Los expertos y las vacas en la niebla
En esta pol¨ªtica algor¨ªtmica no hay ideas ni ideales, sino tendencias o filias y fobias compulsivas. Los expertos se mueven mejor en el secretismo
ALL? ESTABA. La plana mayor del Ministerio de Fomento y dem¨¢s autoridades desplazadas a Mondo?edo, encofrados en la alta ret¨®rica de los pilares del Estado, no vieron c¨®mo se cern¨ªa, puntual y parsimoniosa, la gran manta de niebla. La obra que se inauguraba aquel 3 de febrero de 2014 estaba cargada de millones y adjetivos. Una obra portentosa, hist¨®rica, que pasar¨ªa a los anales de la ingenier¨ªa vial. Era el ¨²ltimo tramo de la autov¨ªa Transcant¨¢brica, 20 kil¨®metros de oro hormigonado, aupados por la maquinaria pesada y 200 millones de euros en los montes de Mondo?edo. Los oriundos s¨ª que la vieron, la gran nube, y por eso su aplauso fue cauteloso y oblicuo. Ve¨ªan comparecer la gran superestructura de la naturaleza para ocultar en la nada la soberbia infraestructura humana, mientras las autoridades sonre¨ªan a c¨¢mara y disfrutaban del momento moment¨¢neo.
En este tramo de la A-8, la niebla no deja ver siquiera las balizas de niebla. Poco tiempo despu¨¦s de la triunfal inauguraci¨®n, en el mes de julio, se produjo un gran choque en cadena, con 35 veh¨ªculos destrozados y una v¨ªctima mortal. El Alto do Fiouco, donde la niebla es tan espesa que se podr¨ªa empaquetar como souvenir, ha pasado de ser una monta?a m¨¢gica a la psicogeograf¨ªa del p¨¢nico. Ya hay leyendas que hablan de autom¨®viles que han penetrado en la niebla para no volver. La realidad es que desde 2014 ha tenido que cortarse el tr¨¢fico una media de 100 d¨ªas al a?o. Cortes que, a veces, se prolongan durante d¨ªas y el tr¨¢fico es desviado por la vieja carretera de Mondo?edo. No es una desgracia, siempre que se aproveche para una parada y visitar la Fonte Vella, esa a la que ?lvaro Cunqueiro quiso invitar a un perfumista de Par¨ªs ¡°para que aspirase lentamente el aroma a heno de hierba reci¨¦n cortada y, partiendo de ¨¦l, inventase un perfume de oto?o¡±.
La que tiene posada milenaria en el monte do Fiouco, de 698 metros de altitud, es lo que llaman ahora una ¡°nube de estancamiento¡±. Podr¨ªa decirse que la niebla est¨¢ donde tiene que estar. La autov¨ªa, no. Cuando empezaron las obras, los paisanos advert¨ªan a ingenieros y t¨¦cnicos: ¡°?Te?an coidado que por aqu¨ª hai d¨ªas que non vemos as vacas!¡±. Y no se refer¨ªan a seres m¨ªticos. Se?alaban las vacas, sus vacas, que ellos llevaban de la cuerda a uno o dos metros. O viceversa. Eran tan importantes o sagradas las vacas en una casa campesina en Galicia que cada una ten¨ªa mayordomo. Mi madre y mi padre tuvieron ese oficio vaquero en la infancia. El caso es que las gentes de la comarca de Mondo?edo se cansaron de advertir a aquellos hombres tan sabios que en los lugares por donde estaban trazando la autov¨ªa hab¨ªa temporadas en que no se ve¨ªa una vaca a tres pasos. Pero los hombres sabios desconectaban. Estaban a lo suyo. ?Con qu¨¦ cuentos de vacas ven¨ªan aquellos viejos chalados?
Cinco a?os despu¨¦s, no se sabe qu¨¦ hacer con la niebla. Se ha intentado todo tipo de se?alizaci¨®n luminosa. Este tramo de la Transcant¨¢brica ya parece un espacio de ciencia-ficci¨®n, apropiado para rodar alguna serie tipo Black Mirror. Los expertos que no quisieron escuchar ni a los campesinos ni a las vacas siguen convencidos de que vencer¨¢n a la niebla y a la maldita nube de estancamiento, cueste lo que cueste. Se barajan alternativas como la construcci¨®n de un t¨²nel transl¨²cido con un sistema de calefacci¨®n con rayos infrarrojos. Tambi¨¦n se habla de instalar un gran sistema de aspersi¨®n higrosc¨®pica para provocar lluvia que disperse la niebla. Es posible que los hombres sabios consigan, al final, que en el Alto do Fiouco tengamos calefacci¨®n, lluvia y niebla a la vez.
Mucho he pensado estos d¨ªas en los expertos que no quisieron escuchar a los paisanos que les advert¨ªan de una niebla b¨ªblica. Parece que en la pol¨ªtica tambi¨¦n han tomado el mando los expertos en metadatos que no ven la niebla. Gur¨²s, asesores, spin doctors o lo que sean, fan¨¢ticos del solucionismo tecnol¨®gico, pero que tienen atrofiada la tecnolog¨ªa m¨¢s extraordinaria jam¨¢s inventada: esa leve y sencilla inclinaci¨®n para escuchar a la gente.
En esta pol¨ªtica algor¨ªtmica no hay ideas ni ideales, sino tendencias o filias y fobias compulsivas. Los expertos se mueven mejor en el secretismo, en sus cabinas de mandarines virtuales. Por eso molesta todo lo presencial. Se desactiva la participaci¨®n, la disidencia. La mayor¨ªa de los partidos funcionan como altavoces de un poder unipersonal. Y los electores son tratados a la vez como consumidores y materia prima, a los que encima se les pide que pulsen un like, un ¡°me gusta¡±. A ver qu¨¦ pasa con esta niebla.?
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