Algo nos une mucho m¨¢s que Zara o Starbucks
Si nos cre¨ªamos diferentes, lejanos y enfrentados, el arte nos ense?a lo cerca que estamos
La exposici¨®n Vel¨¢zquez, Rembrandt, Vermeer¡puede estar terminando, pero nos va a dejar una lecci¨®n que no solo deber¨ªamos colgar de nuestro encefalograma, plano o convexo, sino del ADN. Una modificaci¨®n gen¨¦tica de nuestra idiosincrasia para incorporar algunos efectos beneficiosos de la historia no nos vendr¨ªa mal en esta Europa enfrentada.
El Museo del Prado ha exhibido en estos meses cuadros memorables de Vel¨¢zquez, Rembrandt y Vermeer y nos ha demostrado algo importante: si nos cre¨ªamos diferentes, enfrentados, parte de ramas contrapuestas de un mismo tiempo, nos equivocamos, porque compartimos un universo de miradas y valores que nos aproximan enormemente. ?A que les suena? Pero no estamos hablando del Brexit, ni de Salvini, ni de Hungr¨ªa, no.
Hablamos del siglo XVII, de los Pa¨ªses Bajos y Espa?a. Mientras ambos batallaban en la guerra de los Ochenta A?os, pintores contempor¨¢neos como los tres citados y otros como Murillo, Hals o Zurbar¨¢n miraban a su lienzo en territorios tan lejanos y enfrentados para plasmar, sin embargo, pensamientos parecidos. Los pa¨ªses estaban de espaldas. Pero las miradas conflu¨ªan.
Mucho antes de que los escaparates de Zara, Starbucks o Dolce & Gabana nos recordaran que, en Londres, ?msterdam o Mosc¨² pisamos una misma globalidad, esos maestros pintaron parecidos gremios, oficios, bufones, mendigos, hogares y bodegones. No era Rembrandt m¨¢s sobrio que Vel¨¢zquez ni las callejuelas de Delft menos coloridas que las de Sevilla.
Alejandro Vergara, el art¨ªfice de la exposici¨®n, planteaba en Babelia una cuesti¨®n de hondura: ¡°?Y si el valor de una obra fuese justamente, no que se acerca a nosotros, sino que nos lleva lejos?¡±. Pregunta magistral, s¨ª, para colgar tambi¨¦n en el encefalograma. En el cat¨¢logo, Vergara explica que la historia del arte se ha escrito desde el localismo y el nacionalismo, buscando lo que separa y no lo que une. Que era mucho m¨¢s. La exposici¨®n viajar¨¢ pronto a Holanda, que har¨¢ su propia versi¨®n, record¨¢ndonos que somos diferentes, pero que es tanto lo que nos une que lo antinatural son los Brexit, Johnsons, Salvinis y las ideas que son capaces de inocular. Atrev¨¢monos a esa modificaci¨®n gen¨¦tica porque urge aprender esa lecci¨®n.
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