El arquetipo favorito de Hollywood para los actores hispanohablantes (que Dar¨ªn rechaza)
Narcotraficantes latinos en la era de Trump: de Javier Bardem a ?scar Jaenada, pasando por Jordi Moll¨¤, Sergio Peris-Mencheta o Miguel ?ngel Silvestre
37 a?os despu¨¦s de su debut en pantalla, John Rambo (Sylvester Stallone) sigue sin hacer prisioneros. En su ¨²ltimo filme, Rambo: Last blood (estrenada el 27 de septiembre) el veterano de la guerra de Vietnam emprende su propia carnicer¨ªa contra un cartel mexicano de narcotr¨¢fico dirigido por los hermanos Mart¨ªnez, tan sanguinarios, psicop¨¢ticos y unidimensionales como pod¨ªa esperarse de una cinta calificada como ¡°fantas¨ªa trumpiana¡±. Hora y media de oda al justiciero blanco al margen de la ley que se ve obligado a mitigar la maldad latina dejando a su paso un rastro kilom¨¦trico de cad¨¢veres y destrucci¨®n.
Pero los int¨¦rpretes que dan vida a la pareja de villanos, ?scar Jaenada y Sergio Peris-Mencheta, no han nacido en Tijuana o Monterrey, sino en Esplugues de Llobregat (Barcelona) y Madrid, respectivamente. Ellos son los ¨²ltimos, pero no los primeros int¨¦rpretes espa?oles que cruzan el charco para dar vida al nuevo arquetipo antagonista por excelencia de la meca del cine. Tras los nazis, los comunistas rusos y los yihadistas isl¨¢micos, el narco latinoamericano ha llegado para quedarse. Y tiene cara de espa?ol.
Ricardo Dar¨ªn se neg¨®: ¡°Me ofrec¨ªan hacer un narcotraficante mexicano y no quer¨ªa hacerlo. ?Todos los narcotraficantes son latinoamericanos? Si Estados Unidos es el pa¨ªs con mayor consumo en la faz de la tierra..."
El ¨¦xito internacional de la serie Narcos, que lleg¨® a convertir a Pablo Escobar en una figura pop digna de marquesina navide?a, ha activado el inter¨¦s de la industria del entretenimiento estadounidense por explorar y explotar las historias de los bajos fondos que llegan m¨¢s all¨¢ de la frontera. Int¨¦rpretes como Miguel ?ngel Silvestre, Javier C¨¢mara o Alberto Ammann (este ¨²ltimo argentino-espa?ol) tuvieron que entrenar su acento para la ficci¨®n de Netflix, sum¨¢ndose a la larga lista de actores de nuestra industria que se han puesto en la piel del nuevo clich¨¦ por excelencia.
Javier Bardem lo ha abordado en dos ocasiones: en Collateral, uno de sus primeros trabajos en la meca del cine; y en Loving Pablo, la m¨¢s reciente aproximaci¨®n a la historia del capo del cartel de Medell¨ªn, con Jaenada como parte del elenco. El compa?ero de cr¨ªmenes de Jaenada en Rambo: Last blood, Sergio Peris-Mencheta, interpreta actualmente a un chicano narco en la serie Snowfall, que relata la epidemia del crack en la ciudad de Los ?ngeles de los a?os ochenta. M¨¢s casos: Carlos Bardem tambi¨¦n particip¨® en Escobar: Para¨ªso perdido. Por el arquetipo han pasado desde los m¨¢s reacios a hacer las Am¨¦ricas, como Luis Tosar (Corrupci¨®n en Miami), a los m¨¢s duchos en la materia. Jordi Moll¨¤, por ejemplo, se ha puesto en la piel de un narco en hasta tres filmes: Blow, Dos polic¨ªas rebeldes II o Colombiana.
Denominadas como ¡°los nuevos westerns¡± por el ganador del Oscar Benicio del Toro, lo cierto es que la explosi¨®n de la tem¨¢tica ha supuesto una v¨ªa de entrada sin precedentes para el actor espa?ol en Estados Unidos. Una oportunidad profesional que, en numerosas ocasiones, arrastra la contrapartida de ponerse en la piel de papeles m¨¢s pr¨®ximos a la caricatura palomitera que a una observaci¨®n honesta de la problem¨¢tica. ¡°Siempre que he visto a uno de estos actores en uno de esos papeles me ha parecido un uso del personaje bastante rid¨ªculo¡±, asegura el cr¨ªtico de cine Jordi Costa, que considera que estos trabajos suponen una subestimaci¨®n de los int¨¦rpretes conocidos por abordar otros registros con mayor ¨¦xito y flexibilidad.
Los motivos por los que un actor espa?ol acepta interpretar a cualquiera de estos personajes son evidentes: la proyecci¨®n de su trabajo es internacional y est¨¢n muy bien pagados. La cada vez m¨¢s aguda precarizaci¨®n de la industria nacional es una realidad incluso para sus caras m¨¢s conocidas, y el propio Peris-Mencheta ha confesado que solo gracias a los ingresos percibidos en este tipo de proyectos puede continuar con su alabad¨ªsimo trabajo como creador teatral con total libertad, sin depender de subvenciones estatales o del criterio del responsable del teatro de turno.
El riesgo al encasillamiento profesional es otro factor a tener en cuenta antes de dar el s¨ª a los productores. ¡°Si pienso en la carrera norteamericana de Jordi Moll¨¤, por ejemplo, siempre la recuerdo con este clich¨¦. ?l valorar¨¢ hasta qu¨¦ punto le sirve o le es rentable, pero lo que est¨¢ claro es que es un estereotipo y que su ¨²nica responsabilidad es la del profesional que hace el trabajo que le encargan¡±, a?ade Costa.
Los motivos que llevan a los directores de casting de Hollywood a elegir a un n¨²mero tan considerable de actores espa?oles para dar vida a personajes latinoamericanos solo los conocen ellos. Sin embargo, y ante una muestra tan vasta, cabe preguntarse si estamos ante una variante de lo que all¨ª denominan como whitewashing, es decir, la pr¨¢ctica de dar trato preferencial a actores blancos en las audiciones. En los ¨²ltimos a?os, las minor¨ªas ¨¦tnicas o raciales han denunciado el proceso de blanqueamiento llevado a cabo por los estudios de cine con la excusa de optimizar el rendimiento en taquilla de sus grandes estrenos. Estrellas como Scarlett Johansson (Ghost in the Shell) o Jake Gyllenhaal (Prince of Persia) se convirtieron en objeto de cr¨ªticas por prestarse a dar vida a roles de rasgos no cauc¨¢sicos en su concepci¨®n original. Al ser cuestionado al respecto de su controvertido trabajo como pr¨ªncipe persa en su reciente encuentro con ICON,?Gyllenhaal se limit¨® a responder que carece de la capacidad para volver atr¨¢s en el tiempo.
¡°No quiero tener que interpretar a un traficante de drogas o a un asesino durante el resto de mi vida. Ese no soy yo y esa no es mi gente¡±,?ha afirmado el actor John Leguizamo
No todos han querido pasar por el aro del paradigma criminal. Ricardo Dar¨ªn convirti¨® en viral su rechazo al dinero y glamur hollywoodiense en una entrevista en la televisi¨®n argentina en 2013, anteponiendo sus principios a los cantos de sirena y neg¨¢ndose a dar vida al personaje antagonista en la pel¨ªcula El fuego de la venganza. ¡°Me ofrec¨ªan hacer un narcotraficante mexicano y no quer¨ªa hacerlo. ?Todos los narcotraficantes son latinoamericanos? Si Estados Unidos es el pa¨ªs con mayor consumo en la faz de la tierra... No me gust¨®¡±, declar¨®. El filme, dirigido por Tony Scott y protagonizado por Denzel Washington, termin¨® escogiendo para el papel al cantante puertorrique?o Marc Anthony. A sus 62 a?os, Dar¨ªn todav¨ªa no ha rodado ninguna pel¨ªcula en la meca del cine.
John Leguizamo, uno de los actores m¨¢s prol¨ªficos del Hollywood reciente por papeles en filmes como Moulin rouge, tambi¨¦n decidi¨® plantarse contra la lacra de roles estereotipados que reciben los int¨¦rpretes pertenecientes a la comunidad latina en Estados Unidos. ¡°No quiero tener que interpretar a un traficante de drogas o a un asesino durante el resto de mi vida. Ese no soy yo y esa no es mi gente¡±, afirm¨® en el Festival de Sundance de 2015. Jonathan Jakubowicz, director venezolano de pel¨ªculas como Manos de piedra, sobre la vida del boxeador paname?o Roberto Dur¨¢n, comparti¨® durante la promoci¨®n del proyecto una an¨¦cdota sintom¨¢tica del panorama actual: ¡°Cuando estren¨¦ el filme le pregunt¨¦ a varios amigos ejecutivos de estudios de cine qu¨¦ otra pel¨ªcula recordaban en la que el protagonista latino no fuera un criminal, y honestamente, ninguno fue capaz de contestarme¡±.
En los tiempos de Trump, la predominancia de este tipo de trabajos tambi¨¦n supone un impacto pol¨ªtico y social imposible de ignorar. Casi la total unanimidad de los cr¨ªticos que han escrito sobre Rambo: Last blood han abordado su estreno como pura propaganda a favor de la construcci¨®n del muro fronterizo, un intento de monetizar los miedos del p¨²blico conservador a la invasi¨®n inmigrante profetizada por el presidente.
Los datos corroboran que el narco, en cualquiera de sus variantes ¡ªde capo a sicario o camello¡ª, se ha convertido en la imagen m¨¢s frecuente del latino en la industria del entretenimiento estadounidense. Seg¨²n un estudio llevado a cabo por la Universidad del Sur de California, hasta un 25% de los personajes latinos son retratados como criminales y un 17% como pobres o con ingresos muy bajos.
¡°Nuestra comunidad se enfrenta a un punto de no retorno. El pa¨ªs tiene que ver nuestro coraz¨®n y nuestra alma, qui¨¦nes somos en realidad. Lo ¨²nico que ven hoy son narcos, narcos y narcos¡±, expuso en Los Angeles Times el cineasta estadounidense de origen mexicano Gregory Nava, nominado al Oscar por El norte. Teniendo en cuenta la infrarrepresentaci¨®n hist¨®rica de los latinos en papeles protagonistas, apenas un 3% cuando suponen casi un cuarto de los espectadores cinematogr¨¢ficos en Estados Unidos, su escaso y estereotipado retrato en la ficci¨®n supone una peligrosa grieta a disposici¨®n de argumentario xen¨®fobo.
¡°Los di¨¢logos y las im¨¢genes de las pel¨ªculas sobre c¨¢rteles asocian la identidad latina con el mal inherente y puro. Es hora de que Hollywood se pregunte: ?qu¨¦ mensaje le estamos enviando al p¨²blico estadounidense cuando les pedimos a los actores latinos de este pa¨ªs que participen en una escena de asesinatos tras otra?¡±, se pregunta H¨¦ctor Tobar, escritor y periodista que ha denunciado la situaci¨®n en un art¨ªculo publicado por The New York Times.
¡°Si optamos por glorificar estas historias sobre narcos en la pantalla, no solo estamos enviando un terrible mensaje a los j¨®venes sino que estamos reforzando los estereotipos que han encasillado a los latinos como criminales durante d¨¦cadas en televisi¨®n¡±, a?ad¨ªa la periodista Patricia Garc¨ªa en un art¨ªculo titulado Por favor, parad de hacer series sobre narcos latinos en la edici¨®n estadounidense de la revista Vogue.
Jordi Costa no es optimista sobre la desaparici¨®n de estos clich¨¦s a corto plazo: ¡°Solo en el momento en el que los cineastas latinos puedan abrirse camino en Hollywood, formular sus propios discursos y escuchar a sus propias comunidades, podr¨¢n ser cuestionados. Pero imagino que todav¨ªa queda mucho para librarnos de ellos¡±. El p¨²blico teatral espa?ol, al menos en lo concerniente al futuro profesional de Peris-Mencheta, quiz¨¢ lo celebre.
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