Mentiras y mesianismo en Rusia
Las mentiras del Estado ruso son parecidas a las que inventaba el sovi¨¦tico. Putin patrocina el mensaje apocal¨ªptico de un pa¨ªs asediado por enemigos exteriores, con ¨¦l como ¨¢ngel salvador
"?Cu¨¢l es el precio de las mentiras?", pregunta en la serie estadounidense Chernobyl el f¨ªsico nuclear Legasov, interpretado por Jared Harris. La serie del canal HBO, estrenada hace unos meses y parcialmente basada en el libro Voces de Chern¨®bilde Svetlana Alexi¨¦vich, revela c¨®mo el Estado sovi¨¦tico intent¨® cubrir con mentiras la fatal explosi¨®n de la central nuclear. ?Cu¨¢l es el precio de las mentiras? Se trata de una pregunta no menos v¨¢lida en el tiempo actual que en el de Gorbachov, Stalin o Lenin.
Es curioso que el aparato estatal de Putin se irrite por la serie. Lo que m¨¢s le enfurece es que desde Occidente los directores, y con ellos millones de espectadores, analicen y sometan a dura cr¨ªtica algunos acontecimientos en Rusia. El canal ruso NTV, propiedad de Gazprom, declar¨® que est¨¢ elaborando su propia serie sobre la cat¨¢strofe de Chern¨®bil, ¡°la verdadera¡±, seg¨²n dicen. Su conclusi¨®n ser¨¢ ¡ªy no es una broma¡ª que el que caus¨® el desastre mortal de la central nuclear fue un agente de la CIA.
Otros art¨ªculos de la autora
Las mentiras del Estado ruso son parecidas a las que inventaba el sovi¨¦tico. Con Putin reci¨¦n instalado en el Kremlin, en el a?o 2000, en el mar de Barents naufrag¨® el submarino nuclear Kursk y, seg¨²n el modelo de Chern¨®bil, las autoridades rusas silenciaron el accidente incluso ante los familiares de los operarios muertos en la cat¨¢strofe. Dos a?os m¨¢s tarde, durante el ataque terrorista contra el teatro Dubrovka de Mosc¨², los servicios secretos FSB llenaron el teatro con un gas desconocido cuyo objetivo fue paralizar a todos los presentes, entre ellos a los terroristas; acabada la operaci¨®n, el FSB se neg¨® a revelar las caracter¨ªsticas y la f¨®rmula del gas y por ello las 130 personas rescatadas del teatro murieron en los hospitales ante la desorientaci¨®n y el desconsuelo de los m¨¦dicos.
Algo parecido sucedi¨® en 2014 cuando los militantes islamistas ¡ªb¨¢sicamente chechenos e ingushes¡ª ocuparon una escuela en la ciudad de Besl¨¢n, en la rep¨²blica aut¨®noma de Osetia del Norte, parte de la Federaci¨®n Rusa. En vez de salvar a los ni?os liber¨¢ndolos y sac¨¢ndolos del edificio, las fuerzas de seguridad rusas enviaron tanques y armamento pesado con el que atacaron la escuela; como resultado murieron 334 personas (excluyendo los terroristas), entre ellas 186 alumnos. Las autoridades rusas callaron sobre todos esos errores de c¨¢lculo, presentaron informaciones falsas a los ciudadanos rusos y censuraron con rigor a todos los medios de comunicaci¨®n.
Si Mosc¨² tiene miedo de una breve serie televisiva como ¡®Chern¨®bil¡¯, eso no demuestra otra cosa que su debilidad
Las reformas pol¨ªticas que siguieron al desastre fueron la causa directa de la consolidaci¨®n del poder de Putin en el Kremlin; en vez de perderlo, el presidente ruso utiliz¨® las mentiras para ganar m¨¢s poder. Tambi¨¦n en Siria, en 2018, los dirigentes militares rusos, al negar de modo repetido a los americanos la presencia del llamado Grupo Wagner, una compa?¨ªa privada paramilitar compuesta de mercenarios rusos, entregaron a esos hombres al bombardeo americano; parece que unos doscientos hombres murieron a causa de esa deliberada desinformaci¨®n que caus¨® que los medios sirios acusaran a Estados Unidos de ¡°masacre brutal¡± mientras que los medios rusos inculparon a los estadounidenses de atacarlos con motivos econ¨®micos porque en las cercan¨ªas se hallaba una fuente de petr¨®leo.
El Gobierno ruso contin¨²a su pr¨¢ctica de sacrificar sin escr¨²pulos las vidas de sus ciudadanos cuando se trata de proteger sus intereses. Esto se mostr¨® en la serie Chernobyl: la gente que apoyaba al Estado sovi¨¦tico y en la que ese Estado se fundamentaba fue precisamente la que el poder sovi¨¦tico crucific¨® sin ning¨²n miramiento.
En los ¨²ltimos a?os, Vlad¨ªmir Putin ha ido haciendo ostentaciones de su fuerza militar. Algunos comentaristas las interpretan como una amenaza a la OTAN y a Estados Unidos. Esto es cierto; sin embargo, Putin se dirige esencialmente a los propios rusos. Al ver su popularidad a la baja (en enero de 2019 solo un 33% de los rusos declararon que ten¨ªan fe en su presidente, cifra que marca el nivel m¨¢s bajo hasta ahora), el presidente ruso puso en marcha una ret¨®rica que anuncia un inminente apocalipsis nuclear.
Recientemente, Putin afirm¨® que Rusia acababa de fabricar un nuevo misil ¡°invencible¡±, hipers¨®nico y nuclear, el Avangard, y lo llam¨® ¡°el mejor regalo¡± para su pa¨ªs. Adem¨¢s, el presidente ruso habl¨® de un ¡°apocalipsis nuclear¡±, explicando que Rusia usar¨ªa su armamento nuclear como castigo o venganza. A lo largo de los ¨²ltimos tiempos el presidente ha recurrido con frecuencia a una ret¨®rica apocal¨ªptica, tambi¨¦n en algunos de sus discursos ante la Asamblea Federal, afirmando que algunos pa¨ªses buscan aniquilar a Rusia y ¨¦l no se quedar¨¢ corto en su respuesta.
La popularidad de Putin est¨¢ en ascenso, aunque no llegar¨¢ al 81% del 2007 o al 86% tras la anexi¨®n de Crimea
Putin no es el ¨²nico en dibujar visiones apocal¨ªpticas ante el pueblo ruso; tiene el apoyo de muchos de sus seguidores, entre ellos el patriarca Kirill, que repite que el d¨ªa del Juicio Final est¨¢ cerca. Aleksandr Duguin, el ide¨®logo jefe del Kremlin, conocido por sus ideas fascistas, denomina a Putin katechon, un l¨ªder ortodoxo que, seg¨²n ¨¦l, ¡°previene el reino del anticristo¡±. En este caso, el anticristo encierra en s¨ª la combinaci¨®n de la globalizaci¨®n occidental y la sociedad posindustrial.
Hay incluso escritores que en sus obras prestan apoyo a los mensajes mesi¨¢nico-apocal¨ªpticos del presidente ruso. El conocid¨ªsimo novelista y presentador televisivo Vlad¨ªmir Soloviov, en su novela El apocalipsis de Vlad¨ªmir, llama a Putin ¡°zar y profeta¡±. Tambi¨¦n la poetisa Elena Fan¨¢ilova escribi¨® recientemente que ¡°el mundo contempor¨¢neo, al igual que la Edad Media, anhela el apocalipsis porque el mundo sin apocalipsis es incre¨ªblemente aburrido¡±. Seg¨²n apunta la estudiosa americana Dina Japayeva, esta idea va unida a las creencias de las sectas de la religi¨®n rusa ortodoxa, una de las cuales clama que Putin es la reencarnaci¨®n del ap¨®stol Pablo: ¡°Dios ha designado a Putin para presidir Rusia y prepararla para la llegada de Jesucristo¡±, afirma la fundadora de la secta, la Madre Fotina.
Tambi¨¦n el muy le¨ªdo escritor nacionalista Aleksandr Prokh¨¢nov ha proclamado a Putin como mes¨ªas. Adem¨¢s, sostiene que en nuestra ¨¦poca, con la guerra nuclear que acecha y que ¡°preocupa las mentes de los l¨ªderes mundiales¡±, hay que releer el Apocalipsis, esa parte exclusivamente prof¨¦tica del Nuevo Testamento donde se habla del apocalipsis y del mes¨ªas. El antes mencionado patriarca Kirill, que goza de una enorme influencia en Rusia y apoya a Putin, ha dicho sobre este tema: ¡°Uno ha de estar ciego para no ver que se est¨¢n cumpliendo aquellos momentos terribles en la historia de los que habl¨® san Juan en su Apocalipsis¡±.
Si el r¨¦gimen ruso tiene miedo de una breve serie televisiva, eso no demuestra otra cosa que su debilidad. Y para disimularla, se presenta ante su pueblo como un forzudo con potentes armas nucleares, como un Gobierno que todo lo hace bien ¡ªporque la propaganda estatal lo convierte todo en positivo y beneficioso¡ª y como un r¨¦gimen que, como un ¨¢ngel de la guarda, vigila el bien del pueblo, amenazado por graves peligros exteriores. Esta estrategia ha dado sus frutos: ¨²ltimamente, la popularidad de Putin est¨¢ en ascenso, aunque dif¨ªcilmente llegue al 81% de 2007 o al 86% que obtuvo tras la anexi¨®n de Crimea.
Monika Zgustova es escritora; su ¨²ltimo libro es Un rev¨®lver para salir de noche (Galaxia Gutenberg).
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Opini¨®n
- Vlad¨ªmir Putin
- Chernobyl
- Submarino Kursk
- Miniseries
- Series drama
- Series brit¨¢nicas
- Series hist¨®ricas
- HBO
- Series americanas
- Submarinos
- G¨¦neros series
- Cat¨¢strofes
- Rusia
- Series televisi¨®n
- Armamento
- Europa este
- Programa televisi¨®n
- Europa
- Programaci¨®n
- Televisi¨®n
- Sucesos
- Medios comunicaci¨®n
- Pol¨ªtica
- Comunicaci¨®n