªticas para Catalu?a, en la reparaci¨®n de las fracturas sociales, en la manera de estar en Europa, la izquierda deber¨ªa ser capaz de llegar mucho m¨¢s all¨¢ que la derecha. Pero S¨¢nchez niega el reconocimiento como socios a Unidas Podemos, y ¨¦stas, bajo la tutela de Iglesias, siguen en la v¨ªa autodestructiva emprendida en 2016. S¨¢nchez lleva puesta la melancol¨ªa del bipartidismo. Y para ello necesita minimizar a Unidas Podemos. Quiz¨¢s esta sea la raz¨®n del mal trato que les ha dado. Muleta, s¨ª; socios, no. Y despu¨¦s de las elecciones, ?qu¨¦? Que S¨¢nchez no tenga que recordar la maldici¨®n de Iglesias: ¡°Sin nosotros, no ser¨¢ presidente nunca¡±.
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