Jacques Chirac, un hombre querido
El estilo de su presidencia fue m¨¢s terrenal, y eso es precisamente lo que le hac¨ªa tan emp¨¢tico, cercano, ¡°normal¡±

Francia llora. Lo suele hacer por sus grandes pol¨ªticos, intelectuales, artistas, personalidades que han marcado durante su vida la identidad del pa¨ªs. Homenajea a Jacques Chirac, su presidente entre 1995 y 2007, cuyo carisma se distancia del sentido atribuido a De Gaulle o Mitterrand. El primero, arist¨®crata humilde y contenido, que tuteaba a la historia y hablaba de s¨ª mismo en tercera persona, era querido como un salvador, un monumento celebrado por haber recuperado el honor de Francia frente a la Alemania nazi y por desarrollar el pa¨ªs merced a unas pol¨ªticas sociales progresistas impensables hoy en d¨ªa. Es decir, un presidente respetado, que colmaba la ¡°funci¨®n presidencial¡± de un cariz casi mon¨¢rquico, con majestuosidad y solemnidad. Fran?ois Mitterrand, por su parte, encarnaba un perfil pol¨ªtico y politiquero, genial manipulador, c¨ªnico, artista florentino de las alianzas m¨¢s sorprendentes, una suerte de Jano con dos caras (por lo menos), que iba un d¨ªa de izquierda, otro de centro o de derecha, sin dudar nunca, si ello le permit¨ªa mantenerse en el poder. Admirado, alabado por haber conseguido, con una maestr¨ªa poco com¨²n, 44 a?os despu¨¦s de la Segunda Guerra Mundial, el poder pol¨ªtico para la izquierda. Hombre m¨¢s temido que amado.
Representando una derecha con sensibilidad social, Chirac destaca en otros aspectos muy significativos. Gaullista, europe¨ªsta, pertenece a una clase de pol¨ªticos de transici¨®n entre sus dos grandes predecesores y la nueva generaci¨®n, desde Nicol¨¢s Sarkozy hasta Emmanuel Macron, pasando por Fran?ois Hollande. El estilo de su presidencia es m¨¢s terrenal, y eso es precisamente lo que le hac¨ªa tan emp¨¢tico, cercano, normal. As¨ª, le gustaba compartir el ¡°trozo de chorizo¡± con los ciudadanos de la Francia profunda, tomar una cerveza con los electores de La Correze, su regi¨®n predilecta, y le fascinaba el f¨²tbol (en la final del Mundial de 2006 fue el primero en conocer, por boca de Zidane, el motivo de su comentado cabezazo a un jugador italiano). Pragm¨¢tico, rechazaba la pompa del poder, desconfiaba de los intelectuales, pero no prescind¨ªa del arte de los discursos con contenido. Y, ante todo, se mostraba respetuoso de la voluntad popular: la consult¨® un par de veces durante sus dos mandatos, perdiendo as¨ª dos elecciones (en 1997, tras unas huelgas sostenidas, disuelve la Asamblea Nacional y no logra la mayor¨ªa; en 2005, fracasa al organizar un refer¨¦ndum sobre la Constituci¨®n europea).
Como presidente conservador y plebeyo, marc¨® claras l¨ªneas rojas: siendo republicano, nunca acept¨® pactar con la extrema derecha y, como gaullista, no permiti¨® a los EE?UU imponer su pol¨ªtica exterior a Francia, demostr¨¢ndolo fehacientemente al amenazar en 2003 a George W. Bush con el veto en el Consejo de Seguridad de la ONU. Su enfermedad, en los ¨²ltimos a?os de su vida, disminuy¨® notablemente su actividad p¨²blica y, a la vez, lo preserv¨® de un juicio por complicidad de corrupci¨®n como alcalde de Par¨ªs. Alain Jupp¨¦, su fiel lugarteniente, pag¨® los platos rotos. No import¨®: el pueblo quer¨ªa a Chirac...
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Sobre la firma
