Dinero oculto
Los para¨ªsos fiscales son una amenaza para la estabilidad financiera global
La existencia de para¨ªsos fiscales constituye quiz¨¢ la mayor amenaza a la estabilidad financiera de los Gobiernos de todo el mundo y es una barrera infranqueable para combatir la desigualdad econ¨®mica que est¨¢ creciendo exponencialmente a partir de la crisis de 2007. Los informes conocidos del Fondo Monetario Internacional (FMI) calculan el dinero oculto en para¨ªsos fiscales en 6,3 billones de euros, y su tendencia es a aumentar. Los estudios calculan que entre 2012 y 2017 el dinero escondido en zonas fiscales offshore ha crecido a un ritmo del 5% anual. Un c¨¢lculo fiable asegura que si se redujeran en un tercio esos 6,3 billones, los Gobiernos podr¨ªan aumentar sus ingresos en hasta un bill¨®n de euros al a?o.
La evasi¨®n fiscal atesorada en los para¨ªsos tributarios ha sido denunciada frecuentemente por las instituciones internacionales sin que se haya conseguido reducir su cuant¨ªa y su velocidad de crecimiento. Merece una llamada de atenci¨®n internacional tan estridente al menos como la disparatada guerra comercial o el caos pol¨ªtico del Brexit que amenaza con desencadenar terremotos econ¨®micos en cadena en cada uno de los pa¨ªses afectados. La evasi¨®n fiscal es un mal econ¨®mico consuntivo que impide el pleno desarrollo potencial de las econom¨ªas nacionales. Drena ingresos tributarios que podr¨ªan reducir las deudas nacionales y, por lo tanto, contribuye a hacer m¨¢s fr¨¢gil el mecanismo financiero global; recorta la capacidad de los Estados para hacer frente a los problemas sociales y retira recursos a la inversi¨®n, privada o p¨²blica. Adem¨¢s, socava la moral tributaria y obliga a los Gobiernos, para compensar el fraude, a imponer cargas fiscales superiores a los contribuyentes, individuales o societarios, que pagan correctamente.
Editoriales anteriores
Es in¨²til recurrir a las invocaciones pol¨ªticas o sociales para corregir esta perversi¨®n fiscal planetaria. Es inaceptable que Irlanda, Luxemburgo u Holanda se presten a otorgar una fiscalidad reducida a filiales de empresas que, as¨ª, encuentran un reducto a salvo de las cargas tributarias de los pa¨ªses donde obtienen sus beneficios. Los pasos que hay que dar de una vez por todas son armonizar la tributaci¨®n en los pa¨ªses europeos, imponer de forma negociada tasas a las empresas que desv¨ªan sus beneficios a las zonas offshore y dotar a las instituciones, como la Comisi¨®n Europea, de recursos legales y ejecutivos para sancionar a las compa?¨ªas que hurtan los impuestos debidos en cada naci¨®n. Que los vac¨ªos legales y la permisividad de algunos Estados permitan esta hemorragia de impuestos escamoteados no significa que no puedan compensarse tambi¨¦n mediante acciones legales.
No es prudente minimizar la importancia de la evasi¨®n fiscal, de la consentida en los pa¨ªses con baja fiscalidad comparada o de la escondida a trav¨¦s de para¨ªsos fiscales. El volumen creciente de dinero opaco ¡ªalgunos estudios muestran, por ejemplo, que Rusia tiene el 60% de su PIB en para¨ªsos¡ª es una de las causas de las convulsiones peri¨®dicas del sistema financiero y de los estrangulamientos de los flujos de inversi¨®n. Reducir el dinero oculto deber¨ªa ser una prioridad de las negociaciones econ¨®micas internacionales y una tarea urgente para instituciones como el FMI, la OCDE y los propios bancos. Disponen de la informaci¨®n suficiente para hacerlo. La desaceleraci¨®n econ¨®mica esperada impone mayor premura, si cabe, a la adopci¨®n de decisiones firmes.
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