S¨¢nchez-Iglesias, mano final
No se ha planteado una negociaci¨®n buscando consensos sino un pulso con la l¨®gica del p¨®ker para ganar la partida
Es tan obvio que todo apunta a elecciones que quiz¨¢ todav¨ªa sea un objetivo no ir a elecciones. Si algo hay claro aqu¨ª es que no se ha planteado una negociaci¨®n convencional, buscando consensos y explorando la confianza en el futuro socio, sino un pulso con la l¨®gica del p¨®ker para ganar la partida. Una de las consignas del juego, donde la psicolog¨ªa es clave, es que el problema no es perder fichas sino perder la cabeza. Todo el proceso es relevante, pero la clave est¨¢ en el control del desenlace. Y, ahora que el Rey ha convocado la ronda final, ya han comenzado los antiminutos de la basura. Ah¨ª puede suceder cualquier cosa, como Iglesias pudo disfrutar ayer alborozado en un aparcamiento siguiendo las semis del Mundial de basket.La l¨®gica sigue apuntando a las elecciones, pero qui¨¦n dijo l¨®gica.
S¨¢nchez, por de pronto, no iba a picar en el se?uelo de Iglesias en su negociaci¨®n cara a cara, o m¨¢s bien iPhone a iPhone. La oferta de una coalici¨®n provisional ¡ªlo que c¨®micamente alguien denomin¨® ¡°coalici¨®n permanente revisable¡±, tipo ¡°pru¨¦belo, y si encuentra algo mejor, le devolvemos sus ministerios¡±¡ª desprende esa l¨®gica inconfundible del m¨¢s-dif¨ªcil-todav¨ªa, ?alehop!, pero se trata de un farol bastante insostenible porque expone al pa¨ªs a aquello que m¨¢s preocupa: prolongar la inestabilidad, y con la recesi¨®n a las puertas. Claro que Iglesias invierte as¨ª la propuesta contraria de alg¨²n bar¨®n para que UP comience fuera del Gobierno y se gane el derecho a coalici¨®n. Ciertas ocurrencias solo sirven para transmitir la imagen de estar movi¨¦ndose.
El propio Iglesias, bajo la l¨®gica del p¨®ker, puede pensar que la apuesta de ir a elecciones es tambi¨¦n un farol. En definitiva, hay muchos incentivos para evitar ¨¦stas: el temor a la abstenci¨®n en un escenario de alto equilibrio como ya les sucedi¨® en el fiasco andaluz; las campa?as a menudo eficaces de Podemos para movilizar; la sentencia del proc¨¦s y quiz¨¢ la sentencia de los ERE que revitalizar¨ªa el argumentario que el PSOE sac¨® en G¨¹rtel en plena campa?a¡ De ah¨ª el posibilismo ante la ¨²ltima ronda. En 72 horas, si se quiere, pueden suceder muchas cosas. Ser¨ªa f¨¢cil enumerar series de tres d¨ªas alucinantes, como el Jueves Negro de 1929 o el 1 de septiembre de 1939. No es f¨¢cil, pero fuera de la l¨®gica convencional todo es posible.
S¨¢nchez siempre ha querido gobernar en solitario, de ah¨ª que todo apunte al 10-N. No es que prefiera gobernar con la derecha; sencillamente sabe que ¨¦sta, adem¨¢s de tener m¨¢s cr¨¦dito en Europa, nunca le reclamar¨ªa entrar en el Gobierno. Podemos, en cambio, persigue esto desde 2015. Pero S¨¢nchez teme una mayor¨ªa que dependa de los indepes, aunque bajen el tono como ERC. Y ese es el gran aliciente para ir a elecciones a reformular los equilibrios y aumentar la apuesta. El problema es que las encuestas no son concluyentes, y tambi¨¦n UP tiene motivos para dudar. En ese margen de incertidumbre, se dirime una ¨²ltima mano. Y otro de los mandamientos en el p¨®ker es que gran parte de lo que obtengas no depender¨¢ de tu fortaleza sino de un instante de debilidad del oponente.
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