Trump ata a M¨¦xico

La decisi¨®n del Tribunal Supremo de Estados Unidos de respaldar la pol¨ªtica migratoria de Donald Trump, cuyo Gobierno podr¨¢ aplicar una nueva normativa que restringe las condiciones de solicitud de asilo, hasta hacerlas casi imposibles para muchos centroamericanos, no solo supone un triunfo de la intransigencia de Trump respecto a la migraci¨®n. Tambi¨¦n vuelve a evidenciar la fragilidad a la que ha quedado expuesto M¨¦xico ante las decisiones unilaterales del presidente de Estados Unidos, convirti¨¦ndose en una suerte de polic¨ªa migratoria del inquilino de la Casa Blanca.

La normativa afecta de forma directa al pa¨ªs latinoamericano, porque todos los solicitantes de asilo que hayan pasado por su territorio no podr¨ªan pedir protecci¨®n en suelo estadounidense, a menos que hayan sido rechazados por el Gobierno mexicano o por el de otro pa¨ªs. Esta nueva medida supone, en la pr¨¢ctica, un candado en la puerta de Estados Unidos para cientos de miles de centroamericanos que huyen, en su gran mayor¨ªa, de la violencia y la pobreza. Hondure?os y salvadore?os tendr¨ªan que pedir asilo en Guatemala y M¨¦xico; los guatemaltecos, por su parte, lo har¨ªan en M¨¦xico.

El Gobierno de Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador ha lamentado el fallo de la mayor autoridad judicial estadounidense, pero el rechazo ha sido sumamente tibio, como todos los movimientos que ha dado el Ejecutivo desde que hace tres meses Trump amenaz¨® con imponer un arancel del 5% a los productos mexicanos. La fragilidad de la econom¨ªa, que ha sorteado por poco la recesi¨®n en el primer semestre del a?o, ha obligado a L¨®pez Obrador a esquivar, al precio que sea y contra sus propias creencias, cualquier enfrentamiento comercial con Estados Unidos, lo que, es cierto, le ha generado el visto bueno de la clase empresarial, enfrentada en otros asuntos al mandatario.

El nuevo presidente de M¨¦xico inici¨® su sexenio con una pol¨ªtica de puertas abiertas hacia los migrantes centroamericanos e impuls¨® una suerte de Plan Marshall, que requer¨ªa del apoyo econ¨®mico de Estados Unidos. Todo eso se ha esfumado con los meses. M¨¦xico ha supeditado su pol¨ªtica migratoria a los intereses de un Donald Trump que, en plena campa?a por la reelecci¨®n, no ha dado visos de que vaya a titubear a la hora de volver a criticar al vecino del sur si as¨ª lo requieren sus intereses. La concentraci¨®n cada vez mayor de migrantes centroamericanos en territorio mexicano dispara todas las alarmas. El rechazo de la poblaci¨®n a la inmigraci¨®n es cada vez mayor y los brotes xen¨®fobos se reproducen con m¨¢s asiduidad. La vulnerabilidad a la que quedan expuestos los migrantes, a merced de las mafias del crimen organizado en un pa¨ªs con una grave crisis de inseguridad, merece un rechazo m¨¢s contundente.