El disfraz de abuelita del PP
Hay tantas elecciones que uno puede presentarse como derechoso en unas y centrista en otras. Aunque Casado aparenta hoy moderaci¨®n, lo ocurrido en El Ejido o Madrid le delata
Casado se ha disfrazado de Rajoy: desde la barba que a?ade a su semblante edad y seriedad (que no es lo mismo) hasta el tono de moderaci¨®n muy lejos del acento aznariano que asumi¨® en meses anteriores. Hay tantas elecciones en estos tiempos que uno puede elegir presentarse como derechoso en unas y como centrista en otras con pocas semanas de diferencia sin que se penalicen los giros (PP); pactar con el PSOE de Andaluc¨ªa y saltar despu¨¦s a los brazos de PP y Vox para girar, de repente, hacia la oferta de abstenci¨®n al PSOE (Ciudadanos); o virar del no es no al s¨ª es s¨ª, por el amor de Dios, y tiro porque me toca (PSOE).
Y ofrecen los pol¨ªticos tantos matices, decimos, que nos toca recordarlo todo sin olvidar nada. Por ejemplo: el Pablo Casado que ahora comparece barbado y moderado al estilo de Rajoy es el mismo que ha pactado con Vox en El Ejido o en Madrid, por mencionar dos casos en los que el disfraz de abuelita no puede ocultar la voracidad de sus colmillos.
En El Ejido, donde el rechazo al gran porcentaje de inmigrantes alent¨® obscenamente el auge de Vox en las generales, el Ayuntamiento de PP y Vox ha solicitado abandonar el sistema de seguimiento de v¨ªctimas de la violencia machista. En plena semana grande del crimen machista, con seis mujeres muertas sobre la mesa, no es prioridad. Aunque el alcalde dio ayer marcha atr¨¢s por el ¡°revuelo medi¨¢tico¡± ¡ªque no por una autocr¨ªtica que habr¨ªa resultado m¨¢s interesante¡ª revel¨® la misma ideolog¨ªa que est¨¢ espolvoreando Vox all¨ª donde logra poder y visibilidad: la negaci¨®n de la violencia de g¨¦nero y la identificaci¨®n del feminismo con un supremacismo con el objetivo final de neutralizar la lucha por la igualdad.
El alcalde de Madrid, Mart¨ªnez-Almeida (PP), pareci¨® estar donde hay que estar cuando se enfrent¨® a Ortega Smith (Vox) por boicotear un homenaje a una v¨ªctima para airear su negacionismo. Pero se le vio el plumero cuando acab¨® confraternizando con ¨¦l al declararse en contra del ¡°feminismo del 8-M y de la ideolog¨ªa de g¨¦nero¡±. (?Acaso el feminismo tiene tipos?)
El disfraz de moderaci¨®n que viste estos d¨ªas el PP es tan poco convincente como el de esa abuelita del bosque. Por fortuna, en este bosque hay hemeroteca.
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