Trato de favor
Mientras Urdangarin se abraza a la religi¨®n, Casiraghi defiende la filosof¨ªa y su importancia para entender nuestras emociones

Mi primera reacci¨®n ante la noticia de que I?aki Urdangarin, exduque de Palma y preso en una c¨¢rcel de mujeres, saldr¨ªa de ella dos veces por semana para hacer trabajos de voluntariado, no fue de sorpresa. M¨¢s bien me alegr¨¦ porque al fin podr¨ªamos constatar su estado f¨ªsico como lo vimos todos el pasado jueves: mejor cara y aspecto del que cuando supo la condena. Y m¨¢s que siguiendo un protocolo, creando uno para c¨®mo vestirse cuando has pasado un a?o y unos meses en una c¨¢rcel y no quieres parecerte ni a Mario Conde ni a Francisco Correa. Ese look casual y rehabilitad¨ªsimo, camisa azul clarito, cintur¨®n blanco, pantalones que ense?an el tobillo y unos simp¨¢ticos calcetines con zapatillas verdes comod¨ªsimas. Y unas gotas de trato de favor.
Me atrae enormemente la fragancia del trato de favor. Me encantar¨ªa escribir una zarzuela con ese t¨ªtulo. Porque todo lo que veremos en estas salidas del creador del Instituto N¨®os resulta material para una zarzuela contempor¨¢nea. En realidad, I?aki ha estado vinculado al trato de favor desde que lo conocemos. Lo ha convertido en una especie de karma. De persecuci¨®n. Poco despu¨¦s de conocer a la infanta Cristina, empez¨® deportivamente el trato de favor, pas¨® de ser un deportista ol¨ªmpico a ser parte de la familia real, que vive tambi¨¦n subrogada a un permanente trato de favor, como no podr¨ªa ser de otra forma. Todo lo que le sucedi¨® despu¨¦s, su ascenso y ca¨ªda, es tanto consecuencia como ejemplo de lo que significa acostumbrarte a ese trato, a ese contrato. Siempre tuve la sospecha que cuando el exduque de Palma se vio rodeado de t¨ªtulos, hijos, cargos en grandes empresas y fabricando un Instituto N¨®os para hacerse un poco m¨¢s rico, se sinti¨® intocable y el trato de favor en su entorno no hizo m¨¢s que ratific¨¢rselo. Y lleg¨® a la c¨¢rcel, donde los peque?os tratos de favor son vigilados por un sindicato de empleados penitenciarios, pero lo ha sabido sortear. Las siguientes salidas ofrecer¨¢n diferentes looks, transformando al reo en maniqu¨ª de una moda revolucionaria: el chic del voluntariado.
Tambi¨¦n se ha dicho que entre las labores que acometer¨¢ en un centro de personas con discapacidad est¨¢ bordar. Me quede de piedra cuando escuch¨¦ a una colaboradora de la SER bromear con que ella descartar¨ªa que el exduque se dedicar¨ªa a bordar. ?Por qu¨¦ no? Bordar no es algo extravagante ni se puede insinuar que feminiza. Claro que Urdangarin bordar¨¢, lleva a?os bordando ese personaje lim¨ªtrofe, que se cree inocente cuando no lo es. Que cree que no existe trato de favor sencillamente porque desde hace a?os no ha conocido otra cosa.

Carlota Casiraghi, hija de la princesa Carolina de Monaco, charlar¨¢ esta tarde en Segovia sobre filosof¨ªa durante uno de los actos m¨¢s esperados del Hay Festival. Casiraghi y Urdangarin son completamente diferentes. Mientras Urdangarin se abraza a la religi¨®n, Casiraghi defiende la filosof¨ªa y su importancia para entender nuestras emociones. Ella habla de que ¡°la dulzura y la paciencia son fuerzas muy s¨®lidas, no se las valora bastante porque son virtudes femeninas que pueden considerarse un signo de pasividad¡±. Sorprendente Carlota, y es precisamente en frases as¨ª en las que I?aki podr¨ªa pensar mientras est¨¦ ayudando a bordar como acto voluntario de sanaci¨®n.
Una amiga se asombr¨® de que acudiera este mi¨¦rcoles al partido del Juventus contra el Atl¨¦tico de Madrid. Seguramente pensar¨ªan como la colaboradora de la SER, que no es algo muy propio de hombres gais. ?Qu¨¦ equivocada est¨¢! Pues me encant¨® ver a Cristiano Ronaldo en acci¨®n. Cada vez que ten¨ªa el bal¨®n, el estadio Metropolitano rug¨ªa en una pitada general que Ronaldo reconvert¨ªa en un trato de favor. Se crec¨ªa, haciendo de la protesta un manto protector. Despu¨¦s de todo, es algo que solo le pasa a ¨¦l. A ning¨²n otro jugador le pitaban de esa forma. Es casi como un sello. Y comprend¨ª que Ronaldo disfruta con lo que significa y eso es lo que le hace jugar como lo hace. Le agrada ser el m¨¢s pol¨¦mico, el millonario, altivo, al mismo tiempo diplom¨¢tico y profesional. Antes de empezar el juego, se dirigi¨® a Joao F¨¦lix, la bella nueva estrella del Atl¨¦tico, tambi¨¦n portugu¨¦s y m¨¢s joven, con un gesto paternal y de compa?ero de camino. Me entraron ganas de aplaudirle, pero me contuve no fuera a ser que me acusaran de trato de favor.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Opini¨®n
- Cristiano Ronaldo
- Carlota Casiraghi
- Cristina de Borb¨®n y Grecia
- Instituto N¨®os
- Gente
- Caso Urdangarin
- I?aki Urdangarin
- Caso Palma Arena
- Sentencias condenatorias
- Corrupci¨®n pol¨ªtica
- Familia Real
- Casos judiciales
- Corrupci¨®n
- Sentencias
- Casa Real
- Sanciones
- Organizaciones deportivas
- Deportes
- Delitos
- Juicios
- Proceso judicial
- Pol¨ªtica
- Justicia